domingo, 3 de agosto de 2008

LA PARTICIPACION POPULAR ...¿ES ILEGAL?

¡¡Exijamos lo Imposible!!
¿INCONSULTA?


por José Luis Piñeyro

La reciente consulta ciudadana sobre la propuesta presidencial de reforma petrolera ha sido rechazada por las fuerzas de la transición a la democracia representativa como un acto ilegal por ser convocado por un gobierno capitalino sin facultades legales para ello, ilegítimo por no representar a la mayoría, riesgoso por poder desencadenar la violencia social, confuso por las preguntas, partidista por ser obra del PRD y organizaciones afines, inútil por todas las razones.
No se entiende, entonces, porque la furia mediática de analistas, comentaristas, locutores, grandes empresarios y personajes políticos. Sin duda, la consulta tuvo errores de planeación, organización, difusión e instrumentación, así también como lastres que aprovechó la guerra mediática como los perennes conflictos del PRD y su invalidada elección interna, más exageraciones propias de esa guerra. Sin embargo, la poca participación ciudadana expresó un hecho añejo como es el gran abstencionismo electoral y la desconfianza a la democracia representativa que a su vez se refuerza por dos costumbres y prácticas políticas de la oligarquía que hacen suyas ciertos analistas.

Primera, referida a la mecánica de “negociación” donde para “los procedimientos y reglas se proponen mecanismos flexibles para los acuerdos entre las clases políticas y las clases dominantes, pero inflexibles cuando se trata de la participación popular. Las formas y arreglos prácticos se hacen rígidos y mecánicos, en este último caso”. Segunda, es la tocante a la creación y acción de la ciudadanía donde sucede “una disolución de los actores a favor de una ciudadanía apresurada, no muy consciente, pero proyectada como ‘artífice central’ de un cambio político que no controla. Sus acciones son presentadas como actuaciones, fugaces y transitorias, pero decisivas, constituyéndose —la ciudadanía— cuando ‘debe’ hacerlo, y no ‘antes’”. (Otto Fernández. Política, economía y subjetividad: de la transición posible a la consolidación improbable. Sociológica. No.19, 1992). Estas agudas e irónicas reflexiones tienen una actualidad impresionante, pues el famoso estado de derecho aparece cuando se trata de movilizaciones sociales y protestas políticas y desaparece frente a la impunidad, la corrupción y los compromisos de y entre las clases dominantes, de igual modo, la ciudadanía requerida para la transición debe ser pasiva pero activa electoralmente, gradualista y siempre reformista nunca revolucionaria, tolerante de las enormes desigualdades económicas pero respetuosa de la legalidad, en fin, debe actuar en la dirección correcta y cuando se necesita legitimar las decisiones de la elite.

Nada de democracia participativa o de democracia sustantiva con contenidos no solo políticos sino también económico-sociales, es una consigna clave. Socializar las pérdidas vía rescate bancario, carretero o azucarero y privatizar las ganancias, es la otra. La pasada consulta y las venideras son ejercicios de organización y fortaleza ciudadana que pueden reducir la práctica oligárquica de las componendas y la de la ciudadanía dosificada y sincronizada. Sí se puede y debe opinar, participar y decidir, presione a sus legisladores, no tienen un mandato expreso de los votantes para decidir sobre el petróleo, recurso vital y estratégico para el futuro de la nación y del Estado. No se deje engañar con la posible restauración autoritaria.

No hay comentarios: