Doble Fondo
Por Juan Pablo Becerra-Acosta M.¿Para qué demonios sirve el multimillonario IFE?
El senador del PRD Pablo Gómez, que publica sus artículos en este mismo espacio los viernes, conoce como pocos el sistema electoral mexicano, sus leyes, reglamentos y códigos: del 2000 al 2003 fue representante de su partido ante el IFE, en donde tuvo un buen papel en la investigación de los escándalos de los Amigos de Fox y el Pemexgate, pesquisas que concluyeron con sendas multas (tardías, por cierto) al PAN y al PRI, debido a sus gastos ilegales de campaña en el 2000.
Pablo publicó el viernes pasado un artículo titulado “Las contradicciones del IFE”, en el cual exhibió la ineficacia (acaso negligencia) de ese instituto al indagar (es un decir) lo que ocurrió en el reciente proceso electoral. Le copio parte de lo que redactó sobre las obligaciones y potestades del IFE:
“El IFE tiene capacidad plena para realizar investigaciones aun sobre los secretos, incluidos el fiscal y el bancario… El IFE tiene obligación de realizar exhaustivamente sus investigaciones… La carga de la prueba en las quejas y denuncias no corre por cuenta del quejoso o denunciante sino, eventualmente, del IFE, como resultado de sus propias investigaciones… La propaganda ilícita, la compra de votos y el uso indebido de recursos son transgresiones administrativas y no sólo penales, por lo que el IFE es autoridad en tales materias…”
Pablo protestó: “Sin embargo, el IFE se declara inepto para abordar cuestiones que le competen directamente y renuncia a investigar quejas sobre propaganda encubierta, uso de recursos fuera de la contabilidad, y compra de votos. (…) Al cabo, ‘de la investigación (¿cuál?), no se desprende ninguna conducta ilícita’, se ha dicho. El IFE pregunta por aquí y pregunta por allá, sin método, sin plan, sin ganas de conocer la verdad, y declara que no encuentra nada de nada. (…) Esta es una desvergüenza”.
En dos décadas los mexicanos nos hemos gastado cientos de miles de millones de pesos para construir una democracia electoral que nos haga olvidar los fraudes del PRI. Nos hemos gastado cientos de miles de millones de pesos para darle “dientes” al IFE, a fin de que no sea un simple organizador de casillas; un multimillonario recopilador de cifras, de números de votos que otros cuentan; para que no sea un simple expendio de credenciales; un simple censor de spots; para que no sea otro multimillonario y gigantesco ente burocrático en el que sus señorías Consejeros, nutritivamente renumerados, vivan, rodeados de asesores, en un mundito de pureza que no debe ser criticable, so pena de ser tachado como enemigo de las instituciones.
“¿Para qué sirve el IFE este 2012?”, me preguntó alguien hace unos días. Además de lo que cité líneas arriba, y de aquello para lo cual no sirve (mencionado por Pablo), no sé…
jpbecerracostam@prodigy.net.mx
twitter.com/@jpbecerraacosta
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