Peña Nieto, los dilemas de un candidato inevitable
MÉXICO, D.F. (apro).- Tal como estaba previsto en el guión escrito
con paciencia y mucho dinero desde la gubernatura del Estado de México,
del 2005 a la fecha, Enrique Peña Nieto se convertirá este domingo 27 de
noviembre en el precandidato único y adelantado del PRI a la
Presidencia de la República.
No hay encuesta que se le imponga. No
hay precandidato que quiera enfrentar a esa maquinaria
mediática-política construida. No hay estructura clientelar que no esté
dispuesta a arroparse en el cobijo del representante más joven de la
dinastía de Atlacomulco que, “ahora sí”, piensa coronar su largo anhelo
de tener la Presidencia de la República.
Sin embargo, el camino
está más empedrado de lo que imagina. La renuncia del senador Manlio
Fabio Beltrones, el único contendiente real que se atrevió a impulsar un
proyecto alterno, lo deja más descobijado y vulnerable que antes.
El destape y la cargada de la CNOP, dirigida por el infaltable Emilio
Gamboa Patrón, también revela que en el PRI los halagos pueden resultar
cadenas. Y el papel de prefecto partidista que está jugando el
presidente nacional priista, Humberto Moreira, también lo arropa tanto
que hasta puede asfixiarlo.
Los dilemas de Peña Nieto en esta nueva etapa no son pocos:
1.
En primer lugar, no necesita vencer sino convencer al interior del PRI
que la arrogancia de su equipo no generará fracturas. Por lo pronto, el
convenio firmado con el PVEM y con Nueva Alianza (Panal) ha generado una
serie de protestas en Sinaloa, Chiapas y, sobre todo, en el Distrito
Federal que pueden generarle problemas internos muy severos. Si Peña
Nieto no logra convencer al priismo capitalino y operar una
reconciliación entre los grupos en disputa, el proyecto de victoria
electoral en el 2012 puede desbarrancar.
Si Peña Nieto no logra
sacar al PRI de la tercera posición electoral en el Distrito Federal,
difícilmente tendrá la “mayoría absoluta” esperada para su “gobierno
eficaz”.
2. Paradójicamente, está más unido que nunca a López
Obrador por una circunstancia clara: ninguno de los dos puede hacer
precampaña en los medios masivos de comunicación, a menos que elijan el
camino de la simulación y de construir “patiños” a modo que harán no
sólo el ridículo sino generarán una desconfianza.
Un paso en falso
de cualquiera de los dos (el más popular y el más conocido, según las
encuestas hasta ahora levantadas) puede llevar a desbarrancar su
candidatura. Peña Nieto tendrá que sobrevivir estos tres meses
demostrando que es mucho más que un producto de la pantalla o del guión
mercadológico.
3. Peña Nieto necesita demostrar que es un hombre
programático y no sólo pragmático. Su libro recién presentado, México,
la gran esperanza, en realidad es un compendio de promesas y proyectos
rimbombantes, más cercanos a la cultura empresarial que al programa
priista.
El punto más delicado es su compromiso para abrir
Petróleos Mexicanos a la inversión privada. Pemex no sólo es una empresa
paraestatal. Es al mismo tiempo un símbolo y un emblema del proyecto
nacionalista revolucionario que durante décadas defendió el PRI… hasta
que llegó el salinismo. ¿Va a profundizar la labor pendiente del
salinismo económico? ¿Por qué no tiene ningún compromiso para eliminar
la corrupción en la empresa que ha sido prácticamente saqueada por las
últimas administraciones?
4. El punto débil de Peña Nieto es la
ausencia de compromiso en contra de la corrupción. No lo puede haber en
tanto su trayectoria política esté vinculada a Arturo Montiel, al gran
saqueo al erario que han sido los gobiernos en el Estado de México y a
las irregularidades cometidas por gobiernos como el de Coahuila para
endeudar a tres generaciones de la entidad.
¿Qué va a hacer Peña
Nieto frente a esta corrupción consustancial al Grupo Atlacomulco? ¿Cómo
va a competir electoralmente con otros recursos que no sean las
carretadas de dinero que utiliza para comprar espacios en medios
electrónicos, columnistas en medios impresos, consultores, mercadólogos,
publicistas y actores a su servicio?
El gran dilema de Peña Nieto
es entender que tiene que ganar la Presidencia de la República y no
comprar el país con cuentas de vidrio.
Comentarios: www.homozapping.com.mx
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