domingo, 27 de noviembre de 2011

¿Es tan difícil disculparse, señor Krauze?

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Krauze y su texto sobre La Jornada y Letras Libres
Federico Arreola @FedericoArreola
2011-11-27
Voy a comentar enseguida la columna de este domingo, publicada en Reforma y El Norte, “Pasar la página”, del historiador Enrique Krauze

Krauze empieza citando la primera acepción de la palabra “cómplice” que da el Diccionario de la Real Academia Española: “Que manifiesta o siente solidaridad o camaradería”. Me parece muy bien que lo haga. Es decir, es bueno que, públicamente, el historiador admita que, al menos en ese significado, calumnió a La Jornada. Seguro estoy de que en este diario de izquierda nadie es solidario o muestra camaradería respecto de un grupo terrorista. Otra cosa es expresar simpatía por un movimiento político que dentro de la ley lucha por sus principios.

Krauze debería saber que la ofensa la califica el que la recibe, en este caso La Jornada. El historiador se habría ahorrado un litigio de años si, con humildad, se hubiera disculpado por haber ofendido a un diario muy crítico del poder que, para defenderse de posibles agresiones, no puede permitir que se le relacione de ninguna manera con grupos ilegales.

Enrique Krauze, en su artículo de Reforma y El Norte, menciona a Fernando García Ramírez, quien escribió el artículo “Cómplices del terror” en Letras Libres “para señalar críticamente (con testimonios del juez Baltasar Garzón y de Fernando Savater, y otras evidencias) la solidaridad de La Jornada por la organización terrorista ETA”.

Solo le diré a Krauze que el señor García Ramírez ha probado, en Twitter, ser un verdadero calumniador profesional. En cuanto se dio el debate sobre el problema entre Letras Libres y La Jornada, Fernando García Ramírez se lanzó a ofender con toda clase de vulgaridades y calumnias a quienes apoyábamos a La Jornada. El subordinado de Krauze mostró en las redes sociales de internet su verdadera estatura moral. ¿No se dio cuenta Krauze de todo lo que hizo esa persona en la red?

Según Krauze, “sintiéndose calumniada, la señora Carmen Lira, directora de La Jornada, ejerció su derecho de réplica en Letras Libres, que publicó su reclamación (abril de 2004), pero no conforme con ello quiso meter a la cárcel a García Ramírez, a quien también demandó por la vía civil junto con Letras Libres”. Insisto, si Krauze hubiera sido humilde y ofrecido una explicación pública a La Jornada, no hubiera habido problema. ¿Es tan difícil disculparse, señor Krauze?

Krauze se queja de que “en los siete años que transcurrieron desde el inicio del conflicto hasta el fallo de la Suprema Corte en favor de Letras Libres, el diario La Jornada mencionó mi nombre sólo para hacerme objeto de denuestos, descalificaciones, infundios, o para señalar (con una carga de antisemitismo que no se veía en México desde los tiempos de Salvador Borrego) el hecho de que soy judío”.

Krauze sabe que en La Jornada saben, ojo, que él cuenta con apoyos muy importantes entre las personas que mandan en la política y en el sector empresarial mexicano. Así las cosas, existen suficientes razones para pensar que Krauze venció a La Jornada en el reciente litigio no por tener la razón, sino por tener mejores contactos en el poder judicial. Cualquiera que haya litigado en México sabe que en nuestro país los jueces no le dan la razón a quien la tiene, sino a quien la compra o sabe imponerla a base de amistades influyentes.

En la desesperación de los periodistas y escritores que publican en La Jornada por saberse en desventaja frente al historiador muy bien relacionado con el poder, le dijeron a Krauze, , algunas cosas, que en ciertas acepciones que da el Diccionario de la lengua española pueden ser calumniosas, pero en otras claramente son formas de enfatizar lo expresado en el debate político.

Además de eso, dice Krauze, “en línea la cosa era más seria: algunos lectores escribieron ‘Muerte a los traidores’...”. Le aseguro a Krauze que su colaborador Fernando García Ramírez fue el que más odio metió a la polémica en internet.

El señor García Ramírez a mí me calumnió e insultó muchas veces en muy pocos días. Él dirá que hice lo mismo, pero en mi defensa argumentaré que solo me defendí de sus ataques. Yo no busqué a García Ramírez para ofenderlo, sino que él, agresivo, tomó la iniciativa para injuriarme.

No me iba yo a meter con un tipo como García Ramírez al que no conozco y del que, antes de hacerse famoso como calumniador, jamás había escuchado hablar. Él me buscó a mí simplemente para ofenderme por ejercer mi derecho de estar del lado de La Jornada.

Su victoria judicial frente a La Jornada es, para Krauze y el resto de los colaboradores de Letras Libres, “un triunfo de la libertad de expresión y por tanto de la democracia”. Para mí, el triunfo de Krauze en la Suprema Corte solo demuestra que, en México, los juicios los gana no el que tiene la razón, sino el que está cerca del poder.

Dado que La Jornada calificó la resolución judicial en su contra como “ley de la selva”, Krauze decidió utilizar él mismo tal expresión: “Cualquier lector joven de La Jornada, cualquier lector histórico de La Jornada, conoce la inclinación radical del periódico. Señalar críticamente esa postura es un acto legítimo, no un acto salvaje. Contestar con una andanada de insultos, eso es la ley de la selva”. Grandes y graves insultos, invito a Krauze a leerlos, los que lanzó la gente de Letras Libres en Twitter contra los simpatizantes de La Jornada.

Según Krauze, la izquierda intelectual de México ha dado la espalda a La Jornada y, por eso, está hoy “dispersa en otros periódicos”. No opino  lo mismo. Con excepciones, solo veo a intelectuales izquierdistas entregados al poder en los diarios que no son La Jornada. De esto hablaré después.

Krauze, en su texto, le ha pedido a Andrés Manuel López Obrador, al que antes calificó de “mesías tropical”, que con su “ascendiente moral influya para desterrar el odio del periodismo de La Jornada. Creo que esta es una petición totalmente fuera de lugar.

Concluye su texto el historiador con estas palabas: “Por lo que hace a Letras Libres, tras el fallo inapelable y final de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, deseamos pasar la página y reiteramos nuestra franca y abierta disposición para el debate de ideas”.

¿Está Krauze totalmente seguro de que va a pasar la página? Digo, porque el señor Fernando García Ramírez, es decir, el hombre que provocó el problema al haber calumniado (en cualquier acepción del diccionario) a La Jornada, el tipo vulgar que envileció el debate en Twitter insultando a quienes no le daban la razón, ya dio a entender con absoluta claridad, en la red social de internet, que ahora Letras Libres se lanzará a otro proceso judicial para hacer que La Jornada pague al menos, ¡al menos!, los costos del juicio.

Esa amenaza de García Ramírez no es “pasar la página”.

No hay comentarios: