¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Sexenio necrófilo
Francisco Rodríguez
Indice Político
Felipe Calderón posee una burda fascinación por la muerte. Con su
estúpida guerra convirtió al territorio nacional en camposanto. Por las
fiestas del bicentenario independentista, sacó a los héroes de sus
nichos y mandó sus cadáveres a desfilar por el Paseo de la Reforma.
Llora a sus muertos –Mouriño, Blake, Lujambio— en ostentosas pompas
fúnebres que sólo corresponden a jefes de Estado. Y ahora exhuma
despojos de los padres de Heriberto Lazcano, el narcotraficante que ya
acribillado mantiene a raya del ridículo a las fuerzas que dizque son de
la ley y el orden.
¿Qué le sucede a este ocupante de Los Pinos? ¿De dónde proviene su
seducción por la muerte? ¿Por qué 70, 80 ó 150 mil asesinados en lo que
va de su sexenio no lo conduelen ni lo conmocionan? ¿A qué vino eso de
“celebrar” 200 años de independencia de España –porque dependientes
somos ahora de los Estados Unidos y, otra vez, de España— con una
procesión mortuoria? ¿Por qué sus cadáveres merecen honores y no los de
las muchas víctimas colaterales?
Exhumar los cuerpos de los progenitores del llamado “Lazca” va más allá
de toda proporción. Que dizque para comparar el ADN. ¿Con qué se hará la
comparación si el cadáver no aparece?
Son muchas las dudas sobre la identidad del personaje acribillado por
marinos en Progreso, Coahuila. Con la exhumación de los restos mortales
de los padres del “Lazca”, la propia fallida Administración da muestras
de ni siquiera ella estar segura de sus asertos, boletines y
declaraciones triunfantes.
A exhumar cadáveres, pues. E irremediablemente a recordar a aquel
grotesco personaje apodado “La Paca”, que se convirtió en la delicia de
los comentarios propios y ajenos, pero que –ardid del $alini$mo—
consiguió desacreditar las acusaciones en contra del “hermano incómodo”
de aquel ex presidente también espurio.
Y es que usted, seguro, recuerda aquella mañana del 9 de octubre de
1996, cuando el investigador Pablo Chapa estaba exultante. “¡Es Muñoz
Rocha!”, gritó, cuando los peritos de la Procuraduría General de la
República extrajeron un cráneo del jardín de la finca El Encanto,
propiedad de Raúl Salinas. Esa calavera, amorosamente colocada en una
bandeja, era la prueba que el detective esperaba para demostrar la
implicación del mayor de los Salinas en el asesinato de José Francisco
Ruiz Massieu, su ex cuñado y secretario general del Partido
Revolucionario Institucional, tiroteado en septiembre de aquél
imborrable 1994.
Hoy, como en ese entonces, la necrofilia fallida se apodera de los
poderes públicos ocupados –“haiga sido como haiga sido”— por el
calderonato.
De acuerdo a los diccionarios, la necrofilia es la atracción sexual por
cadáveres. La necrofilia ideológica, según el pensador Moisés Naím, es
el amor ciego por las ideas muertas. Y la necrofilia de Calderón es mera
vacilada, ¿no cree usted?
DUDAS IMPRUDENTES
La semanal Lectura Política del Grupo Consultor Interdisciplinario que
coordina Alfonso Zárate, enumera el porqué pocos creen en la muerte de
Heriberto Lazcano:
“No existen, a diez días del suceso, pruebas contundentes de que el
delincuente ‘abatido’ fuera El Lazca. Las fotografías divulgadas por la
Marina no cierran el capítulo. Tampoco el registro de huellas dactilares
que, según la información divulgada, fue realizado por la Procuraduría
coahuilense. En esa perspectiva, incluso los más fervientes centinelas
de la verdad oficial cultivan dudas. ‘Hasta el momento —apunta el
columnista Pablo Hiriart— no conocemos ésa, la única prueba de que el
cadáver entregado a un MP de Sabinas corresponde a quien en vida se
llamó Heriberto Lazcano Lazcano. Hay dos posibilidades: no quieren
enseñarlas por alguna razón desconocida, o nunca se tomaron esas
huellas.’
“Tampoco hay esperanza de que el resultado de la autopsia ofrezca
certidumbre. La acumulación de contradicciones no ha hecho más que
expandir la baraja de especulaciones. ¿Cinco o seis balazos? ¿Un tiro a
la cabeza, con bala de alto calibre, sin desfigurar el rostro?
¿Padecimiento terminal o simple afección lumbar? Las versiones del
procurador estatal Homero Ramos y de su subalterno, el jefe de Servicios
Periciales, parecen referirse a cadáveres distintos.
“Y qué decir, para colmar el vaso de la intriga, de la dimensión
elástica del capo y su cadáver. La información de la autoridad mexicana
registra 1.60 de estatura, la agencia antidrogas norteamericana 1.72 y
los practicantes de la autopsia no lo bajan de 1.80…
“¿Y los 20 centímetros de diferencia? ¿Sería posible, sólo por suponer,
que Plataforma México —la imponente base de datos de la Secretaría de
Seguridad Pública— careciera de información actualizada —aunque fuere
por “estimados” de terceras personas? ¿Sólo es alimentada con
información institucional: foto de ovalito, ficha curricular, cartilla
liberada? ¿A ello se reduce la sofisticación del magno instrumento para
la generación de inteligencia?”…
Sí. A eso se reduce. Nada más.
Índice Flamígero: ¿Lo mismo, pero más barato? El equipo de transición
del próximo jefe del Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel
Mancera, nos costará a los contribuyentes capitalinos sólo 3.4 millones
de pesos. Nada que ver con los 150 que se gasta ya en el cambio federal.
+ + + Dentro de 42 días termina el invierno sexenal. ¿Comenzará una
primavera o serán seis años de verano ardiente?
www.indicepolitico.com / pacorodriguez@journalist.com
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