¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Una convocatoria a la esperanza
Jorge Canto Alcocer
Todos hemos visto las escenas de la catástrofe: inundaciones, deslaves,
carreteras hechas pedazos, puentes colapsados, edificios y viviendas en
total degradación, cientos de miles de personas que lo han perdido todo y
con trabajos pueden llevarse a la boca unos escasos alimentos y
cantidades minúsculas del vital líquido. La cuantificación de los daños
alcanza números estratosféricos, las pérdidas por el cese o disminución
de la actividad económica en las zonas siniestradas comienzan también a
ascender vertiginosamente. Las pérdidas humanas siguen aumentando de un
modo trágico y doloroso.
Con todo y lo devastador del desastre climático, los daños parecerán
cosa de niños si Peña y sus aliados logran la aprobación de “su” reforma
energética y, con ello, entregan al capital extranjero la enorme
mayoría de la renta petrolera del país. Con una ciudadanía “mareada” por
los televisivos “cantos de sirenas”, limitada por la ignorancia y la
inconsciencia alimentadas desde el poder, ya los grandes intereses
petroleros a nivel mundial se frotan las manos ante la magnitud del
pastel que alegremente les ofrece el entreguista habitante de Los Pinos.
Dado este contexto, la convocatoria a la resistencia civil lanzada por
Andrés Manuel, Cuauhtémoc Cárdenas, Pablo González Casanova y otros
importantes líderes políticos y sociales reviste una enorme importancia.
“Grave emergencia”, le llama el documento. “Hundirán al país”, ha dicho
Andrés Manuel. Y no es exageración, es la pura y descarnada verdad
sobre un proyecto que se ha manejado, como es costumbre, de un modo
opaco, publicitado para un público de “parvulitos”, y que confía su
aprobación en los acuerdos previamente establecidos entre el PRI, el PAN
y, aparentemente, la porción más corrupta del PRD, que estaría haciendo
una oposición simulada que terminaría por favorecer el entreguismo.
Con esta convocatoria, Cuauhtémoc finalmente se desmarca de esos
corruptos, asumiendo la responsabilidad que le corresponde por herencia.
Su padre, el mejor presidente mexicano del siglo XX, fue quien encabezó
la reivindicación de nuestros recursos hace 75 años. Con su
posicionamiento, Cuauhtémoc rescata su figura histórica, controvertida
tras develarse su excesiva prudencia en 1988 y su interesada mezquindad
frente a Andrés Manuel, sobre todo en 2006. Éste, por su parte,
documenta de nuevo su generosidad política y su verticalidad, dándonos
una nueva prueba de que aún entre la ignominia de la política mexicana
subsiste la honestidad.
Aunque en su parte medular el documento convoca a frenar el entreguismo
de los traidores del PRIAN, recoge también otros escenarios de la
coyuntura, como la incongruente reforma impositiva, la lucha laboral de
los maestros de educación básica y la escalada represiva que se vive en
el país desde el primero de diciembre del año pasado, tema éste último
que considero al menos tan relevante como la defensa de nuestros
recursos.
De los líderes convocantes, como mexicano nos congratulan las
comprometidas y congruentes actitudes de Andrés Manuel, del Obispo Vera y
del Maestro González Casanova; pero también nos llama a la esperanza
que personalidades como Cuauhtémoc y Mario Saucedo, quienes no siempre
han estado en la primera fila de la lucha popular, y sí en cambio se han
mostrado por momentos claudicantes, se definan de manera contundente.
Como dice la convocatoria, el movimiento no discrimina a ideologías
políticas, creencias religiosas, circunstancias étnicas o sociales, nos
incumbe a todos. El axioma es muy sencillo: quieren consumar un enorme
despojo, un gigantesco robo en la casa de todos los mexicanos. Los
artífices son Peña y las poderosísimas petroleras, los cómplices los
legisladores del PRIAN. Las posibles víctimas somos el resto. ¿Otra vez
nos vamos a dejar?
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