De más 10% a menos 0.56%
Francisco Rodríguez
Francisco Rodríguez
Indice Político
Cada ocasión en que le preguntan sobre la consulta petrolera organizada por el señor Andrés Manuel López Obrador, el presidente de la Comisión de Energía del Senado, el sinaloense Francisco Labastida, apunta que en México los resultados de las mismas no son confiables. Y con ironía no exenta de añoranza añade: “las de las elecciones tampoco”.
Ex candidato presidencial, Labastida, sabe de lo que habla pues en el 2000 jugó el papel de víctima de un proceso no exento de irregularidades –a los que se sumaron sus propios grandes errores--, eso sí, nada comparables a los perpetrados en 2006, cual se comprueba una vez más con la publicación de la investigación de José Antonio Crespo intitulada 2006: hablan las actas. Las debilidades de la autoridad electoral mexicana.
Ultimo tramo del proceso, se caracterizó por la actuación de quienes entonces integraban el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Queda mucho más que en entredicho al dar Crespo a conocer que hubo muchos más votos irregulares que la ventaja supuesta de Calderón sobre su principal contrincante en el 2006.
Crespo, en efecto, revisó la mitad de las actas, correspondientes a la mitad de los distritos electorales. Y en este ejercicio descubrió más de 300 mil errores que revelan la misma cantidad de votos alterados. Si hubiera revisado el total de las actas, mínimo hubiera encontrado el doble, es decir, más de 600 mil votos registrados irregularmente, casi tres veces más que la diferencia de sufragios entre los dos principales contendientes presidenciales según los trucados resultados oficiales.
Venales, los magistrados del Tribunal Electoral echaron la última paletada de tierra sobre la asesinada democracia niña mexicana. No fue esta la primera ni la única ocasión que actuaron en contra de la honradez. En este espacio se publicaron, en tiempo y forma, cuando menos dos casos de corrupción: la petición de uno de ellos, a través de sus hijos, de 50 millones de pesos para que el PRI no fuese multado con mil millones por el caso Pemexgate, a lo que Roberto Madrazo se negó por incrédulo, no por exceso de escrúpulos; y la demanda de un millón de dólares, en una cuenta escrow de banco fronterizo, a una ciudadana a la que su partido afectaba evidentemente en sus derechos políticos, quien también se negó a pagar el chantaje, por lo que el fallo devino en su contra. Nunca nadie desmintió estas informaciones.
Alvaro Delgado, columnista del semanario Proceso, entrevistó a Crespo sobre su investigación, en la que queda plasmada la interrogante que a muchos mexicanos queda sin respuesta desde hace dos años.
- ¿Entonces, Calderón no ganó? –preguntó el periodista guanajuatense al autor de Hablan las Actas…
- La respuesta no es “no ganó” Calderón, así solita, porque entonces implicaría que ganó López Obrador –le respondió Crespo, quien “enseguida soltó: ‘No se puede saber quién ganó, no sabemos cuál fue la voluntad mayoritaria de los ciudadanos’”.
Dos años después del 2 de julio de 2006, la sombra de duda se agiganta sobre los resultados electorales que, afirma Labastida, en México “no son confiables”.
¿Qué pasó del 2 de julio en adelante? ¿Cómo fue que de más 10 por ciento de los votos que en las vísperas de los comicios tenía AMLO a su favor pasó al menos 0.56%?Lo dicho. Por muchas razones, el 2 de julio no se olvida.
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