EN LOS PINOS. Bernardo Gómez, vicepresidente ejecutivo de Televisa, y
Emilio Azcárraga, presidente de esa concesionaria, tras la emisión del
mensaje del presidente Enrique Peña Nieto, ayer Foto Marco Peláez
¡¡Exijamos lo Imposible!!La Jornada
Astillero
Mensaje de campaña
Informe escamoteado
Ligereza ante espionaje
Aureoles, traiciones
Informe escamoteado
Ligereza ante espionaje
Aureoles, traiciones
Julio Hernández López
Como discurso de
campaña (aspiraciones, promesas) podría recibir una benévola aprobación
lo que ayer presentó Enrique Peña Nieto a título de resumen de lo hecho
en su primer tramo oficial de ejercicio gubernamental. El discutible
voluntarismo transformador y el optimismo nuevemesino carecen de
sustento en los hechos, a no ser por la serie de enmiendas cupulares
procesadas a través del corporativismo tripartidista denominado Pacto
por México. A pesar de la imposición de ciertas nuevas reglas formales
para la conducción de los asuntos públicos, el saldo del peñismo es
notablemente deficitario, apenas defendible mediante las tretas
propagandísticas con las que resplandece la misma Peñalandia ayer tan
exaltada en el mensaje político en casa (Los Pinos) que el ex gobernador
del estado de México ofreció a falta de prendas concretas.
En un escenario de progresiva tensión social tiene efectos negativos la palabrería sin respaldo utilizada en informes o mensajes escamoteados como el de Peña Nieto. Nótese cómo se ha birlado a los ciudadanos el análisis del informe concreto de labores de quien está instalado en Los Pinos: el texto fue entregado el domingo, pero fue
embargadoinformativamente, y hasta ayer a media tarde no era conocido más que el material de sintético corte propagandístico, dejando para más delante, cuando otros temas hayan desplazado al del informe, la difusión específica del texto exacto. Es decir, se ha construido la percepción pública de lo realizado en el primer tramo de EPN a partir de pura propaganda, de resúmenes de autoelogio, posponiendo el análisis frío y puntual para ocasión inmediata pero con menor o casi diluido impacto masivo. En esas condiciones resulta impropio (en realidad, irritante) anunciar paraísos por venir en lugar de informar con precisión de lo puntualmente hecho.
No ha tardado la llegada del tema que releve al del informe. En Brasil se dio a conocer el espionaje realizado por órganos estadunidenses a la presidenta de Brasil y al mexicano Peña Nieto, cuando menos en su etapa previa a la toma del poder. Al igual que en el país sudamericano, acá se convocó al embajador del país históricamente intervencionista para que explique lo sucedido. Pero la presidenta Dilma Rousseff reunió de emergencia y en dos sesiones a miembros de su gabinete para definir posturas y analizar las consecuencias de ese acto de hostilidad extranjera. Allá, ayer mismo concurrió durante media hora el representante de la potencia norteña, Thomas Shannon, para dar a la cancillería brasileña ciertas explicaciones. Acá se está en espera de lo que decida Anthony Wayne, un diplomático muy diligente para responder positivamente a cuanta invitación se le hace para otros actos de corte político en México.
En proceso de definición también se mantiene el expediente de
los maestros en protesta. Con una diligencia delatora el Senado se
apresta a aprobar, igualmente al vapor, la ley del servicio docente que
la cámara de diputados ya había votado positivamente el domingo por la
noche en inusual sesión inmediatamente posterior a la instalación de las
sesiones del congreso. La CNTE, entre fuertes discusiones internas, con
el fantasma de ciertas negociaciones de algunos líderes con
representantes gubernamentales, precisará sus acciones futuras mañana,
en una marcha que puede ser de despedida o de nuevo arranque.
Y, mientras la realidad supera a la ficción, con caballos policiacos
desbocados en las mismas inmediaciones del San Lázaro-Jumanji tan
cuidadosamente vigilado en función de bípedos protestantes, ¡hasta
mañana!
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Astillas
El coordinador de los diputados federales del PRD,
Silvano Aureoles, debería intentar el registro de una modalidad de
presión en el ejercicio periodístico. Primero pretendió inhibir la
continuidad de publicaciones en las que algunos de sus propios
compañeros le acusaban de estar comprometido con la aprobación de
iniciativas de especial interés para el peñismo, como la relacionada con
el servicio docente. Dado que no pudo conocer la identidad de tres de
quienes así le señalaban, pues se topó con la defensa irrestricta del
secreto profesional periodístico, en reunión con legisladores de su
partido asentó una especie tendenciosa, al asegurar que ya conocía esos
nombres, aunque no los revelaría para no agrandar el problema. Pero,
según versión de otros de esos pajaritos con fuero, deslizó una frase de
peculiar advertencia: a poco creen que los reporteros no nos dicen los
nombres de quienes dan información supuestamente de manera confidencial. Aureoles se sostiene de manera precaria en la conducción de la bancada
del sol azteca en San Lázaro, la misma que ha sido tachada de traidora
por los dirigentes de la CNTE que vieron cumplirse los vaticinios de que
los diputados perredistas acabarían cediendo paso a la presión
gubernamental para aprobar al vapor la ley del servicio docente.
Quedando bien con poderes como el de Los Pinos, pero también con los
televisivos (será importante ver el papel que jugará en el tema de las
telecomunicaciones, deseoso del apoyo de Televisión Azteca y Televisa),
Aureoles tiene la vista puesta en la siguiente elección michoacana de
gobernador…
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