¡¡Exijamos lo Imposible!!
Ladillas
El Dulce Cura Viejito y Criollo
Esta columna es en respuesta a la columna “Fascistas y Traidores” de Anel Guadalupe Montero Díaz (http://www.sdpnoticias.com/columna/4817/Fascistas_y_traidores_ ) que aparece hoy 19 de septiembre del 2011 en el Sendero. No busco bronca pero si poner en claro algunos puntos.
Ladillas
El Dulce Cura Viejito y Criollo
Por Pomponio
Como diría el doctor Frankenstein, vamos por partes. El dulce cura viejito criollo que, según la imagen el régimen quiere afianzar, inicio entre chocolatitos la terrible guerra de independencia que ensangrentó y destruyo a la Nueva España, no es tal. Y si, tal vez no era en sus inicios un furibundo Che Guevara mas es obvio que si era lo que se entendería por rojillo en esos tiempos. Si lo afirmo es porque tengo los pelos de la mula (el libro de Paco Ignacio Taibo II – “El Cura Hidalgo y sus Amigos”) en las manos.
I. La Nueva España
Fernando VII era un hijoeputa. Conspiro para derrocar a su padre, Carlos IV, pero el cachorro resulto tan pendejo que no tuvo éxito. La reina era putísima. Se decía que tenia de amante al ministro Godoy (no guey, no es el de Michoacán) y que Fernando VII había sido engendrado por este. O sea, los retrasados mentales que hoy detentan el trono español tal vez no tengan ni una gota de sangre borbona. (En justicia, los borbones del siglo XVIII le dieron a España y sus colonias mejor gobierno que los Habsburgo que reemplazaron, los cuales habían degenerado a tal grado por la consanguinidad que el ultimo Habsburgo, Carlos II, llamado “el Hechizado”, resulto ser tan lleno de taras que no podía ni aparearse para procrear un hijo. Por lo imbéciles, los “borbones” de hoy recuerdan más bien al ultimo Habsburgo.)
El caso es que Napoleón I vio la clase de cloaca inmunda que era la corte española y decidió que bien podría gobernar ahí su borrachín hermano José. Mando encarcelar tanto a Carlos IV como a Fernando VII y proclamo rey de España a José. La plebe española pronto bautizo a este como “Pepe Botella” y con gran celo patriótico hubieron levantamientos en toda la península contra él. Corría el año de 1808.
En la Nueva España el régimen de Pepe Botella también causo aspavientos. El licenciado Primo Verdad, en el ayuntamiento de la muy real y señorial Ciudad de Méjico (con jota) presento una tesis francamente irrefutable. El rollo de Verdad era más o menos el siguiente: “…el papa Borgia, Alejandro VI, en el tratado de Tordesillas, claramente le concedió la Nueva España a la corona de España, no a España…al no haber un rey legitimo de España sino un pelele impuesto por Napoleón, entonces el tratado es nulo, España no tiene ningún derecho a gobernar en tierra de indios, y debe de reasumir su soberanía la ciudad que gobernaba lo que es hoy la Nueva España. ¿Y no era esta la antigua Tenochtitlan, hoy Ciudad de Méjico?...”
¡Josu! ¿Qué implicaba eso? ¿Qué la “indiada” iba a volver a gobernar? La criollada ilustrada (Primo Verdad, Fray Servando, Hidalgo, Allende) no le tenían miedo a andar entre la “indiada”. Pero, ¿y que de los peninsulares que encabezaban los más altos puestos directivos en la iglesia, el gobierno, y el comercio? O peor, ¿Qué de los wannabe de gachupin (que abundaban), los mestizos que se avergonzaban de sus pelos parados y bigotes de aguamiel e insistían en cecear las zetas? ¿Los iban a sacrificar a todos en el altar de Huichilobos o peor, regresarlos a Butrafago de las Alpargatas a que se murieran de hambre en las áridas y pobres tierras de la península? ¡Me cago en Cristo que la “gente de razón” no iba a tolerar tal cosa!
“La gente de razón” luego luego se organizo para oponerse a los “ideas radicales” del licenciado Verdad. Formaron un grupo que la plebe comenzó a llamar “Los Gachupines”, equivalente al Yunque y CCE de nuestros días. Contaban entre ellos a los clérigos más encumbrados, hacendados, comerciantes, varios miembros del gobierno virreinal, y si, la punta de pendejos wannabes de siempre (hoy los llamamos PANistas). Estos últimos serian los gatos, la carne de cañón. Los encabezaba un hacendado de tierra caliente llamado Gabriel Yermo, el cual siempre le fue nefasto a la causa de la independencia, llegando incluso a formar contra guerrillas para combatir a los insurgentes en el sur.
II. Militares Masca Vidrios
El fiel de la balanza era el virrey, don José de Iturrigaray. Pero, ay, este era un viejo rete cabron. Por principio, era un militar masca vidrios. Luego luego se avoco a fortificar Veracruz, Xalapa, y Fortin, por si se les ocurría a los gabachos desembarcar. El mismo regimiento de Lanceros de la Reina en que militaba Allende había sido formado entonces. ¡E Iturrigaray puso en pie de guerra a la Nueva España reclutando y dándole armas a la “indiada” que tanto despreciaban “los Gachupines”! Eso era muy peligroso.
Verán, unas décadas antes había habido otro virrey, militar español masca vidrios, que resulto ser un genio militar, José de Gálvez (los gringos lo recuerdan en el puerto de Galveston). Este virrey Gálvez decidió intervenir en la guerra de independencia gringa pues tanto gringos como ingleses tenían que “enseñarse a respetar” pues entraban y salían del virreinato como si fueran los patrones (hoy en día SON los patrones) y hasta se habían agandallado tierras mejicanas en la Luisiana y la Florida. (Y es que, chiquillos y chiquillas, en ese tiempo el Golfo de México SI era de México.) Para tal efecto Gálvez levanto tropas mexicanas (perdón, mejicanas) que marcharon del centro hasta Tejas. De ahí cruzaron el Misisipi y recuperaron Nuevo Orleans que estaba en posesión de los herejes (perdón, quiero decir ingleses, he estado leyendo en demasía a Pérez Reverte).
Y no contento con esa hazaña, Gálvez decidió seguirse hasta la Florida donde también mando a la chingada a los ingleses ahí, específicamente en Pensacola, que fue tomada por las tropas mejicanas que Gálvez encabezaba. Los ingleses decidieron intentar reinvadir Florida y para tal efecto mandaron unas tropas bajo el mando del general Campbell. Igual, Gálvez y sus mejicanos los volvieron a derrotar, humillando a la misma Black Watch (51st Highlander). De ahí entonces que no pudieron reforzar a Cornwallis en Yorktown, Virginia, y este se tuvo que rendir ante Washington. (Moraleja: los gringos le deben su independencia a los mejicanos.) Corría el año de 1781.
Pero, y este era el pero que “los Gachupines” tenían con cualquier militar español masca vidrios que estuviera dispuesto a armar a la “indiada”, a su regreso a Méjico, al frente de un ejército victorioso que le era leal a muerte, el virrey Gálvez empezó a pensar seriamente en independizar a México, igual que George Washington había hecho con las colonias británicas. Y carajos, con sus tropas mejicanas Gálvez se seguiría, construiría una flota, y tomaría también Cuba, plan que el payaso de Santa Anna también ideo pero que solo Gálvez hubiera hecho realidad. Hasta fijo una fecha para proclamar la independencia, sería el 12 de diciembre de 1783. Pero, unas semanas antes, Galvez amaneció muerto en palacio. Se sospechaba que había sido envenenado por la santa madre iglesia católica, apostólica y romana. La puta de Babilonia había vuelto a joder a México, y lo sigue haciendo hasta nuestros días.
E Iturrigaray tenía, a los ojos de “los Gachupines”, la misma pinta que Gálvez. Y era, además un grandísimo cabrón pues era incondicional de Godoy. ¡Hasta se decía que metió de contrabando un chingo de mercancía cuando llego a la Nueva España! Poco respeto les tenia Iturrigaray a “los Gachupines” y peor, en cuanto oyo la propuesta del Lic. Verdad no mando luego luego que le dieran el garrote sino que hizo saber “…que meditaría si era necesario proclamar la independencia de Méjico, por lo menos hasta que don Fernando VII fuera liberado y asumiera otra vez el trono…”
Así pues, lo que Iturrigaray sopesaba era la misma arenga (“¡Viva Fernando VII!”) que Hidalgo uso dos años después. Se independizaría a la Nueva España y luego se viriguaria. Era muy remoto que Fernando VII regresara al trono. La Grande Armee era un trabuco y Napoleón un chingón. (Solo fue cuando el corso hizo el error de meterse a Rusia que su imperio llego a su fin.) Ciertamente, el gran Morelos fue el primero que abiertamente proclamo la independencia de México (con equis). Pero, en la práctica, lo que iba a intentar Hidalgo era lo mismo: independizar a la Nueva España
III. El Primer Golpe de Estado
sigue leyendo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario