Chin chin el que no
se cuelgue de la medalla
De la misma manera en que todos están sacando raja política del caso Fernando Martí (sobre todo los que hacen histéricos llamados a no sacar raja política del caso Fernando Martí y el combate a la inseguridad como Enrique Peña Nieto), en este momento ya hay un sinnúmero de burócratas del deporte, comentaristas en la materia y demás rémoras del olimpismo nacional que están haciendo hasta lo imposible por colgarse de la medalla de Guillermo Pérez, el taekwandoín que contra todos los pronósticos se llevó la de oro en el tatami de Pekín, exigiendo a diestra y siniestra que nadie se cuelgue de esa medalla.
De la misma manera en que todos están sacando raja política del caso Fernando Martí (sobre todo los que hacen histéricos llamados a no sacar raja política del caso Fernando Martí y el combate a la inseguridad como Enrique Peña Nieto), en este momento ya hay un sinnúmero de burócratas del deporte, comentaristas en la materia y demás rémoras del olimpismo nacional que están haciendo hasta lo imposible por colgarse de la medalla de Guillermo Pérez, el taekwandoín que contra todos los pronósticos se llevó la de oro en el tatami de Pekín, exigiendo a diestra y siniestra que nadie se cuelgue de esa medalla.
Y por más ridículos que se vean tratando de impedir que los oportunistas se cuelguen de la medalla mientras pegan de brincos haciendo lo mismo mientras, cariñosamente, invocan a Memo (ahora es Memo y no el anónimo Guillermo Pérez, de Uruapan), tenemos que comprenderlos. Es lo que saben hacer, para lo que fueron entrenados. Incluso, yo sí vería con sospechosismo a todo aquel funcionario olímpico, personaje mediático y político vivales que no intentara montarse en la presea, sacarse fotos con este nuevo Niño Héroe, mientras lo colman de elogios y zalamerías para sacarle igual o mayor raja que le están sacando al caso Martí. Bueno, ¿no hasta convocaron a una marcha al Ángel de la Independencia para rendirle culto al personaje?
Lo malo, eso sí, es la cursilería. Ahórrenos la pena de verlos llorando como al cronista Antonio Rosique de Tv Azteca para luego, a los gritos, poner al gran winner a la manera de un gran ejemplo. Piedad, no celebren al michoacano como si fuera 15 de septiembre, confundiéndolo con el Padre de la Patria. No hay peor cosa que la incontinencia emocional, cuando está revestida de artificios improvisados y mal hechotes. Qué van a pensar los chinos que llevan un chorro y dos montones de triunfos, están humillando a los gringos, y sin hacer tanto pancho. Sobre todo ahora que no los debemos tener tan contentos después de ver de la visión tan guanajuatizada con la que los seudo cómicos mexicanos han presentado a los choznos de Mao Tse Tung en Televisa y Tv Azteca.
No me extrañaría que los chinos, a la usanza de Hugo Chávez, nacionalicen a Facundo, al Compayito, Tachadito, Omar Chaparro, Derbez y Doña Lucha para aplicarles un tratamiento como el que le metieron a Richard Gere en Justicia roja, en un gulag comunista.
Pobre Guillermo Pérez, no sabe en la que se metió. Es la última Coca-Cola en un país de que se muere de sed habiendo tanta agua.
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