El investigador y maestro en demografía del Colegio de la Frontera Norte, Luis Enrique Sánchez, encontró luego de analizar la base de datos del IFE de los resultados de la elección del primero de julio que el 54% de los resultados de los recuentos ordenados por el IFE tuvieron errores, dando como resultado que más del 25% del total de las casillas electorales tienen inconsistencias.
Y si hay errores en más del 25% de las casillas electorales, por ley la elección debe ser anulada.
Sin embargo, y a pesar de esas inconsistencias, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación declaró hace apenas unos días que los votos en la elección del primero de julio estuvieron bien contados. Y que, inclusive, el recuento de votos robustece a las instituciones electorales.
El que dijo que los votos estuvieron bien contados fue el magistrado presidente del TEPJF, Alejandro Luna Ramos el pasado 17 de agosto.
Pero Luis Sánchez lo refutó el 20 de agosto en un extenso reportaje del semanario Zeta de Tijuana.
Sánchez encontró que en muchos de los resultados de los recuentos los votos finales no coinciden con el total de votos entregados a cada casilla recontada. En promedio, señala, cada casilla tiene 11 votos demás u 11 votos de menos.
Peor aún; hubo casillas que no se recontaron a pesar de que los resultados fueron claramente alterados.
Sánchez señala: “si las casillas no recontadas tienen el mismo nivel de error podríamos suponer que no es el 25 por ciento de las casillas mal contadas sino el 52 por ciento, es decir 855 mil 514 boletas que están demás o de menos”.
¿Y qué creen? En la mayoría de las veces que se encontraron casillas zapato -donde casi toda la votación es para un sólo candidato y cero, o muy pocos para los demás candidatos- sólo había representantes de casilla del PRI.
El detalle es que quien debió haber impedido estas inconsistencias es el IFE. Dice Sánchez:
"El IFE dice que la elección fue bien realizada ya que hubo un millón de ciudadanos cuidándola; lo que no nos dice el IFE es que eran un millón de ciudadanos mal capacitados, fácilmente manipulables, y que no estuvieron en todo el proceso de la elección".
Agrega respecto a la investigación que realizó:
“Este trabajo documenta muchos errores que no deberían de suceder: mala captura de información, robo de boletas, embarazo de urnas, casillas con más votos que electores, mala capacitación de funcionarios de casilla, información incompleta o mala información del IFE, entre otros”.
Siendo el caso, resulta ya no increible, sino sospechoso, que el IFE y que el Tribunal Electoral estén diciendo que la elección fue limpia y que los votos se contaron bien.
Esto quiere decir que el IFE está siendo mal manejado a pesar de los millones de pesos al año que le pagan a los consejeros del IFE, particularmente a Leonardo Valdés Zurita.
¿Cómo es posible que existan errores en los recuentos del IFE y que no exista certeza del resultado electoral en 25% de las casillas?
Con razón los resultados de los recuentos nunca variaban desde el principio. Los números DE LOS RECUENTOS simplemente no son veraces.
Esto quiere decir que Leonardo Valdés Zurita debe ser cesado, tal como lo fue en su momento Luis Carlos Ugalde.
Si el PAN y el PRD quieren realmente garantizar que el PRI no vuelva a hacer fraude, deben incluir en una reforma electoral el cese inmediato de Valdés Zurita y de los consejeros del IFE que le han estado haciendo coro.
Vamos, sólo UNO de los consejeros del IFE, Alfredo Figueroa, recriminó a sus compañeros que no se hubiera investigado a fondo, por ejemplo, la publicidad encubierta de Enrique Peña Nieto en Televisa.
¿Cómo se puede confiar en un IFE que capacita mal a los funcionarios, que deja pasar errores evidentes y que encima hasta recuenta mal los votos?
¿Y que encima le paguen millones a cada consejero?
Que los cesen por incompetentes, si no es que por cómplices.
PD: El PRI y el PVEM insisten hasta en spots que la elección fue limpia y la más vigilada en la historia. Mienten. El estudio de Luis Enrique Sánchez lo demuestra.
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