Por Federico Arreola
Calderón, más respeto, por favor
Calderón, más respeto, por favor
“Quinta Real no es una cadena hotelera, es una ‘colección de hoteles’…”. La expresión anterior la leí en una de las computadoras de ese conocido negocio turístico. Se me vino a la cabeza ayer, al mediodía, cuando vi en internet la última y tal vez más inútil calderonada: la de castigar con cárcel de por vida a los secuestradores. Tristemente, lo que empieza a vivir la familia Martí no es una tragedia que merecería el mayor respeto; es una colección de oportunismos.
Felipe Calderón debería ser más respetuoso del dolor de una muy apreciada familia mexicana. Que los medios toquen el tema en exceso, se entiende. Que haya gente dispuesta a marchar para exigir seguridad al gobierno, está bien. Que el asunto se haya convertido en prácticamente el único tema de conversación, no podía evitarse. Pero que el jefe del poder ejecutivo, por más ilegítimo que sea su cargo, aproveche la desgracia para, por un lado, golpear a sus enemigos políticos, y por otra parte, para buscar incrementar su popularidad proponiendo soluciones (como la cadena perpetua) que nada solucionan, esto de plano es una inmoralidad.
Lo que Calderón tendría que hacer es lo que no ha hecho y que ha convertido al primer año de su gobierno en el periodo con record de secuestros en México: trabajar, nada más trabajar. Con discreción y, si no fuera mucho pedir, con honradez y eficacia. Pero el trabajo, al parecer, le saca ronchas.
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