jueves, 21 de agosto de 2008

LA PAROTA

¡¡Exijamos lo Imposible!!
“Un dolor sin vuelta atrás”
Rosario Ibarra

Desde hace ya más de cinco años, el pueblo de Guerrero lucha contra el proyecto de construcción de la presa La Parota. El 24 de agosto de 2004, los campesinos exigieron que se sometiera a consulta pública. Hablaban entonces de la manifestación del impacto ambiental; de que no se evaluaban los daños al sistema hidrológico; no se imponían medidas a los problemas de erosión y sedimentación. Tampoco —decían— se evaluaba el impacto en el abasto y la calidad de agua para Acapulco.

En el importante documento que han dado a conocer, se refieren a las zonas que serían afectadas, como la región hidrológica prioritaria número 29, río Papagayo-Acapulco, y la región marítima prioritaria número 32, Coyuca-Tres Palos. Aducen también que se expondría la zona a un riesgo de epidemias y enfermedades hídricas.

Aparte, se destruirían especies de flora y fauna, algunas endémicas, protegidas por su categoría de especies en peligro de extinción...

Por si fuera poco —agregan—, La Parota se localiza en la zona más altamente sísmica del país, la Fosa Mesoamericana, que limita con la Placa de Cocos y la Placa Continental Norteamericana, y como en todas las grandes presas, se requieren profundos estudios sismológicos, que no se han hecho.

Todo lo anterior se adujo desde el inicio de la lucha; además, “su derecho como núcleos ejidales y comunales a la tierra, tanto para asentamientos humanos, como para actividades productivas”. La expropiación de esas tierras para la presa sería contrario a derecho, “ya que el beneficio de la obra no recae en los pobladores, ni contribuye a su desarrollo. Más bien, contribuye a elevar el nivel de pobreza”

Y desde aquel 2004, siguieron en lucha intensa y hoy no están solos. Miles de habitantes del planeta les brindan su apoyo, sobre todo los afectados por las presas de Yacyretá, que está entre Argentina y Paraguay; Chixoy, en Guatemala; Kariba, en Mozambique; Urrá, en Colombia; los trasvases del Ebro, en Zaragoza; Ilisu, en Turquía; Traveston, en Australia; y Vajont, en Italia, cuyo desbordamiento causó más de 2 mil muertos...

Irresponsablemente, sin asomo de conmiseración, los medios dijeron que esos eran los nombres de un dolor sin vuelta atrás.

Dirigente del comité ¡Eureka!

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