martes, 24 de septiembre de 2013

Tenemos que luchar x nuestra soberanía

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Dependerá de los ciudadanos 
Ricardo Andrade Jardí

La soberanía y la dignidad del país

Primero vino la reforma laboral que convierte a los trabajadores mexicanos en los modernos y sometidos esclavos del siglo XXI, al arrebatarles todas las garantías que fueron conquistadas en otros tiempos para beneficio de todas y todos. Y sólo algunos cuantos se opusieron a la reforma que legaliza el derecho del patrón de hacer del trabajador lo que le venga en gana. Los más, nos justificamos porque “teníamos que trabajar” o “ver el fútbol” o porque “no somos trabajadores asalariados” o porque estamos embobados con el espejito de hacernos “pequeños empresarios”, “empresarios culturales”, “ecoempresarios” y toda la lista de modas con las que el sistema nos “apendeja”.

Luego vino “la reforma educativa”, que en la realidad no reforma para nada los contenidos educativos; esos que Chabelo y Chespirito han logrado imponer en las aulas públicas y privadas, contenidos que durante los últimos 40 años ha venido implementando la tecnocracia, hasta lograr los vergonzosos niveles de analfabetismo funcional que hoy tenemos; una sociedad inculta y que es incapaz de leer más de dos oraciones simples y comprenderlas, legisladores incapaces de recordar el título de tres libros que, por supuesto, no han leído. Pero qué esperar si tenemos como “presidente” a un farandulero de telenovela, que lo mismo reforma la Constitución que nunca jamás ha leído, primero porque es un ignorante y segundo porque es posible que no sepa leer.

La “reforma educativa” no contempla una buena socialización de conocimientos, para nada, no se trata de hacer sujetos cultos, sino de hacer a través de una mal llamada reforma educativa una reforma laboral que termine por someter al magisterio en el mismo saco que al resto de los esclavos modernos que la economía de mercado impuesta por la global haburcolademocracia requiere para darle un poco más de aliento al sistema capitalista. De eso se trata todo el paquete de reformas “estructurales” que el “nuevo” PRI impone al país, como la norma global se los dicta.

Pero el asunto en realidad va más allá de esas reformas, el asunto es dejar al país en orfandad energética, en dependencia absoluta de los dueños del mundo, se trata del futuro que, una pandilla de ladrones empresarios y corruptos políticos, quieren arrebatarnos en aras de llenar sus bolsillos con la riqueza que le arrebatan a la nación, no con mucha oposición que digamos.

Mientras el “nuevo” PRI, que parece más bien un viejo PAN, y su Pacto por México imponen la política de odio y saqueo al país, la pretendida izquierda electoral, inicia su electoral pre-campaña. Ebrard alza las banderas de la soberanía en un intento de no desaparecer de los reflectores que lo puedan proyectar como candidato, ¿del PRD?, al tiempo que Cárdenas se deslinda de AMLO, no sea que la mierda telecrática lo salpique también, en tanto, este último extraviado en sus reunionsitis, en lugar de convocar de manera urgente a un frente amplio en defensa de la soberanía nacional, convoca a una marcha más, —eso pacífica—, pues enajenado que también está, parece ser incapaz de entender que el grupo en el poder está haciendo todo para reventar al país y que la violencia se ejerce no rompiendo vidrios de bancos rescatados, sino en la manipulación de la información, en la mentira sistemática con la que pretenden convencer, a los zombis generados por la telebasura, de que la apertura de los recursos energéticos, (y entiéndase también renuncia a la soberanía), a la iniciativa privada: “es por el bien de México.

Hoy sabemos que ninguna privatización ha sido por el bien de México. Sino por el bien de los empresarios y ladrones... perdón banqueros ladrones, que han se han convertido en grandes multimillonarios a las costillas de una pasiva sociedad que no termina de renunciar a los espejitos de que algún líder por fin nos sacará del barranco.

Es evidente que la defensa de la soberanía nacional, no será hecha por ningún líder del feudo de la “izquierda” electoral, quienes lo que buscan es elevar su raiting telebasura con la intención de ganar votos que, de todas maneras, no serán respetados.

La pregunta obligada es: Si la CNTE y el magisterio logran echar atrás la mal llamada “reforma educativa” ¿saldrán o seguirán en las calles para defender con esa misma dignidad la soberanía del país? ¿O su insurrección no es por un interés común? La pregunta es: ¿Si es la defensa magisterial, para que sus derechos no sean afectados, como ya fueron afectados los derechos del resto de los trabajadores del país, cancela las otras defensas?

Es un momento histórico particular, un momento que definirá, para bien o para mal, el devenir del país. Somos una sociedad que no puede seguir aplazando la fundamental definición de ese devenir, no podemos seguir esperando mesías que nos rescaten; hay dos caminos: o nos volvemos cómplices del saqueo con nuestro confortante silencio y dejamos que el Pacto por México se salga con la suya, o nos sumamos con todos nuestros esfuerzos y desde todas nuestras pequeñas o enormes acciones a la defensa del último reducto de soberanía que nos queda. Sin olvidar, como bien afirmó Lázaro Cárdenas que: “Gobierno o individuo que entrega los recursos naturales a empresas extranjeras, traiciona a la patria”

Hay que definir de qué lado de la historia queremos estar.

Se trata de entender el hecho de que “perder un año escolar” es irrelevante a cambio de defender la soberanía y ganar la dignidad del país. Dignidad que no tiene precio y ese aprendizaje, sin duda, es mucho más importante, para el sujeto en formación, que el que hoy les será inducido en las aulas de adiestramiento de la decadente educación nacional

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