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Sinembargo
“Me tienen sin cuidado”: la soberbia de Aguirre
Por: Redacción
El viernes 13 de septiembre, cuando las lluvias de la tormenta tropical “Manuel” ya se dejaban sentir en las costas de Guerrero, el Gobernador Ángel Aguirre Rivero fue anfitrión de una cena con motivo del Bicentenario del Primer Congreso de Anáhuac y los Sentimientos de la Nación, de acuerdo con boletines de prensa difundidos por el propio gobierno de la entidad.
En la recepción, amenizada con mariachis, buenas viandas y bebidas, se dejaron ver miembros del gabinete de Aguirre Rivero, senadores y diputados federales –del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y del Partido Revolucionario Institucional (PRI)–, y hasta funcionarios del gobierno federal, como el jefe de la Oficina de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Ramón Sosamontes Herrera Moro, ex perredista, fiel desde hace años a Rosario Robles Berlanga y, derivado de esa relación, también acusado de corrupción por los videoescándalos de 2004.
Como invitados de honor estuvieron presentes dos ex mandatarios guerrerenses: René Juárez Cisneros y Rubén Figueroa Alcocer, éste último señalado como responsable de la matanza de 17 campesinos, en el vado de Aguas Blancas, el 28 de junio de 1995, y quien nunca respondió ante la ley por responsabilidad alguna.
Horas antes de que “Manuel” golpeara con toda su fuerza a Guerrero, el Gobernador sonreía de oreja a oreja, brindaba con sus invitados, disfrutaba de la música de mexicana y se lucía como anfitrión en Chilpancingo, en la Casa Guerrero.
Por supuesto, las alertas de emergencia a la población civil fueron apenas un susurro. La mayoría de los alcaldes han dicho a la prensa que ni el responsable de Protección Civil estatal, ni mucho menos el federal, les informaron del riesgo que se avecinaba, como sí lo hicieron, por ejemplo, los expertos del Centro Nacional de Huracanes de Miami, Florida.
Por supuesto, las críticas contra Ángel Aguirre y sus funcionarios no se hicieron esperar. La omisión con la que se actuó no hizo sino acentuar las desgracias por el meteoro, sobre todo la perdida de vidas.
Sin embargo, la posición del Gobernador ante las críticas ha sido, para variar, la que acostumbran los políticos en México: la negación. Para él, no es un tema a discutir: “A mi me tienen sin cuidado, para mi ese no es tema, para mi ese no es el punto. En el momento en que cualquier organismo o cualquier dependencia pueda investigar sobre mi conducta, me someto al escrutinio público y que igualmente se investigue si se actuó con dolo o con irresponsabilidad en el cumplimento de los protocolos y de los alertamientos que se hicieron a través del comité de Protección Civil”.
Así dijo: “Me tienen sin cuidado”.
Como tampoco tuvo el cuidado de velar a tiempo por los intereses de sus gobernados que terminaron bajo el agua. Como tampoco lo ha hecho para enfrentar la violencia y la inseguridad en la entidad, producto del crecimiento del crimen organizado. Como tampoco ha hecho para dialogar y llegar a acuerdos con estudiantes normalistas y maestros. Como tampoco ha dado la cara para explicar por qué tiene inscritos en la nómina del estado a, por lo menos, dos docenas de familiares cercanos… y la lista es aún más larga.
“Me tienen sin cuidado” es la respuesta de un gobernante que, ante las observaciones por su negligencia, niega todo, se escabulle de responsabilidades y lo hace con soberbia, lo que también muestra su nivel de prestigio y dignidad.
SINEMBARGO.MX
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