¡¡Exijamos lo Imposible!!
Dependerá de los ciudadanos
Ricardo Andrade Jardí
La soberanía y la dignidad del país
Primero
vino la reforma laboral que convierte a los trabajadores mexicanos en
los modernos y sometidos esclavos del siglo XXI, al arrebatarles todas
las garantías que fueron conquistadas en otros tiempos para beneficio de
todas y todos. Y sólo algunos cuantos se opusieron a la reforma que
legaliza el derecho del patrón de hacer del trabajador lo que le venga
en gana. Los más, nos justificamos porque “teníamos que trabajar” o “ver
el fútbol” o porque “no somos trabajadores asalariados” o porque
estamos embobados con el espejito de hacernos “pequeños empresarios”,
“empresarios culturales”, “ecoempresarios” y toda la lista de modas con
las que el sistema nos “apendeja”.
Luego vino “la reforma educativa”, que en la realidad no reforma para
nada los contenidos educativos; esos que Chabelo y Chespirito han
logrado imponer en las aulas públicas y privadas, contenidos que durante
los últimos 40 años ha venido implementando la tecnocracia, hasta
lograr los vergonzosos niveles de analfabetismo funcional que hoy
tenemos; una sociedad inculta y que es incapaz de leer más de dos
oraciones simples y comprenderlas, legisladores incapaces de recordar el
título de tres libros que, por supuesto, no han leído. Pero qué esperar
si tenemos como “presidente” a un farandulero de telenovela, que lo
mismo reforma la Constitución que nunca jamás ha leído, primero porque
es un ignorante y segundo porque es posible que no sepa leer.
La “reforma educativa” no contempla una buena socialización de
conocimientos, para nada, no se trata de hacer sujetos cultos, sino de
hacer a través de una mal llamada reforma educativa una reforma laboral
que termine por someter al magisterio en el mismo saco que al resto de
los esclavos modernos que la economía de mercado impuesta por la global
haburcolademocracia requiere para darle un poco más de aliento al
sistema capitalista. De eso se trata todo el paquete de reformas
“estructurales” que el “nuevo” PRI impone al país, como la norma global
se los dicta.
Pero el asunto en realidad va más allá de esas reformas, el asunto es
dejar al país en orfandad energética, en dependencia absoluta de los
dueños del mundo, se trata del futuro que, una pandilla de ladrones
empresarios y corruptos políticos, quieren arrebatarnos en aras de
llenar sus bolsillos con la riqueza que le arrebatan a la nación, no con
mucha oposición que digamos.
Mientras el “nuevo” PRI, que parece más bien un viejo PAN, y su Pacto
por México imponen la política de odio y saqueo al país, la pretendida
izquierda electoral, inicia su electoral pre-campaña. Ebrard alza las
banderas de la soberanía en un intento de no desaparecer de los
reflectores que lo puedan proyectar como candidato, ¿del PRD?, al tiempo
que Cárdenas se deslinda de AMLO, no sea que la mierda telecrática lo
salpique también, en tanto, este último extraviado en sus reunionsitis,
en lugar de convocar de manera urgente a un frente amplio en defensa de
la soberanía nacional, convoca a una marcha más, —eso sí pacífica—, pues
enajenado que también está, parece ser incapaz de entender que el grupo
en el poder está haciendo todo para reventar al país y que la violencia
se ejerce no rompiendo vidrios de bancos rescatados, sino en la
manipulación de la información, en la mentira sistemática con la que
pretenden convencer, a los zombis generados por la telebasura, de que la
apertura de los recursos energéticos, (y entiéndase también renuncia a
la soberanía), a la iniciativa privada: “es por el bien de México”.
Hoy sabemos que ninguna privatización ha sido por el bien de México.
Sino por el bien de los empresarios y ladrones... perdón banqueros
ladrones, que han se han convertido en grandes multimillonarios a las
costillas de una pasiva sociedad que no termina de renunciar a los
espejitos de que algún líder por fin nos sacará del barranco.
Es evidente que la defensa de la soberanía nacional, no será hecha por
ningún líder del feudo de la “izquierda” electoral, quienes lo que
buscan es elevar su raiting telebasura con la intención de ganar votos
que, de todas maneras, no serán respetados.
La pregunta obligada es: Si la CNTE y el magisterio logran echar atrás
la mal llamada “reforma educativa” ¿saldrán o seguirán en las calles
para defender con esa misma dignidad la soberanía del país? ¿O su
insurrección no es por un interés común? La pregunta es: ¿Si es la
defensa magisterial, para que sus derechos no sean afectados, como ya
fueron afectados los derechos del resto de los trabajadores del país,
cancela las otras defensas?
Es un momento histórico particular, un momento que definirá, para bien o
para mal, el devenir del país. Somos una sociedad que no puede seguir
aplazando la fundamental definición de ese devenir, no podemos seguir
esperando mesías que nos rescaten; hay dos caminos: o nos volvemos
cómplices del saqueo con nuestro confortante silencio y dejamos que el
Pacto por México se salga con la suya, o nos sumamos con todos nuestros
esfuerzos y desde todas nuestras pequeñas o enormes acciones a la
defensa del último reducto de soberanía que nos queda. Sin olvidar, como
bien afirmó Lázaro Cárdenas que: “Gobierno o individuo que entrega los
recursos naturales a empresas extranjeras, traiciona a la patria”
Hay que definir de qué lado de la historia queremos estar.
Se trata de entender el hecho de que “perder un año escolar” es
irrelevante a cambio de defender la soberanía y ganar la dignidad del
país. Dignidad que no tiene precio y ese aprendizaje, sin duda, es mucho
más importante, para el sujeto en formación, que el que hoy les será
inducido en las aulas de adiestramiento de la decadente educación
nacional.
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