viernes, 13 de septiembre de 2013

Todo indica que son crimenes de Estado

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Escalofriante estrategia reaccionaria
Guillermo Fabela Quiñones

Apuntes

Fueron asesinados, el mismo día pero en diferentes lugares, dos diputados locales del PRD. Uno en Oaxaca y el otro en Michoacán. Sin mayor análisis podría decirse que se trata de una provocación orquestada por un solo autor intelectual, con el propósito de crear un clima de zozobra en el país, que contribuya a frenar la escalada de protestas sociales, en ascenso por la movilización de los maestros de la CNTE. Se pueden calificar como crímenes políticos, cuyo objetivo es amedrentar a fuerzas democráticas y obligarlas a deponer su actitud opositora al proyecto reaccionario de la derecha en el poder.

México atraviesa por una etapa de indefensión ante los embates de una minoría que se siente obligada a pasar a la ofensiva, toda vez que el gobierno de Enrique Peña Nieto no parece dispuesto, hasta el momento, a reprimir a las fuerzas progresistas decididas a seguirse oponiendo a la imposición de reformas abiertamente antidemocráticas. Debido a ello, como lo demuestra la experiencia histórica, grupos de choque al servicio de la oligarquía hacen acto de presencia en busca de dos objetivos concretos: estimular al ala más reaccionaria del gobierno a reprimir a los maestros disidentes, y meter miedo a la gente para que se desista de participar en acciones de protesta.

No es casual que los dos hechos sangrientos hayan ocurrido en las entidades federativas que más se han distinguido por su activismo político. Lo evidente es que se fortalece una realidad angustiante, propia de momentos críticos como los que atraviesa México en la actualidad. No hay una mínima voluntad del grupo en el poder de gobernar bajo reglas democráticas, así que no tiene empacho en abrir espacios a la violencia, aunque ello derive en ampliar condiciones prerrevolucionarias, como es obvio que lo están haciendo. Es lo único que puede hacer para seguir adelante en su estrategia reaccionaria, a fin de asegurar su hegemonía sobre la sociedad mayoritaria.

Al momento de escribir estas líneas no había trascendido información sobre el encuentro entre el secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong y los principales dirigentes de la CNTE. Sin embargo, podría decirse que, si finalmente se llevó a cabo, a nada concreto se pudo haber llegado, porque las posiciones de ambos interlocutores es irreductible. El gobierno federal no tiene una mínima disposición a negociar nada con grupos disidentes, mucho menos con los maestros, a quienes quiere ver derrotados para sentar un precedente y demostrar que tiene la fuerza necesaria para seguir adelante con su estrategia neoliberal y entreguista.

La dirigencia estatal del PRD en Michoacán afirmó en un comunicado: “Michoacán es un estado sin seguridad, sin gobierno y sin ley. Exigimos la inmediata detención de los asesinos de Osbaldo Esquivel Lucatero”. Lo mismo podría decir la dirigencia estatal de dicho partido en Oaxaca, donde fue asesinado Everardo Hugo Hernández Guzmán. Con todo, esta situación de inseguridad puede hacerse extensiva a muchas partes del país, porque se trata de una política concebida para crear condiciones que favorezcan el uso de la fuerza del Estado, y así justificar la represión como mecanismo “legítimo” para abatir el descontento popular.

Como en realidad no hay Estado de Derecho, el grupo en el poder no tiene empacho en hacer uso de su aparato represor, pero previamente busca crear condiciones que no lo distancien más de la población, y particularmente de las clases medias, a las cuales se amenazó con el cobro de más impuestos, aunque sólo para desistir más adelante de tal propósito como un acto de comprensión hacia ellas, a fin de ganarse su apoyo. No es coincidencia que el PAN y el PRD estén en contra de tales gabelas, sino un plan concertado con el PRI para hacer creer a la ciudadanía que el Pacto por México es un mecanismo necesario y útil.

Lo evidente es que el país avanza hacia la consolidación de un estado de cosas muy lamentable, porque la clase política en el poder no quiere actuar como debiera para evitar que la sociedad nacional se siga hundiendo en el pantano de tanto mal social, producto de un sistema de gobierno corrupto y plenamente al servicio de una minoría cada vez más voraz y excluyente. Por lo pronto lo único que cabe esperar, desgraciadamente, es mayor zozobra, más crímenes políticos, más pobreza y desempleo.

(guillermo.favela@hotmail.com

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