sábado, 28 de septiembre de 2013

EsPurioII dice una cosa despues otra, otra



¡¡Exijamos lo Imposible!!
Total incertidumbre
Lilia Arellano

Estado de los ESTADOS

Soluciones a base de deudas
“Hace agua” este gabinetazo
Baja crecimiento económico
“Gran fondo” para desastre
Impunidad, cáncer nacional


“La esperanza ha contribuido a perder al género humano”: Henrik Johan Ibser
 

Los vaivenes que registran las acciones y las declaraciones del gobierno federal incrementan la incertidumbre, las dudas, los temores, aumentan las confusiones. Se presentan no sólo decididos sino suficientemente preparados para argumentar los beneficios de los cambios que proponen y, al sujetarlos a la más mínima discusión, resulta que no es así, que no tienen todos los elementos para sostener los dichos y empiezan las reacciones que van de un extremo a otro.

Primero señalan que sin la reforma hacendaria el país no logrará salir del bache y avanzar y escandalizan con impuestos a los alimentos y medicinas. Acto seguido, mejor no y van por otros conductos que incluyen el pago de tributo por tener mascotas porque son artículos de lujo.

Aunque el peso fuerte sobre los contribuyentes recae en un ISR que afecta brutalmente a la clase media, a los profesionistas y en lo que se sugiere aprobar para los pequeños comerciantes, sin por ello dejar de lado que sus aumentos generan, en medio de esta recesión, más desempleo y desestabilización incluso social porque han logrado unir ya a todos los sectores en su contra.

Lo que abiertamente callan es que pretenden sumar al último empréstito con el que una parte se destinó a la renegociación de otra deuda, es que esperan obtener aprobación para recibir otros miles de millones que llegarían a la cantidad de casi 700 mil provenientes de un crédito autorizado con anterioridad por el FMI y del que Calderón “se durmió” y no usó. Se asegura que tendrán que otorgar los legisladores su visto bueno para esta recepción ante la urgente necesidad por paliar los estragos causados por “Ingrid” y “Manuel”.

Aunque también podría exigirse con extrema urgencia que se procediera en contra de quienes han saqueado al país y tienen repletas sus cuentas personales. Si lograran despojarlos sólo de la mitad de lo que se han adjudicado no sólo se resarcirían los daños del presente sino habría capital para poner en marcha a la economía. Si se obligara a la reparación de obras mal hechas sin costo a cambio de que los propietarios de las constructoras mantuvieran su libertad, a marcha veloz se reabrirían caminos.

En todas las propuestas que tienen que ver con el manejo económico, con el dinero, sólo se advierte una necesidad recaudatoria, el ingreso de fondos por varias vías y no dudan en incrementar las deudas, en adoptar la misma decisión que llevó a las entidades federativas al endeudamiento sin freno; como tampoco muestran ningún temor de hipotecar la renta petrolera o mantener la venta de todas las áreas estratégicas, de escriturar el territorio a extranjeros, etcétera.

Pero de entregar cuentas, de eso que no se habla, ahí están durmiendo las iniciativas que tienen que ver con ello, la de la transparencia, por ejemplo. Esas no se mueven, se rechazan, las dejan para un tiempo que, de seguir así, en este sexenio no se verán aprobadas, y su estrategia para evitar un enriquecimiento que, comprobado no es castigado, se han dado a la tarea de centralizar adquisiciones, licitaciones, obras públicas.

Y, ninguno de estos renglones que afectan de manera directa a la sociedad, que registran dos reformas a las que ya les llaman “fallidas”, la educativa y la pretendida hacendariala laboral espera su momento de estallido-, es tocado por ese ente o híbrido o injerto llamado “Pacto por México, menos aún este grupo de “notables líderes partidistas” se atreve a abordar el tema de los asentamientos irregulares que ellos mismos han propiciado durante décadas utilizándolos como “fondos electorales”, los que les dejan votos en cada proceso; y mucho menos aún reclaman esa transparencia que hace tanta falta porque mientras las fugas sigan registrándose por el saqueo y la corrupción imperante no habrá capital, fondos, ingresos, que dejen satisfecha la ambición sin límites que ha acompañado a los funcionarios de los últimos sexenios.

En ese mentado “Pacto” no tuvo cabida la representación del 50 por ciento de mexicanos que no votó por los partidos ahí registrados, por lo que todo es un pacto de cuates y cómplices dentro del cual los ciudadanos no existen.

El cartel expuesto en la comparecencia de Luis Videgaray y que fue presentado por la campechana Layda Sansores es un resumen muy claro: “Déjense de pendejadas. No necesitamos más reformas, necesitamos que dejen de robar”. Y es que si se hacen cuentas de los ingresos que han registrado las arcas públicas en los últimos sexenios, lo obtenido a través de la deuda que es billonariaesa de primer mundo-, si se sacan números solamente de esas dos partidas y observamos el entorno, nada cuadra. No hay ciudad que cuente con una imagen que no denote una diferencia abismal entre sus habitantes, en donde no aparezcan las casuchas, las zonas perdidas, en la cual no deambulen comerciantes en las esquinas, es inexistente una carretera moderna, se carece de infraestructura adecuada, de sistema ferroviario, de posición satelital, de inversión educativa de alto nivel, de centros de investigación y ciencia, de equipos de seguridad adecuados, de unidades de producción en todos los renglones. ¿Dónde está todo ese dinero, todos los billones, todo lo que se obtuvo y lo que se debe?

En tanto que el gobierno federal da a conocer en cifras los apoyos y pide solidaridad en especie y la concentra en la plancha del Zócalo para su mejor exhibición televisiva, los narcos envían de manera directa víveres, ropa, materiales a las zonas afectadas y lo hacen con sus modernos vehículos que no dudan en internarse en zonas inhóspitas, en las que no se atreven a llegar los enviados del gobierno ni los empresarios que no están dispuestos a perder trailers.

Mayores impuestos en medio del desempleo, de la recesión, del incremento de precios que se deja venir, de los ajustes presupuestarios en las Entidades que están llegando al extremo de disminuir hasta en un 30 y 40 por ciento al aparato burocráticomedida que en otros momentos sería aplaudida-, de la falta de liquidez, de la enorme pérdida del poder adquisitivo, queda registrado como un absurdo mayor.

No conformes con el papel que están representando, llega el ridículo, el ir y venir de decisiones incongruentes. Cargar las viviendas sociales con un 16 por ciento de impuesto es inaceptable, sobre todo cuando se tiene exenta de muchos renglones tributarios a la clase alta, así que mejor dieron marcha atrás. También retrocedieron en lo del impuesto a las colegiaturas y dicen que escucharán todas las propuestas. Eso es lo que también esperan los empresarios en los renglones de responsabilidad de accionistas, en lo referente al ISR, a la imposición de gravámenes a las hipotecas y a las rentas de las casas-habitación.

Ni qué decir del punto fronterizo y la homologación del IVA que significaría de golpe y porrazo el aumento del 5 por ciento a todos los pagos que hacen los habitantes de esas zonas que son muy caras en todos los aspectos.

Los brazos, derechos, los izquierdos, los implantesla “chayito” es uno o una-, los miembros del gabinete de Enrique Peña Nieto no han logrado, en 10 meses, un acierto que genere la simpatía de un número representativo de ciudadanos, ya no digamos que de una mayoría y menos aún logrado conquistar a los abstencionistas, a los que no parecen dispuestos ya a emitir un voto “por el menos peor”, y se alejan cada vez más de quienes en bloque y sin necesidad de abultada coalición reunieron un número mayor de sufragios a favor.

Un examen autocrítico a sus funciones podría llevarlo a una mejor selección de hombres y mujeres con los cuales sacar su periodo adelante, lástima que los compromisos sean tantos y las indicaciones de organismos internacionales y bancos les recuerden que “el que paga manda”, por lo que hay que salir adelante con quienes estén dispuestos a cometer cualquier traición a su país.

SEGUIMOS A LA BAJA

El cuarto ajuste a la baja a las estimaciones de crecimiento económico del país fue anunciado ayer por el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, quien atribuyó a los efectos de los ciclones “Manuel” e “Ingrid” que dejaron 145 muertos y daños por 75 mil millones de pesos, una baja de 0.1 por ciento en la última estimación del 1.8% de incremento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, para dejarla, hasta el momento, en sólo 1.7%. En mayo, la SHCP redujo su previsión del PIB del 3.5% a 3.1 %. En agosto, ajustó su proyección de 3.1% a 1.8%, luego de que la economía creció sólo 1% en los primeros seis meses del año.

Así, las malas decisiones del gabinete económico, los subejercicios en el manejo del presupuesto, y las influencias externas, tienen en la lona la productividad nacional y nada parece indicar que las cosas cambien en el corto plazo, dado el paquete económico para 2014 presentado por Enrique Peña Nieto y los términos de la reforma fiscal.

Los devastadores efectos de los ciclones hunden aún más las perspectivas de desarrollo de México, por lo que en el Congreso de la Unión se aprestan a coordinarse con el Poder Ejecutivo y gobiernos estatales para conformar un “gran fondo” de reconstrucción a fin de recuperar la infraestructura, las viviendas y los daños generados por las contingencias climáticas. Los recursos para dicho fondo aún no se determinan porque implicarán ahorros en el gasto de la administración federal, recortes en el presupuesto diseñado anteriormente, así como el establecimiento de programas de austeridad en todos los niveles de gobierno.
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