Desfiladero
Beltrones: el precio de la unidad
Jaime Avilés
Una fuente de
reputación intachable, que tuvo acceso a información privilegiada,
reveló a Desfiladero que el actual senador por Sonora, Manlio Fabio
Beltrones Rivera, será el nuevo líder de la fracción parlamentaria del
PRI en la Cámara de Diputados, a partir del próximo primero de
septiembre.
Pero eso no es todo. Durante las amables negociaciones que sostuvo con Enrique Peña Nieto, antes de dejarle el paso libre hacia la carrera por la Presidencia de la República, Beltrones logró, de pilón, el derecho de nombrar a los candidatos de la alianza PRI-Verde Ecologista a las gubernaturas de Chiapas y Baja California.
De acuerdo con la fuente, para la elección de gobernador de Chiapas, que se llevará a cabo también en 2012, impondrá a su compañero de banca en el Senado, el joven Verde Ecologista, Manuel Velasco Coello, quien a la usanza de Peña Nieto, según las revistas de la cola del súper, quiere casarse con Anahí, la rubia de ojos transparentes que contrastaba con la pelirroja Dulce María en la telenovela RBD.
El capítulo más conflictivo, no de esa telenovela sino de la negociación en la cúpula del PRI, giró en torno a la gubernatura de Baja California, que será disputada en 2013, y para la cual Beltrones pidió, y Peña Nieto se comprometió a darle, la candidatura al no menos Verde y joven Pablo Escudero Morales, esposo de Sylvana Beltrones, la única hija de Manlio Fabio.
Sin embargo, hace apenas dos días, y en prueba tácita de que el pacto Beltrones-Peña Nieto existe, los priístas de Baja California, que expresan los intereses y las ambiciones de Jorge Hank Rhon para 2013, desenfundaron las dagas.
El dirigente estatal del PRI, René Mendívil Acosta,
aclaró, en el marco de una reunión de la Asociación de Periodistas de Tijuana,
que en Baja California no habrá alianza con el Verde Ecologista ni con Nueva Alianza, porque así se decidió en el Comité Ejecutivo Nacional. No obstante, añadió,
sí habrá unidad para impulsar al candidato presidencial(El Sol de Tijuana, 24 de noviembre de 2011).
No existe ninguna certeza de que el dueño del copete más famoso del rumbo será titular del Poder Ejecutivo: ya llegó a la cima de las encuestas de popularidad y por lo tanto no puede subir más, pero sí empezar el descenso, mientras Josefina Vázquez Mota aún corre por la pista, tratando infructuosamente de despegar, no para alcanzar al mexiquense, sino a Andrés Manuel López Obrador, que ya la dejó atrás y vuela muy por encima de ella a velocidad de crucero, a sólo 17 puntos del copetón.
En cambio, nadie se atreverá a dudar de que, en el peor de los casos, si el PRI pierde las elecciones, Beltrones será el líder de la primera minoría en el Congreso, y en el mejor, si gana, será otra vez una especie de vicepresidente, desde el Poder Legislativo, y contará, en cualquiera de los casos, con el apoyo de los diputados del PAN, del Verde, del Panal y de la nueva derecha (PRD), para tratar de imponer las llamadas
reformas estratégicas.
Estas reformas, que Felipe Calderón ya no pudo conseguir que aprobara el Congreso, volverían a ser propuestas, y si gana el PRI, concretadas por el hipotético gobierno de Peña Nieto bajo la batuta legislativa de Beltrones. Es decir, si el pueblo vota en forma mayoritaria a favor de la autodenominada Gran Esperanza de Libertad (GEL), los diputados y senadores del polo de la derecha legalizarán la dictadura cívico-militar mediante la reforma a la Ley de Seguridad Nacional.
Y, por supuesto, abolirán los derechos fundamentales de los
trabajadores, mediante la reforma laboral, que el más implacable de los
porros del PAN, el pianista Javier Lozano –quien está a punto de meter a
la cárcel a su hermano Sergio por un problema de dinero–, calcó de las
leyes españolas, para que las empresas del reino de su graciosa
majestad, don Juan Carlos I de Borbón, puedan explotar a los obreros de
aquí tal como explotan a los de allá, pagándoles sueldos de hambre
gracias a contratos-basura, que autorizan a los patrones a despedir a
sus empleados en el momento que se les antoje, sin obligación de
indemnizarlos (como si vivieran en la UACM, sujetos a los caprichos de
Esther Orozco, quien esta quincena le retrasará ¡una semana! el pago del
salario a ¡todo! el personal de la institución, en represalia ¡porque
unos estudiantes protestaron contra ella!).
Las reformas calderónicas, que el hombrecito de Los Pinos intentará legarnos junto con un cúmulo de 100 mil o 200 mil muertos –la cifra ya sobrepasa los 60 mil, pero aún faltan 12 meses–, son los pilares de las instituciones de lo que la derecha quiere edificar sobre las ruinas de lo que fue este país: la Ley de Seguridad Nacional, como acta constitutiva del protectorado estadunidense que ya somos, y la renovada Ley Federal del Trabajo, como signo de subordinación al trono de España, que merced a Fox y Calderón nos convirtió otra vez en colonia, y no sólo en el plano económico.
Para demostrar la inquebrantable lealtad del Grupo Dominante Oligárquico (GDO) a sus altezas Juan Carlos y Sofía (o sea, Repsol, Endasa, Iberdrola, Melia Purúa, Iberia, Prisa, la Real Academia de la Lengua y un largo etcétera o un breve etc.) nuestra muy desprestigiada y obsecuente pero archimultimillonaria Suprema Corte de Justicia de la Nación, se ha transformado a su vez en Real Audiencia de la Nueva-Nueva España, al permitirle a uno de los vasallos más asiduos a las tertulias y los negocios culturales de la villa y corte de Madrid afirmar públicamente, pero sin probanzas, que La Jornada es
Pero mientras los togados daban ese vergonzoso espectáculo de sumisión al reino de España, en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes ocurrió algo que merece toda la atención del público. Ese mismo día, miércoles 23 de noviembre, en la oficina que dirige Dionisio Pérez Jácome júnior, iba a celebrarse una junta entre el gobierno y los pilotos, sobrecargos y personal de tierra de Mexicana de Aviación, ante el juez Felipe Consuelo Soto, que lleva el caso y en múltiples ocasiones ha externado su opinión en contra de que desaparezca la aerolínea.
Pues bien, a saber por qué, el juez no llegó a la cita. Y Lozano aprovechó su ausencia para exigir, dando voces de mal disimulada histeria, que quiebre Mexicana, una empresa –ahora lo vemos claramente– que Fox entregó a Gastón Azcárraga para que la saqueara a placer, en complicidad con Juan Molinar Horcasitas –cuyo hermano era parte de su consejo de administración y también se despachó con la cuchara grande–, antes que Lozano interviniera para darle la puntilla. ¿Y todo para qué? Para beneficiar a Interjet, otro negocio de los accionistas de Televisa y sus amigos. El juez Felipe Consuelo ha mantenido una postura intachable, para impedir con todo el peso de las leyes (aún) vigentes en esta colonia, que se consume la maniobra. ¿Dónde está? ¿Por qué no llegó a la cita?
Las reformas calderónicas, que el hombrecito de Los Pinos intentará legarnos junto con un cúmulo de 100 mil o 200 mil muertos –la cifra ya sobrepasa los 60 mil, pero aún faltan 12 meses–, son los pilares de las instituciones de lo que la derecha quiere edificar sobre las ruinas de lo que fue este país: la Ley de Seguridad Nacional, como acta constitutiva del protectorado estadunidense que ya somos, y la renovada Ley Federal del Trabajo, como signo de subordinación al trono de España, que merced a Fox y Calderón nos convirtió otra vez en colonia, y no sólo en el plano económico.
Para demostrar la inquebrantable lealtad del Grupo Dominante Oligárquico (GDO) a sus altezas Juan Carlos y Sofía (o sea, Repsol, Endasa, Iberdrola, Melia Purúa, Iberia, Prisa, la Real Academia de la Lengua y un largo etcétera o un breve etc.) nuestra muy desprestigiada y obsecuente pero archimultimillonaria Suprema Corte de Justicia de la Nación, se ha transformado a su vez en Real Audiencia de la Nueva-Nueva España, al permitirle a uno de los vasallos más asiduos a las tertulias y los negocios culturales de la villa y corte de Madrid afirmar públicamente, pero sin probanzas, que La Jornada es
cómplice del terror de ETA, fallo temerario y a la vez servil, que degrada al supuesto máximo tribunal del país a la condición de barandilla de zarzuela.
Pero mientras los togados daban ese vergonzoso espectáculo de sumisión al reino de España, en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes ocurrió algo que merece toda la atención del público. Ese mismo día, miércoles 23 de noviembre, en la oficina que dirige Dionisio Pérez Jácome júnior, iba a celebrarse una junta entre el gobierno y los pilotos, sobrecargos y personal de tierra de Mexicana de Aviación, ante el juez Felipe Consuelo Soto, que lleva el caso y en múltiples ocasiones ha externado su opinión en contra de que desaparezca la aerolínea.
Pues bien, a saber por qué, el juez no llegó a la cita. Y Lozano aprovechó su ausencia para exigir, dando voces de mal disimulada histeria, que quiebre Mexicana, una empresa –ahora lo vemos claramente– que Fox entregó a Gastón Azcárraga para que la saqueara a placer, en complicidad con Juan Molinar Horcasitas –cuyo hermano era parte de su consejo de administración y también se despachó con la cuchara grande–, antes que Lozano interviniera para darle la puntilla. ¿Y todo para qué? Para beneficiar a Interjet, otro negocio de los accionistas de Televisa y sus amigos. El juez Felipe Consuelo ha mantenido una postura intachable, para impedir con todo el peso de las leyes (aún) vigentes en esta colonia, que se consume la maniobra. ¿Dónde está? ¿Por qué no llegó a la cita?
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