
Quién es el señor López
miércoles, 16 de julio de 2008
Juan José Morales
Escrutinio
Durante la primera etapa de la guerra sucia contra López Obrador, la previa a los comicios de 2006 -la segunda etapa se inició inmediatamente después de éstos y aún prosigue-, los funcionarios del gobierno de Fox y los plumíferos de alquiler a su servicio intentaron "ningunearlo", como se dice en el lenguaje popular, refiriéndose a él como "el señor López" o "Andrés López". Se buscaba con ello crear entre la gente la idea de que era "un López cualquiera", una persona común y corriente, un pobre diablo que ni siquiera podía ostentar un apellido de origen extranjero y hasta con tintes aristocráticos, como Fox, Creel o Calderón.
Esto viene a cuento porque sin duda se intentará nuevamente ningunear a AMLO en forma similar a propósito del desafío que le lanzó hace unos días a Calderón pidiéndole debatir cara a cara sobre la reforma petrolera en el Senado de la República, como culminación de las consultas y discusiones públicas con participación de expertos de muy diversas disciplinas que se han venido realizado gracias -esto hay que repetirlo para que no se olvide- a la tan satanizada toma de la tribuna del Congreso de la Unión por parte de los legisladores del Frente Amplio Progresista, que evitó el clásico albazo PRI-PAN secundado por sus satélites, el "partido" Verde y el PANal de la Gordillo.
El silencio ha sido la respuesta al desafío. Y seguramente Calderón seguirá ignorando olímpicamente, aunque se le reitere, esa invitación a confrontar puntos de vista frente a la nación. No responderá porque sabe que perdería sin remedio el debate. Pero si se ve obligado a justificar su negativa, seguramente se utilizará el argumento -manejado no por él sino en boca ajena, a través de los grandes medios de comunicación y los analistas y comentaristas políticos de costumbre- de que él, Calderón, es el primer magistrado de la nación, en tanto que López Obrador no ocupa cargo público alguno, ni siquiera de regidor o diputado local, sino es tan sólo un ciudadano más, un don nadie como otros tantos millones, y por tanto no puede pretender ponerse al tú por tú con quien dirige los destinos de la patria, que no va a descuidar los deberes de su alto cargo para responder a cualquier hijo de vecino que lo rete a discutir.
Pero AMLO no es un López cualquiera ni un ciudadano ordinario. Es el candidato al que -según las más que dudosas cifras oficiales- Calderón venció apenas por un puñado de votos en la contienda por la Presidencia de la República. Es el hombre al que -y cada vez surgen más evidencias de ello- se le arrebató un triunfo legítimo y en estos momentos debería estar sentado en la silla presidencial.
AMLO representa a más de la tercera parte de los mexicanos, a ese tercio de los electores que sufragaron por él y por su programa de gobierno. Es, también, la figura central, el personaje emblemático, de un gran movimiento político que, pese a todos los esfuerzos por tender un manto de silencio y desinformación alrededor de él, no sólo se ha mantenido vivo durante más de dos años, sino que continúa creciendo y consolidándose, al margen de las pugnas y divisiones internas que aquejan al PRD.
Ese es, en fin, "el señor López". Y no es sólo un personaje político de gran talla. Es también la personificación de todos los López, los Pérez, los Ruiz, los Martínez y los González, los Canul y los Poot, de la gran masa de ciudadanos anónimos pero que merecen respeto y ser escuchados. Representa la opinión de la mayoría de mexicanos -una mayoría real, según han demostrado una y otra vez las encuestas- que nos oponemos a la privatización de la industria petrolera.
"El señor López" somos todos esos mexicanos.
Comentarios:
kixpachoch@yahoo.com.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario