lunes, 28 de enero de 2013

Una sarta de mentiras es el dichoso 'Pacto'

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
MORENA: la oposición antes y después de las elecciones
Jesús Peraza Menéndez


“Los chuchos” en el Pacto por México

El Pacto por México lo firmaron las tres fracciones del partido neoliberal, el PRI, el PAN y el PRD. Los acuerdos no son postelectorales, más bien vienen siendo el principal acuerdo de este pacto, que fue el resultado del fraude electoral con su bien orquestada coreografía mediática en la que cada cual cumplió con su papel para el teatro político de la imposición de un gobierno ilegítimo. Las más ingenuas creyendo que al no discutir política y enfrentar a “Los chuchos” ayudaban al movimiento de oposición, dejaron pasar la oportunidad de este momento de efervescencia política para hacer algo más que una comparsa de carnaval. Mientras otros, por simple oportunismo arribista, esperando por sus “méritos”, cargos o cobrando de los recursos para la campaña política -algunos sólo para satisfacer su ego mezquinose sumaron a “Los chuchos” incondicionalmente.

El chucho encargado del boicot en Yucatán, Eric Villanueva, ya se fue, dejando descomposición y basura. Dice que no le mandaron dinero, pero habla como funcionario del Pacto por México. ¿Será que no cobre por sus servicios? A ver qué otro libro publica para el acervo de los intelectuales inorgánicos deseosos de presentarlo. ¿Quién más lo leerá si no ellos?

El Pacto se tenía que hacer entre estas destacadas burocracias tecnocráticas del PRI, PAN y PRD, porque sus cifras estadísticas le mostraban la creciente oposición a los programas neoliberales de los gobiernos priístas y panistas. El Pacto debía demostrar que por la vía electoral ninguna oposición al neoliberalismo, por mayoritaria que sea, llegará al gobierno y bueno, en esto hasta ahora han cumplido.

Varios factores se les escaparon de su control. “Los Chuchos”, a pesar de todos los recursos económicos inyectados desde el gobierno y el PRI, no lograron imponer a Marcelo Ebrad como candidato, porque enfrentaban un movimiento social en el que participaba una buena parte de las bases sociales del PRD. Es un cisma interno. Un número importante de los más reconocidos intelectuales de izquierda e intelectuales críticos y artistas no sólo se incorporaron, sino desarrollaron la propuesta de política de la oposición social, además se fueron adhiriendo nuevos segmentos e individuos con el programa de MORENA y su posición de no violencia.

La crisis perredista rebasó los límites de este partido y ponía en riesgo el control político del grupo fáctico que se ha apoderado del Estado, de la vida pública para mantener las acciones de desmantelamiento de las instituciones públicas destinadas al desarrollo social (salud, educación, producción agropecuaria, apoyo a medianas y pequeñas industrias, cultura) que se han creado por las luchas sociales y que son sostenidas con el trabajo de todos.

El peligro lo representaban las clases medias que se fueron sumando a MORENA, se incorporaban a una larga lucha que siguió desde otro fraude que había terminado con imponer a FECAL. Rompían con su voto cautivo a su miedo dado a los priístas o panistas, con expresiones tan novedosas como el movimiento universitario y juvenil “Yo soy 132”, que sin duda alcanza principalmente a los estratos medios ilustrados que ya no ven futuro en las acciones de los gobiernos neoliberales, son síntomas que muestran la descomposición sistémica y su incapacidad para lograr el consentimiento social.

Se buscó por todos los medios violentar el proceso, y hasta actos de violencia que venían de las más absurdas causas los medios electrónicos de información y sus sicarios-locutores, buscaban ligarlas a MORENA, a la oposición electoral pacífica que había consensuado un programa mínimo de cincuenta puntos que abordaban el desarrollo con paz, dando otra orientación y ejercicio eficiente a los recursos obtenidos por la venta de petróleo, mantener las fuentes de energía eléctrica, democratizar la opción para tener estaciones de canales de televisión y radio, atender la demanda de estudiantes en todos los niveles, generar empleo haciendo ahorros en el gasto público, entre otros.

Por supuesto sumaron votos en todo el país sin que estos por cierto fueran reconocidos por las empresas encuestadoras que mintieron una y otra vez para usar sus datos falseados como factor de desánimo de esa oposición que se conforma de los más inseguros y temerosos ciudadanos con perder lo que han logrado: el empleo mal pagado, o los servicios en sus deterioradas condiciones de oferta, la seguridad que deriva en represión y el robo en grandes cantidades para las nuevas y viejas fortunas de políticos y empresarios. MORENA con su candidato AMLO y registrada por el PT, Movimiento Ciudadano y PRD, era la única y real oposición electoral. Debió enfrentarse al Pacto por México, que sumaba a los priístas, “Los Chuchos” del PRD, los panistas que habían roto con FECAL, a los que el mismísimo Vicente Fox se sumó.

Ahora, al mismo tiempo que lanzan un programa contra el hambre, se reúnen en Nayarit para acordar la venta de PEMEX y para aplicar IVA en alimentos y medicinas. Decidieron no difundir la violencia establecida por la incapacidad del Estado y los gobiernos para atender las demandas sociales. El Pacto por México es un acuerdo entre neoliberales que no está diseñado para atender, ni el hambre, ni el desempleo, ni la educación, ni la salud, para cuidar los ecosistemas, para atender las demandas sociales con producción sustentable y con autosuficiencia, sino para desmovilizar a la oposición con migajas y demagogia publicitaria con represión no tan velada. Lo cierto, que la organización social es la única posibilidad de hacer otra cultura con otra sociedad que deje atrás el miedo, el desánimo y que tome la iniciativa para no permitirles vender los recursos de la nación. Y sabemos de los vicios que se reproducen en MORENA, pero también de la capacidad para enfrentarlos.

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