Los motivos de una imposición
Por Jorge Canto Alcocer Está claro que imponer a Peña Nieto en la presidencia de la república no es un simple capricho de unos cuantos barbajanes. Tampoco es decisión gratuita de los dueños de los medios de comunicación. Ni siquiera lo es del grupo de mafiosos dinosaurios que sueñan con regresar al poder total y a la corrupción sin límites. Imponer a Peña, sobre todo tras los estrepitosos fracasos de los gobiernos federales panistas, tiene como objetivo primordial el de mantener y fortalecer un sistema económico-político que produce inmensas ganancias a un puñado de oligarcas nacionales y a unas cuantas decenas de consorcios multinacionales que controlan el capitalismo mundial.
Cierto es que no revelamos el origen del hilo negro con la anterior afirmación, pero conviene tener presente de qué se trata la presente política, más allá de aspectos coyunturales, como la personalidad de los candidatos, las estructuras de los partidos, el mayor o menor grado de cinismo, corrupción y autoritarismo existente en las diversas instituciones que hacen las veces de empresas electorales al servicio de los poderosos.
Por ello es posible establecer similitudes entre el microfraude que logró imponer a Calderón, y la gigantesca, compleja y multimillonaria operación financiera que pretende imponer a Peña. La analogía no estriba en la diferencia de poco más de cien mil votos fraudulentos que, validados por el IFE del 2006, permitieron a Calderón usurpar la presidencia, o en los alrededor de tres millones de sufragios falsos que ahora se esgrimen para intentar entronizar a Peña. La semejanza entre ambos fraudes se encuentra en que fueron realizados para proteger y acrecentar el injusto, inmoral e ilegal sistema que propicia la existencia de unos cuantos que todo lo tienen y todo lo pueden, y muchos millones que carecen de todo, hasta del derecho de elegir libremente a sus gobernantes.
La magnitud de la inequidad e iniquidad del actual sistema económico mexicano fue develada parcialmente por el reciente informe del Banco de México sobre transferencias de recursos al extranjero. Claro que la institución manejada por Cartens presentó los datos como evidencias de la fortaleza de la economía mexicana, pero una mirada algo más detenida nos manifiesta la terrible perversión del capitalismo nacional.
El informe al que aludimos dio a conocer que tan sólo durante la usurpación calderonista, la oligarquía mexicana transfirió al extranjero más de 145 mil millones de dólares, correspondiendo una tercera parte a transferencias realizadas a cuentas financieras particulares, otra tercera parte a inversiones en bienes productivos, y el resto a actividades no identificadas.
En otras palabras, y considerando que este gran total corresponde a poco más de cinco años de la administración calderonista, el informe indica que cada año casi treinta mil millones de dólares producidos por el trabajo y los recursos de los mexicanos salieron de nuestra economía para gastarse o invertirse en otros países. Treinta mil millones de dólares anuales que bien pudieron haberse invertido en México y que holgadamente hubieran permitido enfrentar los principales problemas nacionales.
Para un país con unos 15 millones de hogares en pobreza, treinta mil millones de dólares por año habrían podido financiar con creces el costo de la canasta básica para todas y cada una de dichas familias; en un país que expulsa sistemáticamente de la educación pública a más de dos millones de jóvenes cada año, treinta mil millones de dólares permitirían garantizar la educación superior no únicamente para todos aquellos que son rechazados, sino para todos y cada uno de los adolescentes mexicanos; en un país con un atraso tecnológico y científico abismal, treinta mil millones de dólares permitirían apoyar a unos 50 mil proyectos de investigación; en un país con catorce millones de trabajadores en la economía informal, treinta mil millones de dólares permitirían crear puestos de trabajo seguros, estables, bien remunerados y jurídicamente protegidos para los catorce millones que hoy viven al día y en absoluta inseguridad.
Como vemos, la oligarquía tiene cada año treinta mil millones de motivos para manipular las elecciones e imponer candidatos y agendas, financiar programas y hasta medios de comunicación dedicados exclusivamente a atacar a los proyectos alternativos y a llenar de elogios a los defensores del statu quo. Y eso solamente considerando los datos oficiales del Banco de México, porque en realidad el saqueo a nuestra sociedad y a nuestro patrimonio es mucho, muchísimo mayor.
Frente al poder de esa oligarquía sólo tenemos nuestras manos, nuestras consciencias, nuestra dignidad, nuestra solidaridad. Con el honesto liderazgo de Andrés Manuel, con el apoyo de medios congruentes y comprometidos como nuestro POR ESTO!, seguiremos, hasta la victoria, en la batalla contra la imposición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario