¡¡Exijamos lo Imposible!!
Blog Pedro Echeverria
¿Pueden se autónomos los jueces dentro de un sistema dictatorial presidencialista?
Pedro Echeverría V.
1. Si culpara a la Suprema Corte y a los cinco jueces que intervinieron
en la liberación de Florence Cassez, estaría reconociendo que la SCJN es
independiente y los jueces desempeñan su cargo con autonomía. Si dijera
que los componentes del Instituto Electoral (IFE), que han calificado
las diferentes elecciones presidenciales desde 1982, han sido
independientes y por tanto ciegos ante los terribles fraudes electorales
maquinados que se han registrado en el país, reconocería que ningún
poder ha estado sobre ellos. Sin embargo, pienso exactamente lo
contrario: En determinaciones políticas pequeñas, intrascendentes, el
presidente, los empresarios y los medios de información intervienen
levemente; pero en asuntos grandes, determinantes, que trascienden
internacionalmente, esos poderes analizan antes, toman determinaciones e
imponen sin discusión su política.
2. Desde los años sesenta, cuando comencé a tener idea de la política en
México, inicié la comprobación del viejo dogma que entonces repetían
los analistas: “el enorme poder del presidencialismo mexicano que domina
totalmente a los poderes legislativo y judicial”. Jamás pude comprobar
lo contrario en los 70 años de gobiernos del PRI o en los 12 años del
PAN. El presidente de la República en turno interviene en todos los
asuntos –aunque con pocas palabras o con un sí o un no- por el hecho de
que todos los funcionarios tienen la obligación de preguntarle su
opinión o pedirle autorización. Así que los muy manidos argumentos de
que “el presidente no sabía”, “no estaba informado” o que “engañan al
señor presidente”, caen de su propio peso porque él siempre es la
persona más informada del país. La población conoce en parte esa
realidad y actúa en consecuencia.
3. La consigna de Felipe Calderón, siendo presidente, fue que la Cassez
no saliera de la cárcel porque Calderón siempre buscó demostrar su mano
dura, su autoritarismo, el no estar dispuesto a negociar con la
“delincuencia”. ¿Podía dar pasos atrás si tenía al ejército invadiendo
estados, si llevaba más de 60 muertos, si tenía a mucha gente
protestando en las calles y buscaba demostrar a los empresarios que
estaba dispuesto a defenderlos ante “la delincuencia desatada? El
actual presidente, Enrique Peña Nieto, quiere demostrar –por lo menos en
los seis primeros meses- lo contrario: mucha apertura, enorme apoyo al
pacto firmado con los partidos, estar presto a escuchar. La realidad es
que nunca he visto en el poder judicial o en el legislativo algunas
muestras de independencia, menos de confrontación, con las
recomendaciones presidenciales.
4. En muchos países, sobre todo donde la clase burguesa o empresarial se
desarrolló antes que la clase política (EEUU, Reino Unido) existe una
independencia relativa entre los grandes poderes empresariales y el
gobierno, lo que permite que en muchas ocasiones se confronten. En EEUU
la clase política está conformada por presidentes, congreso, Suprema
Corte, que representan a poderosos grupos empresariales que se
confrontan entre sí. En México fue al contrario: la clase política
triunfante en la Revolución, en los veinte y treinta impulsó el
desarrollo de la clase empresarial y la organizó; ésta se fortaleció
cobijada y subordinada por los gobiernos en turno hasta que ya en los
ochenta comenzó a desbancar a la clase política para hacerse
directamente de todo el poder. Lo que sucedió en 1982 contra López
Portillo y la política de De la Madrid es un claro ejemplo.
5. Algunos opinadores que hablan de que en política hay que “tejer
fino”, saber caminar entre las ramas, para encontrar las contradicciones
entre la clase política, no se dan cuenta de que a pesar de las
diferencias que pudieran manifestarse entre políticos o grupos, siempre
hay una posición dominante que es la del “señor presidente”. Por ello,
sin duda entre los jueces de la Suprema Corte hay contradicciones pero
no pueden olvidar ninguno de ellos que ocupan ese cargo por designación o
recomendación de quien manda en el país, a pesar de arreglos entre
partidos y fuerzas políticas. Solamente en la primera mitad de los años
treinta –durante el maximato callista- no mandaba el presidente. Decían:
“aquí vive el presidente, pero el que manda es el de enfrente”,
refiriéndose al “jefe máximo”, Plutarco Elías Calles. Y lo funesto es
que esa cultura “presidencialista” se ha metido hasta los huesos.
6. Desde los años noventa, con el surgimiento de la llamada oposición
–que no es oposición al sistema económico y político, sino sólo entre
partidos- parece haberse debilitado un poco el presidencialismo; pero
sigue vivito y coleando. Los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón
colocaron en su gabinete, en su partido, en el IFE, en la Suprema Corte,
hicieron candidatos a sus amigos y a quienes quisieron; cuando más
negociaron con el PRI otros cargos. ¿Puede entonces pensar que la
libertad a la francesa Cassez fue por determinación de los jueces cuando
se sabe que los dos gobiernos franceses presionaron con todas sus
fuerzas –incluso poniendo en primer plano las relaciones diplomáticas
entre Francia y México? ¿No estaba inscrito en la estrategia el teatro
que se organizó para presentar en los medios la captura de la Cassez?
Todo parece ser una basura y si así es, que con su pan se lo coman.
(24/I/13)
Consultar: http://pedroecheverriav.wordpress.com
pedroe@cablered.net.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario