Índice Político
Es cierto. Ángel Heladio Aguirre Rivero es un
borrachín empedernido y para mala fortuna de los guerrerenses es
gobernador de la empobrecida entidad del sureste. Es cierto, también,
que busca cualquier pretexto para armar la fiesta y, mes de la patria
todo el año, dedicar tardes, noches y madrugadas a la mexicana alegría, a
la briaga. Cierto, sí.
Pero, por estar “enfiestado” mientras Guerrero y sus
habitantes se ahogaban en lodo, ¿es el único responsable de la tragedia
que enluta y enfurece a buena parte del país? No, por supuesto.
Corresponsable, eso sí.
Aunque hinchado por el efecto de las burbujas de la soda
con la que bautiza al whiskey, Aguirre Rivero es hoy “el perro flaco” a
quien cargan todas las pulgas. Y las culpas.
Pero tal no es sino una simple maniobra de distracción.
La verdadera responsabilidad civil, técnica y política
del desastre que hoy se vive en la mayor parte del país es de la
Administración Federal. Particularmente de los mexiquenses –para no
variar– encargados de Protección Civil y, claro, de sus jefes Miguel
Ángel Osorio Chong y Enrique Peña Nieto, en orden ascendente. ¿O es que,
acaso, Aguirre Rivero gobierna también en Oaxaca, Michoacán,
Guanajuato, Jalisco, Nayarit, Sinaloa, Chihuahua, Nuevo León,
Tamaulipas, San Luis Potosí y Veracruz, algunos de los estados sobre los
que llovió como pocas veces?
El en mala hora gobernador guerrerense es en todo caso, repito, corresponsable. Lo cual, por supuesto, no es poca cosa.
Vuelvo al tema: ¿Por qué no hubo alertas del gobierno
federal? ¿Por qué, desde la mañana del miércoles 11, cuando recibieron
el primer aviso de la tragedia que se avecinaba, no iniciaron la
relocalización de los habitantes de las zonas de mayor riesgo? ¿Por qué
no previnieron a los turistas que ese fin de semana “largo” acudirían a
las playas?
Hay responsabilidad civil, técnica y política del
gobierno federal, de los gobiernos estatales y aún de los municipales de
las grandes ciudades, como Culiacán y Acapulco, entre otras.
DIEZ FALLAS SISTÉMICAS
Y aunque le cargan toda la responsabilidad a Aguirre
Rivero, la verdad es que, como lo enumeró la semana anterior el
periodista Andrés Juárez, hay responsabilidades difíciles de burlar por
parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno. Los de ayer,
sí. También de los del presente:
- 1. Evacuación. El Servicio Meteorológico Nacional emitió alertas hasta con 48 horas de anticipación y ni el gobierno del estado de Guerrero ni el del municipio de Acapulco establecieron una ruta de fuga para quienes estaban en el puerto.
- 2. Desforestación. En las imágenes del desastre no hemos visto ríos de agua tanto como ríos de lodo. Esto es el reflejo de las altas tasas de deforestación y cambio de uso del suelo en las zonas serranas.
- 3. El azolve. Antes de cada temporada de lluvia debería haber una revisión exhaustiva como medida de manejo/disminución de riesgos.
- 4. La descoordinación. Gran parte de la estrategia de atención y reconstrucción debe recaer en los gobiernos municipales y no están claros los mecanismos de esta coordinación.
- 5. La urbanización. Vemos destruidas colonias de Acapulco que en 1997, con el huracán Paulina, ya habían sido diagnosticadas como de alto riesgo, ¿por qué no se reubicaron?
- 6. La desigualdad. relativamente pierden más quienes menos tienen. El impacto y la capacidad de respuesta es desigual y acumulativo, es decir, si es pobre es más incapaz de responder, pero si además de pobre es mujer o anciana o niño o indígena o todas las anteriores, la capacidad se reduce aún más. Sin embargo, aparentemente sólo hay dos estrategias: una para ricos y una para pobres.
- 7. La marginación mientras los indígenas tienen que “bajar” a cabeceras municipales y pedir que alguien vaya a evaluar los daños, y con frustración deben volver con las manos vacías, como lo ha denunciado la organización Tlachinollan, en La Montaña de Guerrero.
- 8. La vulnerabilidad del cambio climático. efectos como los fenómenos extremos —dos meteoros al mismo tiempo es extremo—. La vulnerabilidad debe conocerse por regiones y establecer mecanismos para enfrentarlos adecuadamente. Hasta la fecha, no se han definido. Urge.
- 9. La Corrupción. tramos en la autopista del sol con asfalto de baja calidad. Habrá que evaluar la calidad de los puentes que no resistieron el embate del agua: ¿no estudiaron los ingenieros que los construyeron “resistencia de materiales” o no hubo presupuesto para materiales resistentes o simplemente lo hubo pero no llegó? Porque la previsión de una corriente de agua se puede calcular en función de registros históricos. Por otro lado, si ya se había vivido el embate de Paulina, ¿qué pasó con las obras que debieron construirse en 1998?
- 10. La prevención. ¿Hasta qué punto es conveniente para los administradores del capital que no preveamos sino que estemos listos siempre sólo para invertir en reconstrucción? ¿Hasta qué punto estos desastres (no naturales) son políticamente deseables?
Eso en Guerrero, pero es lo mismo en todo el país, ¿no cree usted?
Índice Flamígero: Leo en Facebook: Lo
ocurrido el viernes pasado en casa de la jefa delegacional, Angelina
Méndez, debe alertar a las autoridades del DF y al mismo PRD. Y es que
de acuerdo con información de fuentes de primer nivel, no se trató de un
robo, sino de una advertencia contra la delegada, sus funcionarios y
familia, ya que quienes ingresaron a su hogar a plena luz del día
amordazaron y ataron de pies y manos con cinta tipo canela al esposo de
Angelina dejándolo en posición fetal y con un mensaje escrito en el que
amenazan a Angelina diciéndole que ‘esta es la primera advertencia’ y le
exigen que dejen de extorsionar y robar a los pobres de Tláhuac. En
lugar de reflexionar al respecto con frivolidad el grupo ucepero
gobernante acusa al ex delegado Francisco Martínez Rojo de los hechos. A
ese grado llega su miopía, que no les permite ver que la ciudadanía
está harta de la corrupción existente en la demarcación. Verdad que está
muy cabrón.”. Y sí, sí lo está. Y mucho. + + + “Sin Palabras” titula
don Alfredo Álvarez Barrón, El Poeta del Nopal, su epigrama para la
ocasión: “Al ver tal desolación / están de más las palabras, / hasta las
humildes cabras / lamentan la destrucción; / mala suerte o corrupción, /
terremotos o ciclones, / se alinean las condiciones / para exhibir,
otra vez, / la auténtica desnudez / de nuestras instituciones.”
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