La definición de violencia
Hace un par de meses a mi padre se le acercaron dos sujetos cuando se disponía a abordar su camioneta. Era la una de la tarde en una transitada avenida de la Ciudad de México. Lo encañonaron con un par de pistolas y en el momento que les entregaba las llaves del auto, un tercer sujeto se bajo de un vehículo que se le había cerrado de un minuto a otro. Este hombre portaba una ametralladora
y se la puso en el pecho entre amenazas e insultos. Afortunadamente sólo se llevaron la camioneta. En el momento de hacer la denuncia ante el Ministerio Público y después de relatar detalladamente lo sucedido, el aburrido trabajador del MP que levantaba el acta preguntó que si el robo había sido con lujo de violencia. La pregunta no hizo más que desconcertar aún más a mi padre. ¿Le habían puesto atención? Parece que hoy la definición de violencia en nuestro país ha evolucionado a tal grado que ser amenazado con una ametralladora no significa nada si no te la vacían en el pecho, y aún así, probablemente el muerto tendría que ser más de uno para que la palabra violencia tuviera cierta validez. En nuestro microcosmos, y como en el de muchas familias, este no es el primer episodio del género al que nos enfrentamos, pero después de la denuncia, como siempre, el desamparo es aún mayor. Sólo nos queda agradecer que los ladrones, cuando menos ese día, no tenían ganas de matar.
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