Nota que hubiera querido escribir
Gilberto Balam Pereira
México sin competitividad deportiva
Individuos enquistados en altos cargos deportivos, que de modo nada olímpico brincan cada cuatro años los fracasos sin que sean removidos. Un cinismo que se ríe día a día en nuestras caras, porque se sabe intocable. Ahí siguen los Vásquez Raña, el “Tibio” Muñoz y demás caterva de presidentes de federaciones disciplinarias. Los fracasos no influyen para nada en su permanencia y en sus corruptas acciones… descarado turismo a cargo de fondos públicos…”
Se espera –agrego yo– que el jueves 21 todos los medios del país se volcarán en elogios, halagos y felicitaciones para el “chavo de Uruapan”, única medalla de oro para México, medalla que festeja desinteresadamente el pueblo. Pero poco se sabe también que en sus condiciones de pobreza, su familia lo ha apoyado para forjar su carrera deportista. Y como acostumbran los corruptos funcionarios del deporte y gobierno a quien sirven, es apenas a un minuto antes del inicio de los Juegos cuando reclutan a los jugadores que competirían en las justas deportivas, incluyendo discriminaciones y favoritismos.
Pero una golondrina no hace verano, ni justifica las corruptelas oficiales ni la avidez de los medios televisivos por embolsarse millonadas de dólares por la propaganda que les venden a las empresas patrocinadoras –merced a tantos soñadores jóvenes que viajan a la aventura–, empresas que figuran hasta la saciedad en la pantalla, como una reconocida empresa colera (capturista, es o no u), una tarjeta de crédito, una compañía cervecera, una aerovía y otras más, y que el público finalmente termina por pagar con la elevación de sus precios.
Los corruptos funcionarios “cultivan” a los deportistas mexicanos con perspectivas de triunfos olímpicos. No señores, México, lamentablemente, no tiene mínima capacidad competitiva.
¿Propuesta? Mantener en constante capacitación y disciplina a jóvenes con aptitudes y vocación de determinados deportes durante todo el año y con el estímulo de becas significativas, y no agarrar por parejo improvisadamente y a última hora a entusiastas elementos que sueñan con el podium. Somos el segundo país –medalla de plata– en corrupción y el medio deportivo no puede ser una excepción.
Comentario aparte. ¿Cuántas toxinas consumes al día? Los light
A propósito de las olimpiadas en Beijing. Ya estarán enterados que China es un país que a pesar del grado de crecimiento que ha alcanzado, no se distingue por ser un país con los mejores índices de salud pública. Habrán visto también que en sus mercados se consume toda clase de insectos y mariscos crudos con dudosa calidad de higiene, incluyendo alacranes, sapos, culebras, etc. No faltará un antropólogo que nos salga diciendo: ¡es cultura! ¡Es cultura! Pero hay que aclarar que también hay grados de cultura, unas más atrasadas que otras.
Sabrán también que el numeroso contingente de gringos que viajaron al país asiático cargaron con sus propios alimentos, carnes, leche, cereales, etc. temiéndoles a las infecciones intestinales.
Como comentario no tan aparte y en aras de la modernización, mientras los gringos controlan la calidad de sus alimentos, a los mexicanos nos mandan sus sobras; por ejemplo, las carnes frías que nos venden en los “súper” además de que están conservadas con benzoato de sodio, un químico altamente cancerígeno comprobado hace muchas décadas, derivan de pastas elaboradas con las partes de desecho de los animales que no consumen nuestros vecinos; así, nos exportan, convertidos en pastas, los moch’es o patas, las cabezas, piernas, alas y se quedan aquéllos con las puras pechugas.
Fueron también los E.U. los creadores de los alimentos light, que para no subir de peso. Pero resultó que al cabo de algunos años comenzaron a aparecer en las autopsias de las morgues numerosos casos de cáncer cerebral en grandes consumidores de alimentos Light. Ni moscas ni hormigas se les acercan a estos famosos light. Compruébalo. Por tal razón numerosas asociaciones dietéticas y nutricionales han presentado demandas contra las empresas productoras de estos alimentos que contienen el fármaco aspartame, también altamente cancerígeno. Las demandas no han progresado por razones obvias del gran capital que envenena impunemente a la población.
Para no variar, hace unos diez años, investigadores suecos encontraron que las papas fritas tipo sabritas por su proceso de fritura llegan a adquirir tóxicos como la archilamida y la glicidamida igualmente cancerígenas. Por la misma razón, organismos nutrimentales y médicos han enjuiciado a productores de papas fritas como Mc’Donald y Burger King sin que hasta la fecha se tengan respuestas.
A estas toxinas señaladas hay que agregarles toda esa gama de ingredientes nocivos que usa la industria de alimentos como saborizantes, colorantes, conservadores, etc. etc. Por tal motivo estos productos se han ganado la calificación de chatarras.
Una sobrina me comentó: “pero es que llegas al ‘súper’ y todo está industrializado”. Es verdad, pero es necesario tomar conciencia para evitar futuras secuelas que padecerán las generaciones venideras.
Es de considerarse que el ser humano, por lo general, elige su forma de morir. El conductor ebrio, las chicas que a las primeras de cambio se suben a los coches cuando algún chavo desconocido las invita “a dar la vuelta” y sobre todo los consumidores habituales de los light y que abusan de las carnes frías o de las papas fritas. Que con su pan se lo coman. Luego no digan que no se los advertí sin cobrarles la consulta de nutriólogo.
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