Aún está a tiempo Peña Nieto de hacer lo correcto
Por María Teresa Jardí No están del todo equivocados los judiciales federales que alegan haber confundido con narcotraficantes a los elementos de la DEA que iban acompañados por un elemento de la Marina en una camioneta, en la cual viajaban por territorio mexicano, cuando fueron atacados por los paramilitares que se conocen en México como policías. Lo que, de entrada, si no fuera por las consecuencias atroces que para México va a traer el hecho, incluso se podría pensar como una revancha del cielo, en contra de los que por el mundo entero, ya se sabe, que son los reales capos controladores del narcotráfico como el ámbito delincuencial pero productor del dinero con el que se mantiene el sistema financiero del Imperio yanqui; de los que ya se sabe que son los impulsores de las consecuencias de la droga mantenida como clandestina, porque solo como clandestina, la productora puede funcionar como productora de la violencia, que como consecuencia, llegado un entreguista como cabeza, puede llevar a la declaración de una falsa guerra, con la que, entre otras cosas, como borrar del mapa a pobres que sobran, a periodistas que informan y a luchadores que denuncian, se ha convertido a nuestro país en laboratorio, como puerta del dominio, que con el pretexto del narcotráfico por ahora, al que se suma el del terrorismo y al que no tardará en sumarse el de la guerrilla; laboratorio para hacerse del control, el imperio yanqui, de América Latina y ya van por Centro América que no tardará en repetir de nuevo su larga historia de represión que muchos creían superada.
Y si no los paramos todos los pueblos unidos, empezando por ubicar, de entrada, a nuestro primer enemigo, luego el imperio irá a por el Sur, que se le está saliendo de las manos, con presidentes menos entreguistas. El pago por el ataque a los de la DEA será enorme y llevaban los susodichos un vehículo con placas diplomáticas, lo que da buena cuenta de la desesperación de García Luna, quien demasiado quieto se muestra por estos días, a pesar de lo necesitada que se encuentra la telebasura de más shows mediáticos con qué distraer “al populacho”, a “los lúmpenes”, que no acabamos de entender que en México el IFE y el TRIFE quieran imponer como cabeza a un individuo desprestigiado a lo largo y ancho del mundo, incluso ajeno, se podría decir, parodiando el titulo de la novela de Ciro Alegría, que por supuesto también viene a cuento, como viene la necesaria relectura del boom latinoamericano para entender las dictaduras.
Calderón no está dispuesto a dejar ni un solo títere con cabeza. Quien llegó usurpando y acaba como genocida, deja al Ejército Mexicano brutalmente desprestigiado, incluso para cumplir con el mandato que justifica su existencia. Lo que es alarmante incluso en términos de lo que en México anuncia como la crónica de los próximos, de momento seis años, nuevamente de desgobierno a modo de las mafias que controlan por completo al poder, de momento, con un negro horizonte a la vista para los próximos seis años, que quién sabe hasta cuándo puedan prolongarse para el pueblo masacrado que Calderón deja, llevándose la fortuna inmensa que le habrá dejado el puesto usurpado, manchada con la sangre, del pueblo que no lo eligió tampoco mayoritariamente, como su único bagaje.
Retratado en él tendría que verse Peña Nieto que está a tiempo de hacer lo correcto y esperar en todo caso otros seis años o incluso presentarse como candidato con igualdad de condiciones a la nueva elección convocada por un interino, luego de que se invalide la que a México desprestigia y por encima del menos democrático país del mundo.
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