¿Extorsión o robo el móvil del asesinato?

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Las periodistas traían un millón de pesos antes de ser asesinadas

De acuerdo con la PGJDF, las periodistas Ana Marcela Yarce Viveros y Rocío González Trápaga, cuyos cuerpos fueron encontrados ayer en Iztapalapa, retiraron un millón de pesos en una casa de cambio del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México horas antes de ser asesinadas. La Fiscalía de Homicidios investiga ahora cuál era la finalidad del elevado monto que cargaban consigo las comunicadoras, y si efectivamente habrían sido víctimas de un intento de robo o de extorsión

México, 2 Sep. (Notimex).- La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) advirtió que el crimen de las periodistas Ana Marcela Yarce Viveros y Rocío González Trápaga, estaría vinculado con el retiro de una fuerte suma de dinero en una casa de cambio del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).

Autoridades de la dependencia informaron a Notimex que la noche del miércoles, cuando se supo por última vez de ellas, las víctimas se reunieron en la zona centro de la ciudad y luego acudieron a una Casa de Cambio de la Terminal 1 del AICM, propiedad de González Trápaga.

Con casi un millón de pesos ambas mujeres se retiraron de las instalaciones y horas mas tarde sus cadáveres aparecieron, con lesiones por estrangulamiento y arma de fuego, en un paraje del Parque El Mirador en la delegación Iztapalapa.

La Fiscalía de Homicidios de la PGJDF investiga ahora cuál era la finalidad del elevado monto que cargaban consigo las comunicadoras, y si efectivamente habrían sido víctimas de un intento de robo o de extorsión.

De manera paralela, la Policía de Investigación rastrea un automóvil Pontiac G3, placas 250 VWV, el cual habría sido utilizado por las periodistas durante los traslados que efectuaron la noche del 31 de agosto; hasta el momento dicho vehículo no aparece.

En este contexto, las autoridades capitalinas han desestimado que el doble homicidio tuviera alguna relación con la actividad que realizaba Yarce Viveros en la revista “Contralínea”, así como la labor periodística independiente de González Trápaga.

Los investigadores trabajan sobre todo con el material de las cámaras de video de seguridad pública, tanto en la zona centro como en inmediaciones de la terminal aérea capitalina, con la finalidad de “hacer el mapeo” de los movimientos que hicieron las víctimas.