sábado, 20 de octubre de 2012

Vamos derecho a la confrontación general

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Por Esto!
La represión en Michoacán ¿un adelanto del Peña Nietazo?
Jorge Canto Alcocer

No es novedad que la reforma educativa de las normales sea regresiva y atente contra los valores democráticos, populares y participativos que caracterizan en México a las normales rurales. Consultando el portal de la SEP al respecto, claramente vemos que los criterios en los que se basa proceden de la OCDE, del muy cuestionado modelo por competencias y de consultas con organismos privados, con apenas un barniz, una simulación de participación de los actores interesados. Tampoco es sorprendente que, sin el menor diálogo, sin el más mínimo respeto a las formas, el gobierno federal esté imponiendo la reforma a rajatabla, a despecho de las protestas de docentes y estudiantes en todo el país, principalmente en Oaxaca y Michoacán.

Lo que es de llamar profundamente la atención es la torpeza con la que el conflicto ha sido manejado por el gobernador priísta de Michoacán, Fausto Vallejo Figueroa, quien con apenas un semestre en el cargo se ha ganado a pulso el repudio del pueblo michoacano, rehén de las estupideces de Faustito, del intervencionismo del espurio Calderón y del protagonismo de los grupos criminales que continúan controlando amplias regiones de la entidad.

Sin tener vela en un entierro que correspondía principalmente a las autoridades federales de la SEP, Vallejo ha entrado de lleno en el conflicto planteado por las movilizaciones estudiantiles, apoyadas ahora con contundente fuerza por los combativos maestros de la Coordinadora Nacional de la Educación, que en Michoacán tienen contra las cuerdas a los pusilánimes esbirros de Elba Esther.

Con la energía que le falta para poner coto a la delincuencia común y organizada, el gobierno de Michoacán apoyó la violenta represión en los planteles normalistas tomados por el estudiantado y encarceló a casi doscientos jóvenes detenidos por las fuerzas federales, de los cuales finalmente ha consignado a 49al momento de escribir estas líneas la mayoría de ellos habían sido liberados bajo fianza, pero a ocho se les negó este beneficio- acusados de los delitos de “motín y sedición”, un expediente que nos recuerda demasiado al discurso diazordacista. No hay que olvidar que Vallejo ingresó al PRI precisamente en 1968, justo a contracorriente de los movimientos estudiantiles que conmovieron al sistema en aquella coyuntura, y que tuvieron específicamente en Michoacán una de sus manifestaciones más vigorosas fuera de la capital de la república. Así que mientras que la mayoría de sus condiscípulos de la histórica Universidad de San Nicolás encabezaban protestas en pro de la democratización de la educación y del país entero, Vallejo servilmente lamía las manos de los represores con el afánhoy vemos que exitoso- de hacer “carrera política”.

No sólo Michoacán está convulsionado con la represiva política de Vallejo. Las protestas han llegado a Oaxaca, Veracruz y el Distrito Federal, y amenazan con extenderse a otras regiones del país, así como con amalgamarse con las movilizaciones contra la reforma laboral, las protestas contra el fraude electoral y la infinidad de movimientos colectivos en acción en nuestro país.

Mientras, el represor de Atenco continúa su paseo por las Europas, poniéndose a los pies de las oligarquías del Viejo Mundo, aparentemente ajeno a la agudización de los conflictos provocados tanto por el saliente Calderón como por politiquillos como Vallejo. ¿Le están haciendo el caldo gordo a quien llegará a la presidencia en medio de un generalizado repudio popular? ¿Se ensaya ya la política que caracterizará a su ilegítimo gobierno? Lo cierto es que día con día despertamos con nuevas pugnas entre el poder y el pueblo, en una escalada que pareciera conducirnos, de manera ineludible, a una confrontación general.

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