Propaganda dañina para la salud mental

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Por Esto!
Satiricosas
Por Manú Dornbierer

Garden party 

A las señoras invitadas a la residencia presidencial el pasado 2 de septiembre sólo les faltó un gran y extravagante sombrero para sentirse en las carreras de caballos de Ascot con la reina de Inglaterra. Tal fue el ambiente que se exhibió en Los Pinos, adonde finalmente se realizó el primer Informe del sexenio. ¿A quién se le habrá ocurrido semejante set de telenovela? Desde luego y hablando de reinas, debe ser a alguien que no conoce la historia de la reina María Antonieta de Francia, austriaca de origen, a la que en 1789, le fue a gritar el pueblo de París a las rejas del palacio de Versalles que tenía hambre y no tenía pan y ella contestó: ¡Pues coman bizcocho!

El muy expresivo rostro del hoy secretario de Hacienda, Videgaray, ex director de la campaña, mostraba cierta inquietud. Esperemos que el garden party no haya sido su idea porque si algo requiere el país es de un secretario de Hacienda que esté al tanto de la realidad explosiva que vive el pueblo de México. La reforma fiscal, o sea el aumento de impuestos, de la mano de la entrega del petróleo, no va a ser miel sobre hojuelas para nadie y menos aún para el influyente funcionario.

Dadas las circunstancias que vive la Ciudad de México, fue prudente desde luego la decisión de atenerse a la ley que acepta que el presidente entregue por escrito el Informe al Congreso. Así es la cosa con los presidentes neoliberales desde Salinas. México sigue siendo una dictadura, pero ya no 100% sujetable. Ya no han podido los que detentan el Poder Ejecutivo presentarse como antes para que los legisladores les celebren su sexenal grandeza. Provocan la justificada agresividad de la oposición y a ellos, pobrecitos, lo que les gusta es que los aplaudan, caramba, no que los interpelen y menos que les digan sus frescas y hasta los insulten frente a la Nación, la TV y las redes sociales.

Así pues, los organizadores hicieron bien en evitar una explosión en las calles el 1º de septiembre, de haber podido llegar la comitiva oficial al Congreso, pero no había necesidad de hacer una fiesta al día siguiente en Los Pinos. Una aparición en cadena nacional de Peña Nieto solo, desde su despacho esa misma noche del Día del Informe para emitir el tradicional mensaje político, aunque bien cuidado y respetuoso de la ciudadanía sin ningún dejo de triunfalismo, realmente informativo, hubiera sido lo único recomendable, lo respetable y sobre todo lo republicano. Pero además algo que no empieza con R: Lo Inteligente.

Debieron tener en cuenta los despistados organizadores que además de su manifiesto deseo de enviar una imagen neoliberal y optimista a los inversionistas tiburones mundiales con los que quieren compartir –¿o compartirse?- el petróleo de México, que el acto se iba a televisar dentro del país y que el horno no está para bollos. La ciudadanía de todos los niveles se está manifestando enérgica y francamente contra el gobierno. Ya sobrepasa a los partidos. Se salió del huacal. Si los INFORMADOS ingenieros petroleros se están movilizando una vez más para evitar la graciosa entrega de la fortuna de México, otros patriotas están en acción igualmente.

LA GENTE INAH

Capitaneados por gente INFORMADA, responsable y valiente, están en rebeldía contra las decisiones priístas los profesores y trabajadores del emblemático INAH, guardián de otros tesoros nacionales. Publican cosas como ésta que recogió en “Tiempos de Furia” nuestro amigo Oriol Mallo, el 13 de julio pasado:

“No más corruptos en el INAH: hablan los trabajadores
“El súbito nombramiento de María Teresa Franco González-Salas al frente del Instituto Nacional de Antropología e Historia ha sorprendido e indignado a la comunidad académica vinculada a este organismo. Y no es para menos. Estamos hablando de la misma funcionaria que estuvo al frente del INAH entre los años 1992 y 2000. Su mandato dio pie a la nueva política de desregulación y entrega de bienes nacionales que favoreció su presidente y mentor, Carlos Salinas de Gortari, así como su sucesor en el cargo, Ernesto Zedillo Ponce.

“Entre otros desaguisados que aún se recuerdan, la señora Franco autorizó la construcción de tres plazas comerciales en el perímetro A de la zona arqueológica de Teotihuacán (…) Ese asalto al patrimonio arqueológico terminó en derrota de los especuladores tras el derribo de dos de los centros comerciales construidos al lado de la pirámide del Sol (…) Mercantilización y fraude que sumieron al INAH en una espiral de decadencia jamás vista. Y cuando parecía que no podían empeorar las cosas, el gobierno de Peña Nieto convierte a la exdirectora María Teresa Franco González-Salas en flamante jefa de la institución. Tal parece que Rafael Tovar y de Teresa, quien repite también como jefe de Conaculta, quiere rescatar a todas las viejas glorias, momias y popes del salinismo. Así que rompiendo todos los precedentes, y la habitual ley del silencio, un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia decidió decir las cosas por su nombre en el desplegado: ‘No más corruptos en esta institución’ que concluye:

“La actuación de la señora Franco redundó en el mal empleo de los recursos federales que se le asignaron al INAH y que terminaron en los bolsillos de sus funcionarios, políticos o empresas allegadas a su persona. Su único mérito conocido ha sido ser un fiel alfil de las doctrinas neoliberales que imponen los grandes capitalistas nacionales y trasnacionales”.

Y ya que estamos en el INAH, comparto con los lectores de este espacio otro texto del mismo grupo que sin duda alguna podríamos rubricar millones de mexicanos víctimas de la inmoral propaganda oficial de la actualidad. Sigue el detestable ejemplo de Felipe Calderón para intentar convencer a los mexicanos de que el genocidio era el camino a seguir. Desacreditó la expresión “Gobierno de la República” y “Gobierno del señor presidente de la República”. Por lo visto el astuto PRI no se dio cuenta.

El 5 de septiembre de 2013, un gran grupo de académicos y trabajadores del INAH, encabezado por los primeros en la larga lista de firmantes, el historiador Felipe I. Echenique March, el doctor Juan Manuel Sandoval, el arqueólogo Sergio Gómez Chávez, la maestra Rosa María Vanegas García, el arqueólogo Joel Santos Ramírez, el doctor Gilberto López y Rivas, Alberto Híjar, Lina Odena Güémez, el maestro Fernando Sánchez Martínez, el Dr. Zaid Lagunas Rodríguez, la arqueóloga Lucero Morales Cano, Carlos A. Ortega Hurtado, el doctor Juan Carlos Ruiz Guadalajara, Ángel Benhumea, Fernando Miranda Flores, etc. publican lo siguiente:

A la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Asunto: solicitud de cancelación de la propaganda gubernamental
en materia energética y educativa.
PRESENTE

Por este conducto, los ciudadanos mexicanos que signamos la presente, profesores-investigadores del INAH y de diversas instituciones de educación básica, media superior así como muchos otros trabajadores mexicanos, reclamamos y exigimos al gobierno federal -que encabeza Enrique Peña Nieto- respete nuestra dignidad humana, la cual pasa necesariamente por el reconocimiento a nuestra inteligencia, capacidades de raciocinio, de análisis y de mantenimiento de la memoria.

Estas cualidades se ven francamente obstaculizadas, anuladas y lesionadas con las campañas de propaganda que ha emprendido el gobierno federal en los medios electrónicos de comunicación masiva para hacer posible lo que ellos llaman “reformas estructurales” mismas que, según ellos, requieren cambios radicales al espíritu y letra de nuestra Carta Magna bajo el supuesto de un beneficio social incalculable para la mayoría de los mexicanos.

Nuestra historia reciente ha mostrado que ese tipo de propaganda utilizada para reformar los artículos constitucionales 27, 123 y 130, así como las múltiples privatizaciones como la de la Banca Nacional, Teléfonos de México, Instituto Mexicano de Televisión (Imevisión), Ferrocarriles Nacionales y otras más han resultado totalmente lesivas para la inmensa mayoría de los mexicanos.

Esas reformas y privatizaciones sirvieron para enriquecer a un reducido número de mexicanos que hoy se encuentran entre los más ricos del mundo y beneficiando a empresas trasnacionales que terminaron anulando una buena parte de la producción nacional y abaratando los salarios y disminuyendo la seguridad social. En contraposición se incrementó en proporción inversa el crecimiento exponencial de la pobreza de millones de mexicanos. Lo cual pasa necesariamente por el desmantelamiento de la planta productiva nacional y que hoy se refleja en el incremento de las importaciones de alimentos básicos, así como de gasolina y gas, para sólo referir los más evidentes.

La propaganda que hoy trasmite desmedidamente el gobierno federal se mete, aún sin nuestro consentimiento, a nuestras vidas privadas, por medio de la radio, la televisión, la prensa escrita y hasta en anuncios espectaculares, así como en el Internet, para apabullar a la sociedad con sus sofismas.

Esas campañas propagandísticas no sólo son un insulto a la dignidad humana, a la inteligencia, a la capacidad de raciocinio, de análisis y a la memoria. También se convierten en una permanente tortura y agresión a la vida privada y a la salud mental. Por eso, solicitamos a esta honorable Comisión Nacional de Derechos Humanos realice todo cuanto tiene en su potestad para ordenarle al Ejecutivo federal, al Legislativo, Judicial y partidos políticos, suspendan sus propagandas por el daño que nos causa y por lo insultante que RESULTAN PARA NUESTRA DIGNIDAD HUMANA.”

Atentamente: Rúbricas. Y todos lo que se quieran sumar.

Me sumo al rechazo del INAH a la propaganda goebbeliana del PRI.
MD
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