Armando Ramírez
Chilanguerías
Como en las viejas casonas, en la SEP espantan
Visitar el edificio de la Secretaría de Educación Pública es divertido, educativo y viera qué de creencias hay, primero se queda con la boca abierta al ver los murales que pintó Diego Rivera, incluso como andaba de quedabien, se aventó un retrato de la Frida Kahlo bien chido.
La secretaría la componen dos edificios, el que fue la aduana en tiempos de Porfirio Díaz, incluso aseguran que ahí le llegaba doña Carmelita, la vieja del dictador, para comprar fayuquita de las Filipinas, esta aduana era para pirruris, nada de que entraran chavos del New’s Divine sino de antros de las Lomas.
El otro edificio es el que da a la calle de Argentina, su arquitectura es neoclásica.
Pero deje eso, viera lo que se cuenta en el patio de los lavaderos, que por cierto no tiene lavaderos, en el pasillo del primer piso está colgada una pintura de Sor Juan Inés de la Cruz.
Cuentan que la pintura estaba en la oficina de un alto funcionario, pero como la Juana tiene la mirada muy penetrante, el burócrata de angora se sentió cohibido y la mandó al pasillo, y desde ahí, juran, que en las noches la Sor Juanita se baja de la pintura y anda por los pasillos en la noche espantando, me cay, se los cuento como me lo contaron.
Y la otra chismeyenda es que en la oficina de doña Josefina Vázquez Mota, en su escritorio se encuentra una escultura que representa a la diosa Minerva o Atenea, según le guste la mitologia romano o griega, para el caso es lo mismo, simboliza a la sabiduría o la inteligencia divina, el chiste es que la escultura hecha en bronce con una base de mármol o algo así, tiene una maldición: dicen que el secretario en turno que ocupa ese escritorio si mueve a la escultura de su lugar le pasará algo, así, la mayoría no osan cambiarla de lugar, y el secretario que lo hizo le fue del maiz.
¿Se acuerdan de Fausto Falzati, perdón, Alzati?, fue secretario de Educación Pública en tiempos de Ernesto Zedillo, bueno, pues a ese cuate se le hizo fácil cambiar de lugar la Minerva y qué creen, a los pocos días que le cae el chahuistle, le cacharon, al Fausto que era Falsati, se ostentaba como doctor por Harvard y resultó que no, era mentira, así tuvo que renunciar a la Secretaría de Educación Pública, ¿sería por causa de haber movido a la Minerva? Vaya usted a saber, lo cierto es que los siguientes secretarios no han vuelto a mover la escultura de Minerva.
Ahora que si usted pide le den chance de conocer a la mítica Minerva en la oficina de Josefina Vázquez Mota, dicen que van a ver si están las llaves, y qué creen, siempre salen con que no las tienen, yo la verdad me quedé picado en conocer a la Minerva, digo, visitar el edificio de la SEP es cotorro, lástima que sólo vayan los extranjeros a conocerlo y los chilangos lo ignoren, digo, visítenlo, qué tanto es tantito.
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