domingo, 20 de julio de 2008

EDITORIAL Diario LIBERTAD

¡¡Exijamos lo Imposible!!
EDITORIAL
De la “Dictadura Imperfecta”.

El que por fin ¡después de cuatro meses! la Comisión de Garantías del propio PRD haya anulado definitivamente las elecciones internas de su Partido en las que buscaban nuevo Presidente. A querer o no, hace pensar en la clase de Democracia que se vive en nuestra Patria.

Las anomalías registradas en cuando menos el 20 % de las casillas, según el dictamen de la Comisión, la mayoría a favor del senador Jesús Ortega, fueron el argumento esencial por el que se llegó a tan tardío y esperado resultado.

Que según la comisionada Ernestina Godoy, debe servir de reflexión a su Partido para que jamás se vuelva a repetir una elección como la que se llevó a cabo el pasado 16 de Marzo (elección que finalmente no eligió a nadie).

Por lo que a partir de la fecha de la oprobiosa anulación, deberá empezar a contar el plazo en el que habrán de convocar a nuevas elecciones internas.

Las que precisamente por tener ese carácter (el de ser internas) les impide presentar denuncias penales para encontrar a los responsables de las vergonzosas anomalías que se presentaron en la recién anulada.

Pero el daño está hecho.

Y no solo al PRD, cuyo desprestigio es más que evidente; sino a toda la Democracia mexicana (pseudo democracia, mejor dicho) que ante el mundo da mucho en que pensar.

Pues si se hacen trampas entre ellos mismos, toda vez que en las elecciones internas de los otros Partidos Políticos ha sucedido la misma vergonzosa situación, ¿qué no harán en las que compiten entre ellos?.

Reafirmando el sentir popular de que los mexicano hemos sido víctimas de, cuando menos, dos fraudes electorales de resonancia mundial. El del 88 y el del 2006.

En otras palabras, con lo sucedido solo vinieron a confirmar ante el mundo, que a querer o no, continuamos viviendo una dictadura, solo que esta ya no es tan perfecta.

Además de recordar las palabras del ilustre Fedro, quien dijo que “En un cambio de gobierno, los pobres si acaso cambiamos el nombre del amo”.

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