miércoles, 23 de noviembre de 2011

PRI se descarrila por la soberbia 'copetona'

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Colapso tricolor
Lilia Arellano

Estado de los ESTADOS

Gordillo y Moreira causan división
Indignan cuotas a PVEM y PANAL
A la vista, soberbia de Peña Nieto
Salinas negoció declinación de MFB
Peso: una devaluación sin precedente


“Huyo de lo que me sigue; voy detrás de lo que huye de mí”.- Ovidio

Hay viejos y sabios refranes que, de pronto, parecen saberlo todo y de todos los tiempos: “dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”, y éste va que ni pintado para el presente de los priístas y su tan cacareada “unidad”, que ya conoció la cercanía del fondo con el retiro de Manlio Fabio Beltrones de la contienda interna, pero que tuvo su origen en las alianzas con el PANAL y el aumento de la inconformidad por las cuotas y los escándalos del Verde. La división al interior de las filas tricolores es ya inocultable y comienza a salir a flote en las entidades donde no parece existir ni la disposición ni la disciplina que los gobernadores han ofrecido a su candidato Enrique Peña Nieto y, en otros casos, la que han ventilado sosteniendo que las estructuras se mantienen fuertes, pese a que el mandato principal les fue arrebatado como son los casos de Puebla y Sinaloa. A lo anterior, se suma el disgusto por la defensa a ultranza que se ha hecho en la persona de Humberto Moreira.

No fueron pocos los priístas que se manifestaron contra Elba Esther Gordillo y que exigieron su expulsión de las filas del partido y habrá que anotar que entre ellos había un importante grupo de quienes tampoco respaldaban a Roberto Madrazo, pero que aún guardaban cierto toque de dignidad y congruencia que los obligaba a no permitir que la profesora continuara cobijada bajo las siglas tricolores cuando había quedado, más que demostrada, su deslealtad al crear su propio partido político, lo cual, en el mejor de los casos, los llevaría a aceptar todos sus chantajes y solicitudes de curules y posiciones, tal y como lo ha venido haciendo con el PAN y el Verde con el PRI. Esos mismos cuadros, más muchos otros que se han sumado, no están conformes con la alianza del tricolor con el partido PANAL y, menos aún, desean cargar con el fardo que arrastra su lideresa y dueña.


El caso del Verde también ha venido a generar una serie de insatisfacciones, sobre todo porque estos aliados han exigido posiciones sin que se les impongan límites, sin que se les solicite siquiera que aquellos a los que pretenden postular por la vía electoral o plurinominal cuenten con antecedentes que los liguen a los ciudadanos, a los que pretenden representar en las Cámaras o que tengan currículo para ocupar posiciones en el gabinete que garanticen siquiera medianía en el ejercicio de gobierno. Todas esas heridas hacen que la gran confianza que el PRI tenía en sus estructuras empiece a verse con otra mirada más cercana a la realidad, misma que revela que habrá zonas y etapas por venir que les serán cuesta arriba, ya que por más grande que sea el pastel no alcanza para todos y los enemigos, aunque representen números menores, ya en volumen no son tan pocos.


Por lo que respecta a Humberto Moreira, tampoco son unos cuantos los que se preguntan, una y otra vez, por qué no le permiten que demuestre que hizo un buen uso tanto del préstamo como del dinero público, sin que entre los pies se lleve las esperanzas del tricolor de regresar a Los Pinos, ya que hasta ahora sólo se ve muy claramente el autoritarismo, la imposición, el resguardo que Peña Nieto tendrá como sello de gobierno si llega a ganar las elecciones del 2012 y, aunque si de tapar fraudes de todo tipo, tropelías y abusos ya había dado muestras al lograr sacar a su tío Arturo Montiel totalmente liberado de todos los cargos habidos y por haber en su contra, no es del agrado de los dirigentes de ese partido que se mantenga al coahuilense vigente, ya que su presencia personifica lo que llaman sin rubor: lo más negro del priísmo de otros tiempos, cuando queremos dejar en claro que hemos cambiado y radicalmente.


En esto ya se hacen varias reflexiones que van desde el empeño real de mandarle un mensaje a Felipe Calderón, a través de esa defensa a Moreira para que se anime a pactar fuerte y en serio con el PRI garantizándole total impunidad, hasta la que refiere una llamada de alerta a los gobernadores antes de que lleven al mexiquense al máximo poder, ya que desde ahí, a todo aquel que no se alinee o le resulte antipático será su palabra la que cuente y nada más. Al respecto, habrá que recordar que el gran mentor de don Enrique, Carlos Salinas, fue, con Lázaro Cárdenas, de los presidentes que más mandatarios estatales expulsaron durante sus mandatos. Eso de aplicaciones de la ley o respeto a la autonomía es sólo para los discursos y a menudo también son referencias.

TERREMOTO SONORENSE


Un solo hecho dimensiona la soberbia que acompaña al candidato tricolor: la retirada de Manlio Fabio Beltrones sólo le mereció tres líneas en su recién abierto twitter. Y en este tenor, que vale la pena hacer algunas puntualizaciones sobre la trayectoria del sonorense, se simpatice o no con él. Desde muy joven se formó al lado de Fernando Gutiérrez Barrios, con quien mantuvo durante décadas una gran cercanía que le permitió una formación muy completa bajo los cánones de ese tiempo: Su paso como subsecretario de Gobernación tampoco pasó desapercibido y tuvo sus momentos álgidos, como aquél en el que hubo que resolver la candidatura a la gubernatura por su natal Sonora.


Una vez terminado el periodo, hubo un tiempo breve de desgaste atribuible en su totalidad a la animadversión inexplicable de Ernesto Zedillo quien, al final, resultó el beneficiado con la muerte de Luis Donaldo Colosio, caso que incluso utilizó también para denostar hasta el cansancio al ex gobernador y por entonces todavía protegido de Gutiérrez Barrios. Su regreso a la política tuvo su origen con Roberto Madrazo y su presencia en el Senado le ha permitido ser el gran interlocutor entre las distintas fuerzas políticas que, incluso públicamente, le han manifestado respeto y simpatía. De ahí que sus aspiraciones de llegar a ser el candidato tricolor contaran con suficientes bases formadas a través de largos años de trabajo y no de sólo recomendaciones o padrinazgos eternos o lazos de sangre o familiares con políticos.

La retirada de Beltrones tiene diversas lecturas y puede ser atribuible a muchos hechos. Uno de ellos es la alianza con Elba Esther Gordillo. Nunca ha habido ni simpatía ni empatía por ambos lados; las alteraciones a la convocatoria priísta que daban cuenta de un total y absoluto manipuleo de la elección; la permanencia de un dirigente nacional gastado y señalado; el triple juego con Acción Nacional; el manejo a las exigencias tanto del Panal como del Verde de curules y hasta posiciones desconociendo los liderazgos naturales de cada entidad; las mediciones sobre la inconformidad en las estructuras tricolores por la forma en la que se conducen quienes manejan campañas y hasta en lo que respecta a Peña Nieto y su lejanía con todo lo que huele a pueblo a ras del piso. Esa cercanía sólo se da desde el templete, de lejos, desde donde no huele a hambre, a falta de servicios, a analfabetismo, a miseria.


Beltrones fue duro, crítico y su referencia a preferir ser un militante más tiene mucho fondo y no es para menos, después de que ha empezado a conocerse que el acuerdo para que se llegara al punto de la retiradaaunque no en este momentoestuvo encabezado por Carlos Salinas, por el mismo hombre que ha realizado “convenios” para amarrar alianzas con una de sus escuderas, la Gordillo y con el propio Verde, por quien le puso sobre la mesa el expediente que revelaba las amistades y los negocios de su padre a Rodrigo Medina, por el que ya se sabe es el poder tras el trono y que de seguro no le aconsejó a don Enrique Peña que escribiera un libro titulado “México, la gran esperanza”, porque él si sabe que somos un país de analfabetas y que él y sólo él, tiene la exclusividad y el derecho de hablar de política y de la buena, de futuro y del que será realidad, de entrevistas porque las ha encabezado.
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