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Estatura y cerebro difieren
Eliseo Martín Burgos
El rey Jacobo I de Inglaterra, al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador de Francia, quiso saber la opinión de su canciller Francis Bacon sobre el diplomático de corte, tan importante, y éste le respondió:
-Majestad es un hombre bien formado, corpulento y grande, de excelente estampa.
-Señor Barón de Berulán, me refiero a qué pensáis de su inteligencia, de su cabeza.
-En ese caso os diré que al embajador le sucede lo que a todos los hombres excesivamente grandes de cuerpo, corpulentos y altos de exagerada talla, como es el caso: son como la casa de cuatro o cinco pisos, en los que de costumbre, mientras las primeras estancias están bien amuebladas, las de arriba, las últimas, están casi vacías.
Antología del Chascarrillo
Segunda Epoca
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