¡¡Exijamos lo Imposible!!
Los “convenientes” desastres naturales
María Teresa Jardí
Para la mafia política adueñada del poder en México y para los
empresarios mafiosos que la apoyan e imponen, los “convenientes”
desastres naturales son negocio, además muy útiles como forma de
exterminio de los pobres y sumamente buenos para desviar la atención de
los otros problemas.
Problemas si bien no más graves, porque nada puede haber más siniestro
que una población con su gente incluida sea asfixiada por el lodo, sí de
vital importancia, porque con las reformas de Peña que los legisladores
que representan al peñismo, de manera traidora, aprobarán, se está
convirtiendo en esclavo al pueblo mexicano y cancelando la soberanía de
la nación mexicana.
Peña tiene prisa por que le legalicen sus infames reformas. La misma
prisa que tuvo para salir del Palacio luego de su fracasado, a todas
luces, grito, que de fiesta para el pueblo mexicano no tuvo nada, al
menos en el zócalo; y aunque de inteligente no tiene mucho, la soberbia
le sobra y debió sentirse mal ante los embajadores del mundo, quien va
por el mundo vendiendo a México, con el pueblo mexicano incluido como
mano de obra barata.
Peña Nieto se empeña en levantar al pueblo de México a como dé lugar
para que en quince minutos, el también traidor, Manuel Mondragón y Kalb,
de la mano del Ejército y de la Marina, acabe con los que empezaron a
ser acabados por el peñismo el 1 de diciembre de 2012, el día de la toma
de posesión de un partido que muchos soñaron que había aprendido la
lección.
Una pena que el movimiento de masas necesite de líderes que no sólo no
van a ir juntos a nada aunque firmen, de cara a la demanda de muchos,
“pactos”, que no lo son. AMLO y Cárdenas están en campaña y a ninguno se
le ocurre que lo que se tendría que estar buscando por todos, antes de
que sea tarde, es la renuncia o destitución de Enrique Peña Nieto, antes
de que haga más daño al país, para, restaurando la Constitución de
1917, nombrar a un nuevo Constituyente y sacar de una vez por todas al
PRI.
Y volviendo al nefasto 1 de diciembre que como crónica anunciaba lo que
vendría, me llegó ayer un correo de la Red contra la Represión, en el
que se denuncia la negación a las atenciones necesarias a Francisco
Kuykendall, uno de los afectados brutalmente ese día por las fuerzas de
Mondragón como venganza de regalo a Peña por su toma de posesión.
“ ... Kuykendall se encuentra actualmente internado en el Hospital
Número 30 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Kuy ha tenido
siete convulsiones en un lapso de cuatro horas. Se ha solicitado,
debido a éstas, que se le dé atención neurológica y se le ha negado.
“El hospital, además, ha restringido el pase de visitas a dos, de dos
horas, al día. Esto atenta contra la salud de Kuykendall, ya que
necesita cuidado continuo y una constante terapia física proporcionada
por sus familiares y amigos, terapia que no es proporcionada por el
personal del hospital, además no dan explicación alguna sobre los
porqués de la negativa de proporcionar un pase de 24 horas para dar los
cuidados necesarios. A pesar de las convulsiones y de su estado delicado
por la infección de las vías urinarias que resiste el herido, las
autoridades del hospital desean ya darlo de alta. Al parecer desean
participar en los actos de desprecio contra los luchadores sociales...”
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