Pedro Echeverría V.
1. Los jueces de la SCJN –con salarios 250 veces superior al de los trabajadores- y el empresario millonario “cultural” derechista Enrique Krauze (seguramente con el apoyo presidencial) han ganado una batalla contra el diario de centroizquierda de mayor prestigio nacional y segundo en circulación: La Jornada. Los jueces de la “suprema corte de justicia” -que durante su existencia han estado al servicio del poder- votaron porque a Letras Libres, la revista de Krauze, no podría sancionársele porque ejercía su libertad de expresión al publicar que La Jornada era cómplice de la ETA vasca. La Jornada, por el contrario, plateaba sancionar a Letras Libres porque si no demostraba tal acusación, habría caído en un delito. La realidad es que tras tal acusación de Letras Libres está el objetivo de silenciar las posiciones de La Jornada al apoyar las luchas internacionales de la izquierda.
2. ¡Basta ya que la llamada izquierda o centroizquierda retroceda ante acusaciones calumniosas de la derecha! ¿Por qué siempre huye la falsa izquierda cuando la derecha le dice que coincide o apoya a Hugo Chávez, a las FARC, a la ETA, al gobierno cubano, al EZLN, a la APPO o a los campesinos de Atenco? Porque realmente no los apoya o por cobardía a defender sus principios y perder votos. ¿No se dan cuenta que los “robavacas” y “asaltantes” Villa, Zapata, Flores Magón, los estudiantes de 1968, son ahora héroes nacionales porque lucharon por la justicia, aunque les menoscaben sus pensamientos? ¿Cómo alguien puede defender a Bush, Obama, Natanyahu, Calderón, si durante sus gobiernos han bombardeado país y asesinado a cientos de miles de seres humanos? Hoy todos hablan muy bien de Lula porque mediante inversiones y acuerdos elevó la presencia de Brasil e hizo más poderosa a la burguesía.
3. Pienso que en la selva se es mil veces más libre que cualquier país capitalista. Por lo menos allí no hay leyes hechas por el león y sus cómplices para someter a los animales más débiles. Pienso que los animales más fuertes andan como locos buscando la presa y que ésta se le escapa y se burla al ser más inteligente. En nuestras funestas sociedades –peores que cualquier selva- los millonarios construyen leyes, pagan bien a jueces, a los policías y soldados, abren gigantescas cárceles o simplemente asesinan por simple gusto, no por hambre. En la selva el pasto o la comida es libre, siempre que el león asesino esté lejos. Por el contrario, en nuestras sociedades los “leones” vigilan a los “corderos” y los esquilman a través de los bancos, las industrias, el aparato de gobierno; no pueden escapar los pobres “corderos” porque los tienen enjaulados en fábricas e instituciones mientras los millonarios los atracan.
4. Pienso que La Jornada, al pedir control, leyes, derecho, está limitando precisamente de lo que ha gozado. Tiene todo el derecho de informar, simpatizar, incluso apoyar –como siempre lo ha hecho- a los revolucionarios de la ETA, a las FARC, a Hugo Chávez y a todos los luchadores sociales de América Latina y el mundo. El día que La Jornada deje de hacerlo y se convierta en un periódico burgués al servicio del gobierno y de los yanquis, tendríamos los críticos y analistas, una enorme pérdida. El día que los funestos gobiernos y sus leyes, su Estado de derecho, dejen de intervenir en la vida de los seres humanos la libertad será intensa. ¿Qué periódico nos va a informar de las denuncias de Wikileak, va a defender el derecho de asilo, a los perseguidos vascos? ¿Quién va a denunciar al gobierno mexicano y a su ejército de los 52 mil muertos y de la represión que sufren campesinos, obreros, estudiantes, ciudadanos en México?
5. Al contrario, el derechista Krauze y los funestos jueces son los que siempre han estado contra las luchas del pueblo y en este momento deberían estar imponiendo el respeto, el orden, la represión, contra las luchas libertarias. Al contrario, en la selva, el león es objeto de burlas y el calificativo de “rey de la selva” sólo es objeto de pitorreo. Aquí nosotros, “muy civilizados” nos sometemos a las leyes, reglamentos, normas, que nuestros opresores han elaborado para someternos. En la selva los leones dan la cara y ponen el pellejo en busca de comida y privilegios. Aquí, por el contrario, los Salinas, Zedillo, Fox, Calderón se esconden tras las faldas del ejército y los jefes de éstos mandan a los soldados de la más baja categoría a morir. En vez de prohibiciones hay que exigir que se eliminen la mayor cantidad de leyes y reglamentos para que los más fuertes (políticos, empresarios, poderosos) sean criticados y desnudados.
6. Al pobre Krauze le sangra la lengua cuando se autocalifica de socialdemócrata o de izquierda. La realidad es que es hijo de la contradicción Díaz-Madero, Calles-Vasconcelos, Salinas-Paz. Su amor al poder político, económico y cultural, jamás pudo separarse del conservadurismo derechista que derivó en una combinación de un priísmo revuelto de panismo. ¿Su revista mensual “Letras Libres” no es acaso el refugio de intelectuales mexicano-españoles que están al servicio de personajes al estilo de políticos como Vargas Llosa, Aznar, Castañeda, los panistas, y toda una lista de derechistas que pregonan la libertad de expresión, de comercio, de acumulación de riquezas, mientras se oponen a todas las luchas sociales de los trabajadores? Ahora dice incluso que estaría con la “República del amor” (entre explotados y explotadores) para hacer que López Obrador cumpla con esa “frasecita”.
7. ¡Que a la izquierda no le roben la lucha por la libertad real de los trabajadores y a decir lo que les plazca! No tenemos porque defender un falso orden impuesto por leyes y bayonetas. La libertad que hoy defienden los jueces y Krauze sólo es un juego de intereses. La izquierda de por sí es libertaria y de clase social, y tampoco hay que tener miedo de decirlo. ¿Cómo podremos permitir en el mundo la libertad para explotar y acumular gigantescos capitales cuando el 80 por ciento de la población mundial vive en la miseria y el hambre? El socialismo por el que luchamos nada tiene que ver con la democracia dominada y dirigida por una minoría política y empresarial. El socialismo es la acción directa de los trabajadores en la gestión de sus asuntos. Es la lucha contra el trabajo asalariado, la plusvalía y la acumulación de riquezas en una cuantas manos. El socialismo es la autogestión en todas las acciones de la vida.
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