miércoles, 18 de septiembre de 2013

Hoy brutalidad, imposición, autoritarismo

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Desastre
Lilia Arellano

Estado de los ESTADOS

En riesgo economía y paz social
Contribuye lluvia a la desgracia
Para la IP, reformas electrizantes
Privatización a educación y salud
Terna real: CSG-Aspe-Videgaray

“Hay que vigilar a los ministros que no pueden hacer nada sin dinero y a aquellos que quieren hacerlo todo con dinero”.- Indira Gandhi

Sin duda alguna que septiembre del 2013 será recordado por mucho tiempo, tanto o más que al que se hace referencia al terremoto que casi destruye la capital de la República el día 19 pero de 1985. La sacudida que duró sólo unos segundos no resultó tan fuerte como la que se ha vivido durante estos 18 días, en los que se ha hecho presente la brutalidad policíaca, la imposición, el autoritarismo, la presentación de la cruda realidad surgida del error también de unos segundos, del día de la votación, de un 7 de julio cuando los electores decidieron quiénes los representarían en el Congreso de la Unión, de los que ocuparían las curules desde las cuales se ha votado ya una reforma educativa, otra laboral, la financiera sin que éstas cuenten con el respaldo de la mayoría, ni siquiera la simpatía o la esperanza de que puedan repercutir de buena manera en el diario acontecer.

Habrá que sumar a lo anterior, el desgarre de vestiduras para incrementar impuestos a través de la reforma hacendaria y, la gran reforma, la más peleada, por la que se han montado múltiples escenarios que van del más desbordado optimismo de quienes la promueven y que en su afán de lograr este objetivo no dudan en presentar la otra cara de la misma moneda con características de gran tragedia, de desastre nacional, de quiebra total, de hambruna, desempleo, crisis, como si tales no fuesen ya del dominio nacional y parte del lenguaje común al momento de hacer referencia sobre lo que aquí acontece. Pero si algo faltaba, la madre naturaleza se encargó de proporcionarlo, puso su grano de arena y propició otro tipo de daños para algunos y de gran beneficio para otros, sobre todo para los que administran fondos dizque para los rescates, para la ayuda de damnificados, para el gran negocio que desde hace décadas vemos tenderse a todo lo largo y ancho en las láminas de cartón.

Esos representantes que ocupan curules exigen más información sobre números cuando, se supone, conocen las necesidades de los distritos que representan, pues los recorrieron en campaña e hicieron una y mil promesas, independientemente de que la gran mayoría de esos hombres y mujeres que lucen ropa de marca nacieron en situaciones económicas adversas, difíciles, así que nadie les puede contar de las necesidades urgentes, de las que no pueden esperar más. Desean conocer cifras de empresarios, cálculos sobre repercusiones, ponen el impuesto a las colegiaturas como si en realidad eso fuese lo más dañino, como si no supieran nada sobre los créditos fiscales que se les otorgan o las reducciones en multas, o los pleitos que pierde el Estado en esos tribunales, o de las quitas multimillonarias que año con año realizan y que disfrazan con otros programas para que los cautivos chiquitos, pequeños y medianos se “pongan al día, cuando la cifra total de esa recaudación no llega ni al 5 por ciento de lo que condonan.

Podemos empezar por las repercusiones a la violencia con que se desalojó el Zócalo capitalino para que Enrique Peña Nieto pudiese dar una muestra de solidez gubernamental, de autoridad total, presentándose a dar el “Grito” y, si para ello se requería nuevamente de una escenografía, de montajes, no hubo impedimento alguno, ya que hay experiencia, y vasta, en acarrear ciudadanos, en comprar su presencia y su aplauso, en llenar plazas con quienes, una vez de regreso, hacen planes sobre su siguiente actuación, lo que cobrarán y al llegar a su destino se lamentan del papel que representan, se avergüenzan de las acciones que el hambre los lleva a ejecutar. Aunque el día siguiente no fue diferente. Un desfile, como el mensaje el día después del informeotra acción para recordar la tragedia de este mes-, exclusivamente para las cámaras de televisión. Nada de que pudiera la gente ver de cerca a sus soldados, manifestar su respaldo y admiración por lo que queda de la gran institución formada por las fuerzas militares. Las lisonjas no pudieron ser más ocultadas en su precio. Se lanzaron con grandes aplausos porque no se quedó a la gran cena que se ofreció la madrugada del 16, en Palacio Nacional, porque tenía que ir a Guerrero a ver a los damnificados.

O sea que seguimos en el derroche, en las grandes galas, en las que, haciendo un paréntesis, lucieron tanto el mexiquense como su señora esposa. Lo que lució la pareja presidencial tiene un costo que cubriría el alimento de 10 mil de los maestros apostados en la plancha del Zócalo durante una semana acostumbrados como están a lo raquítico de éste. Y la gira a Guerrero, ¿no es obligatoria? ¿Acaso no percibe un salario que lo obliga a estar pendiente, atento, acudir, a los lugares en donde se presentan situaciones que ponen en peligro la vida de los ciudadanos? Esa noche, la misma del 15, ¿cómo durmió? ¿Hizo coraje por tenerse que levantar al otro día muy temprano; se preocupó por la tragedia y el luto de las familias afectadas? ¿El costoso avión que se compró no vuela cuando el Sol se ha ocultado? Sus acompañantes: Osorio Chong y Rosario Robles, ¿tenían algún compromiso urgente que les impedía ir e incluso llegar antes que el propio Peña o se sintieron muy bien al ser los únicos invitados para ese viaje en el que la risa fue en momentos lo más escuchado, más aún que los reportes y las posibles y mágicas soluciones que esta pareja ofrece a cada paso? ¿Les hacemos un monumento?

REACCION CONTRARIA

La situación que priva en torno a los maestros, a su inconformidad con la reforma educativa y sus leyes secundarias, se ha recrudecido a partir del uso de la fuerza pública para desalojarlos, lo cual también nos permitió observar las distintas maniobras gubernamentales para sacar adelante un conflicto a través del diálogo, de la exposición de la experiencia política. Por un lado, tienen contratados mentores que son verdaderos mercenarios y que se han dedicado a mal informar a los de los plantones para crear divisiones internas; hay otro grupo que instruye a los encargados en los gobiernos estatales para hacer ofrecimientos que no van a cumplirse porque significarían violaciones a la Ley, hacen acuerdos oficiosos para salir del paso; uno más es de golpeadores que son los que retrató la televisión para hacer ver a los profesores como seres agresivos, violentos, indeseables a los ojos de los padres de familia, cuyas expresiones giraron por momentos en torno a rechazar que sus hijos fuesen educados por esta clase de sujetos.

El fracaso político está a la vista y las acciones que se emprenden, lejos de disminuir esas derrotas, las hacen mucho más evidentes. El otro grupo es el de los verdaderos maestros, los que están empujando por una evaluación que no sólo saben y están ciertos de que es necesaria, sino que la preparación para éste les es de gran ayuda. Sólo que no es posible hacerla nacional porque no tienen las mismas herramientas y oportunidades los que imparten enseñanza en los poblados, en las comunidades, en las sierras en donde por cierto no hay planteles educativos que se acerquen siquiera un poco a los más destartalados en las zonas urbanas, que las que existen en las ciudades donde hay Internet, luz, agua, servicios, acceso a bibliotecas y hasta Ateneos. ¿Cómo establecer una revisión cuando el mosaico que conforma nuestro país es tan diferente, desigual, cuando no guardan ni la más mínima similitud? Si a estas alturas, cuando prometen ingresar al país a otros niveles económicos, no puede ni siquiera impartirse de la misma forma el libro de texto porque hay lugares donde un solo profesor atiende primero, segundo y tercero de primaria, ¿es comprensible esa rigidez?

En todo esto hay un fondo y un proyecto económico que ya se vislumbra y consiste en la centralización del dinero que se entregan a las entidades para el pago de maestros, para la educación y la puesta en marcha de la privatización a través, primero, de la obligación de los padres de cubrir todos los gastos de mantenimiento de las escuelas con todo y la oficina de la dirección, la papelería, etcétera, todo ello disfrazado con la eliminación de las famosas y controvertidas “cuotas voluntarias”. Luego llegarán las concesiones a particulares para que, mediante un contrato con los padres de familia ya organizados en los planteles, se responsabilicen de que todo funcione bien mediante una módica cuota que de ninguna manera pretenden llamarla colegiatura. Así, el centro controla el dinero y paga a los maestros, y un grupo de amigos se hace de sus respectivas escuelas particulares sin, de nuevo, gastar en edificaciones, en nóminas, en compra de inmuebles, terrenos, etcétera.

Así, en Michoacán siguen paralizadas las labores magisteriales y llegaron hasta a las administrativas de la Secretaría del ramo; en Aguascalientes, disidentes del SNTE se hicieron acompañar de jubilados, normalistas y padres de familia y marcharon en silencio manifestando su rechazo al desalojo de la CNTE en el Distrito Federal. Emilio Chuayffet sabe cuál es el objetivo final y de ahí que no aparezca, esos asuntos son de Videgaray y compañía. ¿O alguien puede creer que el apoyo de Slim es gratuito?

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