La historia de Monex y los Beltrán Leyva, sus clientes VIP
La operación “Tacos” mostró que ahí lavaron 100 millones de dólares / En
medio de la polémica por su participación en el esquema de presunto
lavado de dinero empleado por el PRI para comprar votos y voluntades
durante la elección presidencial, según ha denunciado el Movimiento
Progresista, el grupo Monex ha mostrado que tiene una sólida posición en
el medio financiero nacional, pero que, al mismo tiempo, no es una
marca limpia por completo / Quizá sería más acertado decir que esas
cinco letras que componen el nombre de la empresa se asocian cada vez,
con más frecuencia, al lavado de dinero del narcotráfico / Lo han
confirmado las autoridades de Estados Unidos, México y ahora de España
MEXICO, D.F., 5 de agosto.- El colombiano Mauricio Bernal Palacios una
vez que fue extraditado a Estados Unidos, su palabra es de fiar para la
DEA estadunidense, la Policía Española, la Procuraduría General de la
República de México y jueces en los tres países.
Mauricio sabe de lo que habla: este hombre garantizó el abasto de
toneladas y toneladas de cocaína transportada desde Cali, Colombia.
Las otras etapas del negocio, la reexportación de coca hacia España y el
lavado de dinero obtenido en Europa, se ejecutaron en la Ciudad de
México.
Para la construcción de este entramado, Mauricio Bernal colocó en enero
de 2001 a Francisco José Antón Pérez, un viejo blanqueador de capitales,
como comprador de la casa de cambio Intercontinental ubicada en la
colonia Del Valle y a la que se renombró, tras su adquisición, como
Ribadeo.
Unos tres años después, en enero de 2004, se sumó al negocio Pablo
Lorenzo Ampudia Bernal, un traficante mexicano que aseguraba tener una
ruta segura hacia España vía Barcelona, pero necesitaba compradores al
otro lado del Atlántico, parte que resolvería un socio y paisano.
El negocio prosperó. ¿En qué dimensión?
Mauricio Bernal lo deja claro al puntualizar sobre los movimientos de su
dinero: “Las transferencias extranjeras fueron enviadas de varios
bancos de España a California.
La mayoría de las ganancias de las drogas fueron canalizadas a través de
Intercam y Monex. Aproximadamente 100 millones de dólares pasaron a
través de estas casas de cambio en 2004”.
Desde Ribadeo, aportó la DEA, la organización lavó otros 160 millones de dólares entre 2007 y 2008.
* * *
Otros detalles constan en un documento oficial español fechado el 31 de
marzo de 2008 y suscrito por Jesús Espigares Mira, entonces agregado del
Ministerio del Interior de la embajada de España en México.
El papel da cuenta de cuatro años de trabajo dentro de la “Operación
Tacos”, como la policía española llamó oficialmente al lío de coca,
euros y mexicanos en su país.
En octubre de 2004, los agentes españoles obtuvieron información sobre
una sospechosa operación bancaria efectuada por cinco mexicanos a través
de Ribadeo y simplemente siguieron la ruta del dinero.
Las características comunes de sus cuentas, todas abiertas en sucursales
madrileñas, eran, por un lado, el ingreso de importantes cantidades de
efectivo en euros, siempre depositando billetes falsos y, por el otro,
el abandono de transferencias originadas en Barcelona.
El denominador común lo representaba un nombre, el de Guillermo
Francisco Ocaña Pradal, mexicano naturalizado español, hombre clave en
materia de lavado de dinero. Nadie mejor para dictar cátedra que los
mismos que arman y aceitan esa inmensa maquinaria. Esta es la palabra
jurada del narcotraficante colombiano Mauricio Bernal Palacios, respecto
a los movimientos del dinero ganado por abastecer Madrid y Barcelona
con cocaína:
“Las transferencias extranjeras fueron enviadas de varios bancos de
España a Union Bank en California. La mayoría de las ganancias de las
drogas fueron canalizadas a través de dos casas de cambio, llamadas
Intercam Casa de Cambio y Monex. Pablo (Lorenzo Ampudia, narcotraficante
mexicano) tenía varias empresas que enviaban dinero a Intercam y Monex,
aproximadamente 100 millones de dólares pasaron a través de estas casas
de cambio en 2004”.
Las declaraciones forman parte del proceso seguido contra Guillermo
Ocaña, un operador financiero de los hermanos Beltrán Leyva que utilizó a
Monex para blanquear capitales del cártel producto de sus operaciones
en Europa, y de cuyo expediente penal completo emeequis posee una copia.
En fojas y fojas de oficios rubricados por funcionarios de España,
México y Estados Unidos; declaraciones, cateos, reportes de
incautaciones de dinero y droga está la historia de cómo Monex ha sido
nutrida por empresas fantasma con millones y millones de pesos de
recursos ilícitos.
En los últimos años, Monex, empresa financiera que supuestamente habría
facilitado la dispersión de dinero para la operación del PRI durante el
pasado proceso electoral, se ha visto además involucrada en el blanqueo
de capitales relacionados con el ex gobernador Tomás Yarrington y su
presunta sociedad con el Cártel del Golfo. También con la ronda de
millones de dólares del chino Zhenli Ye Gon.
La relación de hechos e historias aquí contadas es de cómo narcos
mexicanos transformaron la cocaína colombiana, vendida a clientes
españoles, en dinero limpio gracias a Monex y otras casas de cambio.
Además de Monex, otra empresa que atrae particularmente la atención es
Intercam, entidad fundada y presidida por Luis Esteve de Murga, cuñado
de Fernando Gómez Mont, ex secretario de Gobernación en los tiempos en
que el cártel de los Beltrán Leyva convirtió a Intercam en un lavadero
de capitales, de acuerdo con los mismos expedientes.
La Operación “Tacos”
El 1 de abril de 2008, la embajada estadunidense en México emitió un
oficio que pinta de cuerpo entero la organización de narcotráfico
trasnacional que operaba en Colombia, México, España y Estados Unidos.
* * *
El 5 de marzo de 2002, Adriana –un hombre que se convirtió en informante
de la policía y al cual se le asignó ese nombre de mujer– declaró que
trabajó para Pablo Ampudia y Mauricio Bernal en la transferencia y
transportación de euros a México.
Adriana tiene importancia en esta trama porque en 2002, se asoció en la
compra de la casa de cambio Intercontinental con José Francisco Antón
Pérez. El testigo protegido compró 10 por ciento de las acciones,
equivalentes a 200 mil dólares, y participó en la arquitectura del
circuito de blanqueo de capitales.
Adriana hiló los momentos de cuatro viajes a España para traer efectivo.
Todas sus participaciones fueron exitosas y concluyeron con la entrega
de maletas llenas de billetes en la oficina de Antón Pérez, quien a su
vez trasladaba el efectivo a Pablo Ampudia.
Por conocer todos los detalles desde adentro, es que Adriana resultaba confiable para la investigación judicial.
Entre muchas cosas, Adriana detalló cómo era físicamente Guillermo Ocaña
y qué contactos utilizaba para la organización. Dijo de él que era
“gente” de un socio mexicano de Ampudia identificado en el expediente
como El Tito, encargado de negociar el transporte de la droga de
Colombia a México y “dueño –declaración de diciembre de 2005– de Finamex Casa de Cambio, ubicada en el Paseo de la Reforma, cerca de la Bolsa Mexicana de Valores”.
En octubre de 2003, Adriana volvió a España, esa vez acompañado de José
Francisco Antón. Se reunieron con Ocaña, a quien el informante conocía
desde mediados de los noventa, pues ambos ya operaban transferencias con
Monex.
El informante aseguró que “Guillermo Ocaña Pradal fue quien armó la
estructura para lavar dinero de Europa a México, desde hace
aproximadamente dos años, creando empresas fantasma en España; esta
persona era representante de espectáculos de Televisa en España, con lo
cual justificaba su presencia en dicha nación”.
La colocación de Monex, como parte del engranaje de esta asociación
criminal, y en la creación de empresas fantasma que alimentaron de
dinero sucio a esa casa de cambio.
Siguiendo con el asunto de la venta de cocaína y los mecanismos de
lavado en las casas financieras, la diplomacia española asentó en su
escrito de 2008:
“Por lo que respecta a las sociedades radicadas en Barcelona y
controladas por Guillermo Ocaña, se tiene comprobado que a través de las
cuentas de dichas sociedades se han efectuado ingresos de efectivo por
importe superior a los 78 millones de euros, fondos que se hacían seguir
luego mediante transferencias al exterior y cuyos beneficiarios eran,
en su mayoría, tres casas de cambio radicadas en México: Monex Casa de
Bolsa, Monex Divisa e Intercam Casa de Cambio.
“A la hora de contar con los testaferros, Guillermo Ocaña iba acompañado
en ocasiones de un tal Javier Cruz (una fotocopia del pasaporte de
Javier Jesús Cruz Muller apareció en el registro del domicilio de
Ocaña), quien se presentaba como representante en España de Monex Casa
de Bolsa”.
A la par, los investigadores españoles obtuvieron información de la DEA
respecto de las operaciones de una organización criminal existente en su
país, pero dirigida desde México por el colombiano Mauricio Bernal.
La parte del negocio dedicada a la venta de coca guardaba relación
directa con una sociedad catalana adquirida a principios de 2004 e
inmediatamente renombrada como Marítima Istmo.
Desde su venta, había realizado más de 40 importaciones desde México en
cargamentos con un peso superior a las 173 toneladas, descritos como
manufacturas de caucho para protección en barcos y vehículos. Su destino
era el aeropuerto de Barcelona y el remitente siempre era el mismo,
Hulera Marítima Istmo, su matriz mexicana.
La policía española esperó un momento oportuno, aseguró dos toneladas de
cocaína oculta en defensas de caucho y pasó el balón a la PGR.
¿Qué ocurrió cuando las autoridades mexicanas acudieron al domicilio de Hulera Marítima Istmo en la delegación Benito Juárez?
Lo mismo que ocurrió cuando, recientemente, periodistas fueron a
preguntar por las empresas que también habrían surtido a Monex para que
el PRI operara la elección presidencial: nada.
“Supe, dijo, que el promotor de Ocaña en Monex era una persona de nombre
Javier Cruz, quien le hacía sus transacciones de España a México y con
pleno conocimiento de que eran producto de actividades ilícitas”.
Javier Cruz Muller, según la Policía Nacional de España, estaba
realmente involucrado con las finanzas de los narcos. El presunto
representante de Monex participó en la discusión sobre la recuperación
de cinco millones de euros confiscados en efectivo en la terminal aérea
barcelonesa.
La segunda ocasión en que se encontraron Adriana y Guillermo fue en el
Distrito Federal, en la sede de Ribadeo. Hablaron de las cuentas y
formas alternativas de transferir el dinero a México, pues, en ese
momento, había problemas con Intercam y Monex.
Monex
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