EPN busca el aplauso fácil
Lilia ArellanoEstado de los ESTADOS
- SCJN valida figura del arraigo
- Hacen lo que se les da la gana
- Mineras y narcos, gran amistad
- Reunión histórica Obama-Castro
“Enséñales que todo lo que no es elogio es calumnia”: Jorge Saldaña
Más que un estadista, el presidente Enrique Peña Nieto se exhibe como un personaje histriónico que necesita el aplauso del público para sentirse satisfecho. Lamenta que su administración no sea reconocida, que no se le celebren los “avances” de su gobierno en estos dos años, que no se le reconozca el “crecimiento” del país en diversos rubros, que no se elogie la aplicación de su plan de Gobierno. En una palabra, que no se le reconozca su gran liderazgo al frente de los destinos de México y que no se aplauda su trabajo.
Pero la cruda realidad de la población mexicana es que no hay nada que aplaudir. Sus promesas de campaña como sus compromisos de gobierno son tan huecas como su ego, más propio de un actor de telenovela que de un político nacional. Para el 2015, por tercer año consecutivo, su meta oficial de crecimiento económico se fue al bote de la basura, a pesar de que le fueron aprobadas todas sus “reformas estructurales”.
Lo mismo pasó en 2013 y 2014, y su promesa de crecimiento al 5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) no se alcanzó. Ni siquiera llegó al 2 por ciento promedio anual, y el crecimiento prometido no llegará, menos aún con los recortes presupuestales este año y el que viene para el siguiente.
Frente a sus actitudes de divo, la población mexicana se pregunta: ¿qué hay que aplaudirle a Peña Nieto? Tal vez quiera que se le reconozca su sumisión y subordinación al gobierno de Estados Unidos, el sometimiento vergonzoso del actual gobierno federal a los intereses económicos estadounidenses, exhibido en cada paso de su administración. La violación de la soberanía del país. Seguramente quisiera que se le reconozca el sometimiento del PRI y del PAN a sus órdenes para reformar la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos para permitir que agentes de migración y aduanas de Estados Unidos y otras naciones puedan actuar armados en México.
Menos de dos meses después de haber presentado la iniciativa de marras por parte de Enrique Peña Nieto, 78 senadores votaron a favor y sus nombres quedan ahí plasmados para las páginas negras de la historia de México, entre las que se cuentan las priístas Cristina Díaz y Graciela Ortiz, los panistas Fernando Yunes y Héctor Larios, quienes fueron férreos defensores de la iniciativa.
Veinte legisladores votaron en contra y dos se abstuvieron. Pero en definitiva, Peña Nieto logró que se diera respuesta positiva a una vieja demanda de Estados Unidos al gobierno mexicano.
El daño está hecho y se concretó un “sometimiento vergonzoso a los intereses de Estados Unidos”, como lo recalcó el coordinador del PT, Manuel Bartlett. Se abrió la puerta para que agentes aduanales y de migración del vecino del norte, intervengan también en asuntos de seguridad nacional, como alertó el perredista Alejando Encinas.
Soberbio, Peña Nieto quiere que se aplauda “la aceptación de una nueva imposición de los Estados Unidos, que significará la invasión de todo el territorio nacional por agentes extranjeros armados, lo cual es una absoluta violación a la soberanía de este país”, como argumentó Manuel Bartlett.
Los senadores demostraron que la soberanía y la independencia de México les son desconocidos, que no forman parte de su vocabulario, y los mexicanos nos preguntamos ¿para qué se les paga tanto dinero?
A los legisladores les tiene sin cuidado el hecho de que permitir que agentes extranjeros puedan estar armados en el territorio nacional entraña el riesgo de que éstos puedan hacer mal uso de dicho armamento, además de significar una concesión preocupante de la soberanía del país, como lo advirtieron integrantes de diversas organizaciones civiles.
En medio de la crisis de derechos humanos “más grave de la historia”, el gobierno mexicano permite la injerencia directa de las autoridades de Estados Unidos mediante supuestos acuerdos de migración, combate a la delincuencia y temas fronterizos, destaca Adrián Ramírez, presidente de la Liga Mexicana en Defensa de los Derechos Humanos.
La aprobación de esta iniciativa “es un acto que pone en riesgo la soberanía del país, pues responde a un proyecto de seguridad dictado por Estados Unidos”, consideró Carlos Ventura, coordinador del área de promoción del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria.
SJCN VALIDA ARRAIGO
Enrique Peña Nieto también quiere que se le aplaudan sus “avances” en materia de administración e impartición de justicia. Que aclamemos a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), incluido por supuesto Eduardo Medina Mora, que validaron la aplicación del arraigo, “a pesar de que implica una restricción expresa al derecho y la libertad personal”.
En oídos sordos cayó ayer la argumentación de José Ramón Cossío, quien aseveró que el arraigo debe ser analizado con especial cuidado, porque están de por medio la libertad personal, la presunción de inocencia, la integridad física por riesgo de tortura y la libre circulación de las personas. Subrayó que este mecanismo fuera del proceso legal priva de su libertad a la persona, sin que haya sido acusada formalmente.
Ante los ministros que apoyaron la aplicación del arraigo, encabezados por Eduardo Medina Mora, Cossío aseveró: “si se tuviesen los elementos suficientes para la acusación, ningún sentido tendría el arraigo como medida cautelar autónoma fuera del proceso. Esto demuestra que el arraigo es una medida de auxilio a la actividad investigadora deficiente…”.
Sin embargo, la mayoría de los extraordinariamente bien pagados togados apoyó el proyecto elaborado por Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y consideró que si la Constitución contempla el arraigo, entonces debe aplicarse, sin importar qué derechos humanos sean afectados. ¿Esto es lo que Peña Nieto quiere que aplaudamos?
HACEN LO QUE SE LES DA LA GANA
Posiblemente Enrique Peña Nieto desea que le reconozcamos su capacidad para hacer lo que le dé la gana con los recursos del país, sin darle explicaciones a nadie. Como en el caso de Pemex, cuya nueva ley le permite asociarse y vender el proyecto de su preferencia sin necesidad de explicación ni de tener que hacer una licitación.
Especialistas destacan que “al permitirse la creación de filiales, Pemex le va a dar la vuelta a todo el marco rígido que tenía y todo lo va a estar haciendo a través de filiales y va a vender y va a comprar y va a adjudicar. Ya se acabaron las licitaciones públicas, los temas rígidos tortuosos”.
El artículo sexto de la nueva Ley señala que “Petróleos Mexicanos podrá realizar las actividades, operaciones o servicios necesarios para el cumplimiento de su objeto por sí mismo; con apoyo de sus empresas productivas subsidiarias y empresas filiales, o mediante la celebración de contratos, convenios, alianzas o asociaciones o cualquier acto jurídico, con personas física o morales de los sectores público, privado o social, nacional o internacional”.
Mientras que el artículo séptimo agrega que “para cumplir con su objeto, Petróleos Mexicanos podrá celebrar con el Gobierno Federal y con personas físicas o morales toda clase de actos, convenios, contratos, suscribir títulos de crédito y otorgar todo tipo de garantías”, siempre y cuando el Estado Mexicano mantenga en exclusiva la propiedad sobre los hidrocarburos y se cumpla con las leyes mercantiles respectivas de cada materia.
¿Estas leyes que dicta la cleptocracia gobernante es lo que pretende el inquilino de Los Pinos que aplauda el pueblo mexicano?
BUENA RELACION CON NARCOS
Las “buenas noticias” que los mexicanos se niegan a ver, a las que hace referencia Enrique Peña Nieto en sus declaraciones del jueves en Playa del Carmen, tal vez se refieran a la “buena relación” que inversores extranjeros han establecido con cárteles del narcotráfico para garantizar la operación de sus compañías.
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