¡¡Exijamos lo Imposible!!
México, democracia autoritaria: Meyer
Marco Antonio Martínez
Ciudad de México, 25 de septiembre (SinEmbargo).– La tragedia
persistente mexicana es que el país ha sido incapaz de aprovechar
oportunidades históricas que se han presentado desde el Siglo XIX. Con
el retorno del Partido Revolucionario Institucional (PRI), México se
encuentra atorado en una democracia autoritaria, dice el historiador
Lorenzo Meyer, autor del libro “Nuestra tragedia persistente”, de la
editorial Debate.
“Lo que considero como tragedia persistente es el hecho de que una y
otra vez, a lo largo de los últimos dos siglos de la historia mexicana,
cuando ya se intenta la creación del Estado, de la nación mexicana,
hemos tenido varios momentos de lo más interesantes y vitales para dar
un salto, para cambiar la naturaleza de la estructura política y a
través de ésta, la social en México, que es finalmente lo que sería la
gran tarea. Y en todos esos [momentos] nos hemos quedado cortos”, dice.
La última gran oportunidad mexicana ocurrió con la llegada de Vicente
Fox Quesada a la presidencia, pero rápidamente la ocasión fue
desperdiciada, y para la segunda parte del sexenio del primer panista en
Los Pinos era evidente que el cambio no se había dado. Resultó sólo una
ilusión, dice el Doctor en Relaciones Internacionales por El Colegio de
México (Colmex).
El guanajuatense, que se había vendido en su campaña presidencial como
el “Presidente del cambio”, mostró su autoritarismo al tratar de
impedir, primero, la candidatura de Andrés Manuel López Obrador; y
después al intervenir en la elección y buscar cerrarle el paso a una
posible victoria de la izquierda en las elecciones por la Presidencia en
2006, dice el reconocido historiador.
Es lapidario con el Partido Acción Nacional (PAN), que gobernó a México
12 años: “Yo como lo veo históricamente es que abdicó de su
responsabilidad histórica de una manera vergonzosa, pero bueno, hacer
cosas horribles en este país no implica castigo alguno, señala.
También comparte las razones para decir que el regreso del PRI a Los
Pinos es un fracaso histórico y que la conformación del actual gabinete
de Enrique Peña Nieto retrata al viejo PRI, al estar conformado por
políticos del Estado de México e Hidalgo, dos entidades donde nunca ha
habido alternancia.
“Llevan 80 y tantos años de pasarse el poder en el mismo partido, en
cuál democracia medianamente aceptable en el mundo se tienen ochenta y
tantos años continuos y no se ve que lo vayan a soltar porque en este
2013 que estamos hablando, las posibilidades de que el PRI vuelva a
ganar en Hidalgo y Estado de México son altas, las posibilidades de que
casi llegue al siglo ese partido en esos estados es el indicador más
claro de que no puede ser un sistema democrático ese”.
Sobre la izquierda dice que como los salmones, le toca nadar a contracorriente.
“Cuando la corriente es muy dura ningún salmón salta. La izquierda es
indispensable porque en una sociedad tan injusta es la izquierda la que
pone en evidencia a la injusticia. Pero tiene en contra no sólo al
gobierno, también a los poderes fácticos que son poderosísimos”.
Entrevistado por SinEmbargo, el Doctor en relaciones internacionales por
dice que el título no lo puso él, porque no le gustaba, pero además de
que está sacado de la obra, está de acuerdo en que resume el contenido
del material editorial. Su propuesta es la que está empleada en el
subtítulo “La democracia autoritaria en México”.
“El subtítulo es el que yo quería realmente porque ahí uso un concepto
que no se si alguien más lo vaya a tomar o nada más yo. Pero me parece
desgraciadamente el apropiado, una democracia autoritaria, porque México
sale de la última etapa del autoritarismo, la priísta y no logra hacer
realidad la promesa democrática y el PRI regresa a la casa presidencial,
a Los Pinos, nunca se fue de la mayoría de los estados, y el PRI no ha
cambiado. Cambiaría un poco algunas de sus formas pero de su naturaleza
no, entonces el elemento autoritario está presente”.
El también autor de “México y los Estados Unidos en el conflicto
petrolero”, considera que actualmente no se sabe cuál es el proyecto
político de parte del gobierno de Enrique Peña Nieto, sobre cómo debe
ser México. Sí observa que éste pasa por el petróleo, un tema sobre el
cual los propios priístas parecía no modificarían nada, y para botón de
muestra lo que decía Manlio Fabio Beltrones cuando era Senador en el
sexenio de Felipe Calderón, de que no le quitarían el monopolio
petrolero a Pemex.
Critica a los panistas, quienes a cambio de tener su reforma
político-electoral, “su plato de lentejas”, compara, están dispuestos a
modificar la Constitución para meterse con un símbolo de los mexicanos,
como es el petróleo.
CLASE POLÍTICA SIN ALTURAS
–¿”Nuestra tragedia persistente” no es un título desalentador?
Sí. La verdad no es el que yo hubiera preferido, pero los editores así
lo dijeron. La frase esta sacada del libro y tenían razón.
Una tragedia que se repite desde el Siglo XIX y luego a finales del XX e
inicios de este con la derrota del PRI en el 2000, y que fue
desaprovechada, dice.
“Teníamos unas posibilidades realmente excepcionales para nuestra
historia y no lo hicimos. Nos quedamos en un punto intermedio del
camino, esa es la tragedia de que se intenta, casi se logra pero sobre
todo la clase política ahora o en el pasado no está a la altura de la
circunstancia histórica y se pierde la oportunidad. Eso subrayo en el
título”.
Meyer, quien recibe a SinEmbargo en su casa, habla pausada y
apasionadamente. Cita a otros historiadores, se toma tiempo para pensar
sus respuestas, y a pesar de la radiografía que presenta de la tragedia
persistente, nunca pierde su sonrisa.
Define al sistema político mexicano como “híbrido” por reunir tanto elementos democráticos como autoritarios.
“El concepto de democracia autoritaria personalmente no me gusta pero
bueno, si alguien puede demostrar que es falso o innecesario o no
explica bien la realidad mexicana, si logran hacerlo estaría yo más que
encantado en decir no es el adecuado, pero hasta donde puedo verlo sí es
y no es mi culpa”, reta.
El historiador rememora en su libro el contexto histórico en el que Fox,
quien despertó esperanzas hace 13 años, ganó la elección.
La oportunidad se dio posterior al fin de la Guerra Fría. No solo México
tenía un sistema autoritario, con un partido, el PRI que dominó
prácticamente el Siglo XX. Otros sistemas autoritarios se observaron en
otros países, es el caso de España, con el general Francisco Franco, en
Chile con Augusto Pinochet, y los gobiernos militares en Brasil y
Argentina. Pero el caso mexicano es el más interesante de todos, por su
duración, considera Meyer.
Concluida la Guerra Fría, Estados Unidos ya no veía mal que un sistema
político “de museo” se fuera y llegara otro. Entonces estaban las
condiciones para el cambio.
“Pero aquí es donde yo veo que hemos desaprovechado la oportunidad. Que
las fuerzas conservadoras, los poderes fácticos no se sintieron a la
altura del reto, les dio miedo y entonces el esfuerzo democrático se
topa, lo veo a partir de 2004-2005, en la segunda mitad del gobierno de
Fox. Es un temor a que la izquierda electoral, ya no es la
revolucionaria, la que va a cambiar el sistema capitalista por el
socialista y a fusilar a la burguesía y a expropiar, que es una
izquierda que alguien diría que ni es izquierda, es un centro (lo dice
con sorna), pero en fin, una izquierda moderada y sin embargo le tienen
un miedo, pánico, y es ahí donde hay una especie de natural confluencia
entre el PRI derrotado pero no muerto y el PAN que no sabe cómo
enfrentar por sí solo esta situación, entonces es cuando ve al PRI”.
Un PRI al que siempre había criticado el PAN, pero que en el sexenio
foxista compartía el temor a la izquierda neocardenista, y Meyer
recuerda que el PAN, nacido en 1939, nació para oponerse al presidente
Lázaro Cárdenas.
“Yo veo ese temor del PAN a la izquierda que tiene un contenido
neocardenista, y hay que tener conciencia de que el PAN nació para
oponerse al cardenismo, si no es por Cárdenas no nace el PAN, nació para
eso y tantos años más tarde sigue teniendo esa misma actitud y ahí está
el elemento autoritario, uno de los elementos autoritarios”.
Explica que de acuerdo con el profesor de ciencia Política en la
Universidad de Yale, Estados Unidos, Juan Linz, en el autoritarismo hay
un pluralismo, pero limitado, y así ocurrió en el priísmo con un partido
fuerte de Estado, y con el PAN comenzó a repetirse cuando intentaron
descarrilar la candidatura de López Obrador.
“Ya que el PAN llega al poder, ya que Fox desaloja al PRI de Los Pinos
en realidad va rápidamente a llegar un punto en que él no quiere
pluralismo realmente a fondo, lo limita otra vez, cuando llega la
acusación contra Andrés Manuel López Obrador por haber abierto una
calle. Con la distancia si esto no hubiera tenido unos resultados tan
desagradables seria cómico. Abrió una calle, ‘autoritario, desobedeció a
las órdenes del juez, hay que desaforarlo y meterlo a la cárcel’. En
este país donde la justicia es lo que menos hay, ahí ya se dio una
decisión de fondo, más que la forma el fondo es: hay que limitar el
cambio a la posibilidad de pasar del PRI al PAN y del PAN al PRI, pero
no más”.
–¿El Presidente del cambio limitó el cambio?
Exactamente. Ahí es donde está el subtítulo, el elemento autoritario
está ahí, funcionando y entonces se le da una segunda oportunidad en su
vida al PRI que en un cambio democrático auténtico no hubiera podido
ser.
–¿Usted lo llama fracaso histórico?
Porque no puede ser un partido que nació antidemocrático, desde
chiquitito, desde su cuna no nació para competir en las elecciones y
compartir el poder. Nació para dominar absolutamente el sistema y no
compartirlo con nadie y regresa en el 2012. Bueno, bueno bueno, qué
pasó, que quienes estaban encargados de dirigir el cambio se quedaron
pequeñitos. Su temor, su conservadurismo, su visión de derecha muy
primaria porque hay derechas más ilustradas.
–Habla usted en el libro de que el PAN traiciona su propio ideario
político, no lo pone en práctica, algo que además reconocen ahora que
hacen su revisión, que se parecían al PRI.
Lo dicen ahora, pero en realidad el momento en que se parecieron al PRI,
el momento clave es en 2006. El libro recoge no solamente la situación
de los últimos años, sino trato de ligar los acontecimientos de estos
últimos años con ciertos procesos históricos que vienen atrás, de más
atrás que deberíamos haber superado y finalmente no superamos.
Finalmente tenemos un presente muy brumoso, en donde están mezclados
elementos autoritarios del pasado y elementos democráticos nacientes,
muy nuevos de este presente y lo que no sé, en el libro trato de
expresarlo pero sin llegar a decidirme, es si el elemento autoritario va
a volver a imponerse o si finalmente esas novedades democráticas que ya
entraron en la sociedad mexicana serán capaces en el mediano y largo
plazo de llevar a México por una vía, esta vez sí democrática.
EL CONGRESO ES FICCIÓN
¿Dice usted en su libro que el camino de la desobediencia civil en 2006,
el plantón de Reforma, no hubiera sido seguido si el juego hubiera sido
limpio?
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