El político que anda 'descalzo' en un Porsche
Ni se nota que es época de vacas gordas para los integrantes del PRI,
quienes sin esperar a que llegue, ya no digamos el 1 de diciembre, sino
por lo menos el fallo del Tribunal Electoral, ya se pasean haciendo
válida la máxima de ‘es un pequeño lujo, pero creo que lo valgo’.
Por
lo menos así se vio el flamante senador electo por el estado de
Michoacán, José Ascensión Orihuela Bárcenas, cuando llegó a una reunión
con Enrique Peña Nieto en la Ciudad de México a bordo de un humilde
vehículo automotor alemán.
Por supuesto no hablamos de un
Volkswagen Sedán, lo cual no sería raro tomando en cuenta que Vicente
Fox ofreció ‘vocho y changarro’ para todos. Se trata nada más y nada
menos que una simple baratija llamada Porsche Panamera Turbo S con un
precio de lista de 133,500 dólares, algo así como un millón 750 mil
miserables pesos.
Orihuela Bárcenas tiene una larga lista de
cargos en su currículum que da cuenta de que tarde o temprano, a unos sí
les hace justicia la revolución, por lo menos dentro del PRI. De 1984 a
la fecha ya fue presidente municipal de su natal Zitácuaro, secretario
general del comité estatal del PRI, secretario de Desarrollo
Agropecuario de Michoacán, presidente estatal del PRI, senador de la
República, miembro del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, diputado
federal plurinominal, secretario ejecutivo de la CNOP y a partir del
próximo mes lo veremos de nuevo en el Senado.
Sólo le faltó
apañarse la gubernatura de su estado pero se le atravesó Fausto Vallejo,
recordado por regalar fajos de billetes en sus recorridos de campaña
para que la gente “pudiera regresarse” en camión. Aunque juzgando por lo
descalzo que anda a la hora de surcar el pavimento, el perder la
posibilidad de ser mandatario estatal le convino más.
O tal vez
sea uno de esos fetiches con los que compensa su frustración (sí es así,
nos queda claro que fue una muy, pero muy grande).
Lo que
sorprende no es el hecho de que maneje un auto que alcanza una
aceleración de 0 a 100 kilómetros por hora en tan sólo 3.8 segundos, ni
que registre una velocidad máxima de 306 km/h.
Lo que en verdad
llama la atención es que ande por ahí paseando sin temor en un país
donde no puedes usar una camisa Manchester para sentirte a gusto o darte
un detalle de distinción entre el zapato y el pantalón sin que el
crimen organizado te tome de inmediato por ostentoso.
Quizás
seamos muy mal pensados (ya ven que no se nos da) y la acción de
Orihuela no refleje la actitud insensible de un político y servidor
público que también es empresario -es accionista de al menos cuatro
agencias distribuidoras de automóviles y de dos empresas que ofrecen el
servicio de grúas- en momentos en que un huevo cuesta más que un pollo,
al igual que el bolillo y la telera.. No señores, lo que vemos aquí es
una muestra de lo que nos espera en el próximo sexenio, donde
administraremos (de nuevo) la abundancia, nuestros problemas se acabarán
y todos podremos andar, seguros y sin pena, en un Porsche Panamera.
Sólo es cuestión de esperar. Y de soñar.
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