martes, 1 de enero de 2013

Podría darse el cuarto estallamiento social

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
¡Por fin se acabó el año 2012!
Joaquín Ortega Arenas

El año que se va, ha dejado a nuestro querido y sufrido país una saga de desgracias y calamidades difícilmente superables. Se desenmascaró la “Dictadura Perfecta” que analizara el Premio Nobel Mario Vargas Llosa. El cambio anunciado para el año 2000 apareció como lo que fue, ¡una verdadera farsa! Realizada con todos los “agravantes de la ley”, premeditación, alevosía, ventaja y TRAICIÓN. Con “premeditación” se había modificado el artículo 82 Constitucional durante el sexenio trágico 1988-1994, para prestar, ¡sí, para prestar!, al Gerente Nacional de “The Coca Cola Co.” Vicente Fox Quesada la Presidencia de la República, con el compromiso de devolverla cuando se le requiriera. Con ALEVOSIA, se violó el sistema democrático, establecido constitucionalmente, empleando para ello todos los sistemas gansteriles a la mano, incluido el engaño mediante todos los medios masivos de comunicación, para que triunfara en verdad y llenara de esperanza al sufrido pueblo mexicano. El día de la toma de posesión, “fue a misa, desayunó en Tepito y acudió al recinto legislativo a ser “ungido” PRESIDENTE DE LA REPUBLICA.

No pasaron 24 horas, y empezaron los dislates del rústico “Presidente”, que no cesaron sino hasta el día en que, “Entregó el poder, en lo obscurito, en secreto como lo que era, un gánster, a su sucesor que notoriamente había sido superado en las preferencias del pueblo, del pueblo, no de la casta política corrupta, de “los dinosaurios”, como los ha bautizado el verdadero pueblo mexicano. Entre sus peores acciones, está el haber empezado el remate de los bienes del país. Concesiones mineras, principalmente a canadienses, mediante las que se permite la explotación libre de tierras obtenidas en arrendamiento a razón de $500.00 por hectárea. De ese modo, se ha saqueado la riqueza minera en una forma inimaginable, como se ha saqueado la petrolera y todo tipo de riqueza que había en este país, El Palacio del Rey de Oros” que cantaba nuestro poeta Ramón López Velarde.

Se acabó ese funesto sexenio y, tal parece que el préstamo del poder se contrató a doce años, porque resultó electo, en medio de fraudes de toda especie, otro miembro de “su Partido”, al que tuvo que trasmitirle ese “poder” a las cero horas del 1 de diciembre de 2006, a obscuritas, en forma totalmente ilícita que los inefables “Medios Masivos de Comunicación” legitimaron, quién sabe a qué costo, ya que esos “medios”, como suele decir nuestro pueblo,No dan paso sin huarache”.

Otro sexenio perdido. Al Nuevo Presidente las condiciones de su elección no le permitieron aparecer en público durante los primeros cinco años de su mandato.

Con la indudable presión de países extranjeros a los que las drogas heroicas causan mucho daño, inició una “guerra contra el Crimen Organizado” que trajo como terribles consecuencias, más de CIEN MIL MUERTOS como daños colaterales: la separación total entre la legalidad y el quehacer del Ejército y la Armada mexicanos, que, pasando sobre todas las dizque garantías constitucionales, asesinaron, ¡sí, asesinaron!, a cuanto “sospechoso de narcotraficante encontraron o inventaron. El REMATE del patrimonio nacional siguió a pasos agigantados. El despilfarro y para terminar, la ya pactada “devolución a como diera lugar del poder” a los dinosaurios. El rústico Fox pidió a los miembros de “su partido” que votaran por el candidato “opositor” y se retiró de nuevo a su feudo de Guanajuato, a morirse “de risa”. Otra vez, la misma historia iniciada en el lejano año de 1884 que permitió a Porfirio Díaz gobernar durante más de treinta años, ampliamente superada por Plutarco Elías Calles, que corporativizó nuestras instituciones al más puro estilo fascista y a partir de 1929, en que inventó el P.N.R., que lleva ya ochenta y dos años en el poder, incluido el préstamo ya relatado.

Hay algo que nos tiene inquietos. Los Partidos Políticos carecen de principios, a secas. Son verdaderos negocios en que los militantes cambian de partido como de calcetines. Donde esté el dinero que regala el Estado, allí los encontrarás.

Pero ¿…cuánto tiempo más aguantará el “sistema?

Los mexicanos suelen aguantar todo, pero en nuestra historia podemos hallar TRES, ¡TRES! estallidos de odio que han costado más de dos millones de vidas y el rezago en todos los órdenes de cualquier desarrollo sustentable. Aunque traten de ocultarlo, seguimos siendo un país medieval.
¡Cuidado! 

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