viernes, 4 de enero de 2013

EsPurioII ya deja de andar en la pendeja

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Sinembargo 
Que alguien despierte a Peña Nieto  
Por: Redacción 

En los primeros tres días de 2013, el crimen organizado ha dejado un saldo mortal que ya supera la centena de asesinatos.

En gran parte del país (Chihuahua, Sonora, Sinaloa, Durango, Zacatecas, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Puebla y el Estado de México, al menos), han aparecido decenas de cuerpos baleados, decapitados, asesinados después de días de secuestro e incluso más fosas comunes.

El escenario en el arranque de este 2013 no ha cambiado en nada al que se padeció en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa e incluso, de acuerdo con un recuento de Milenio, durante el primer mes del gobierno de Enrique Peña Nieto, la tendencia de homicidios relacionados con presuntos actos del crimen organizado se mantuvo estable respecto a los meses anteriores, con 982 casos, 33 más que en noviembre (949), último mes de la pasada administración encabezada por Calderón Hinojosa.  

Es verdad que muchos dirán que es poco tiempo para cambiar de tajo la estrategia y revertir el fenómeno de la violencia que, con la guerra lanzada por Calderón en diciembre de 2006, se enraizó hasta lo más profundo.  

Pero no se vale que la administración priista de Peña Nieto adopte ahora el silencio como estrategia, el silencio para hacer ver en la opinión pública que no está pasando nada, un silencio que, además, deja hacer y deja pasar los daños directos a la sociedad civil.  

Porque los hechos y las cifras están ahí. En SinEmbargo se ha reportado en los últimos tres días, puntualmente, los hechos y las cifras de los muertos. Hay sangre derramada en buena parte del país.  

Pero desde el gobierno nadie dice nada. Ni siquiera los directamente involucrados en la cartera de seguridad: el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; el titular de la Procuraduría General de la República, Jesús Murillo Karam; el secretario de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos Zepeda, y el secretario de Marina, el almirante Vidal Soberón Sanz.  

Además, desde Los Pinos no ha salido aún una clara definición de cómo realmente se enfrentará el problema de la inseguridad. 

Esta misma semana se publicó la reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, que transfiere las facultades en esta materia a la Secretaría de Gobernación, y derivado de ésta la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal dejó ayer de existir.  

Peña Nieto planteó ya crear una policía militarizada con más de 40 mil efectivos, una entidad conocida como una “gendarmería”, y ha propuesto que esta organización esté bajo mando único.  

Incluso, la actual administración priista tiene contratado al general colombiano Óscar Naranjo Trujillo, como asesor externo del gobierno federal en materia de seguridad.  

Durante su campaña rumbo a la Presidencia de la República y luego ya como Presidente, el mexiquense ha prometido en diversos foros reducir la tasa de homicidios en México más de 50% para cuando concluya su sexenio, en 2018.  

Pero del dicho al hecho, lo vemos, hay un largo camino.

A México le urge fortalecer sus mecanismos de investigación e impartición de justicia, le urgen acciones para reducir la violencia y comenzar a detener el derramamiento de sangre, y el miedo que ha paralizado la vida social y económica de vastas regiones en la República. Pero eso no se logra con autoridades que, hasta ahora, parecen ser presas del “Síndrome de Avestruz”. 

Ojalá, por el bien del país y de sus ciudadanos, alguien despierte a Peña Nieto. Ya es la hora, desde el primer segundo del pasado 1 de diciembre era la hora.
SINEMBARGO.MX

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