sábado, 14 de septiembre de 2013

El operativo de desalojo derivó en choques

¡¡Exijamos lo Imposible!!
La batalla por el Zócalo

Finalmente, la estrategia del Gobierno Federal de no tomar en cuenta las opiniones y protestas de miles de maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación en contra de la Reforma Educativa y sus tres leyes secundarias derivó en un acto de fuerza, de represión, cuando más de tres mil 500 policías federales, apoyados por tanquetas, desalojaron a los profesores que se mantenían en plantón en el Zócalo de la Ciudad de México / El operativo de desalojo derivó en una serie de enfrentamientos de maestros y jóvenes anarquistas con los uniformados, quienes utilizaron gases lacrimógenos y chorros de agua lanzados por las tanquetas / Se reportó un saldo inicial de 31 detenidos, 50 heridos leves y 15 policías federales lesionados
 

MEXICO, D.F., 13 de septiembre (APRO/AP/UNIVERSAL/NOTIMEX/EFE/AFP).- Cientos de policías federales tomaron el viernes el control de la plaza principal del centro histórico de la ciudad de México y replegaron a miles de maestros que la habían tomado hace varias semanas para protestar por la Reforma Educativa y sus tres leyes secundarias, que a consideración de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y otras fuerzas magisteriales atentan contra sus derechos laborales y no abordan la verdadera problemática de la educación en México.

En una dramática reafirmación de la autoridad después de semanas de afectaciones prácticamente diarias de los maestros en la capital del país, el desalojo se produjo entre algunos enfrentamientos en los que salieron a relucir palos, piedras, gas lacrimógeno y chorros de agua lanzados desde vehículos policiales.

El desalojo de los maestros del Zócalo ha sido uno de los mayores despliegues de la Policía Federal en la Ciudad de México, comparable al del 1 de diciembre pasado.

El número de personas detenidas tras el ingreso de la Policía Federal al Zócalo capitalino es de 31 personas. Las autoridades federales mencionaron que la cifra de detenidos puede ir aumentado en las siguientes horas.

Mencionaron que además de estas personas, que fueron detenidas por elementos de la Policía Federal en distintos hechos, falta el reporte que la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) entregue sobre las personas que fueron aseguradas por elementos capitalinos.

El comisionado nacional de Seguridad, Manuel Mondragón y Kalb, informó que participaron alrededor de tres mil 600 elementos de la Policía Federal y que de los detenidos ninguno es maestro. El funcionario agregó que se registraron también 15 policías lesionados leves. Otros reportes, entre ellos de la Cruz Roja, dan cuenta de al menos 50 personas heridas, ninguna de gravedad.

Detalló que las personas detenidas fueron remitidas al cuartel de la Policía Federal en Iztapalapa, donde se ubicó un Ministerio Público Federal que deslindará responsabilidades y el origen de dichas personas.

Destacó que el ingreso de los elementos federales fue sin armas de fuego, sólo con escudos, gases y agua. Fueron “acciones perfectamente aceptadas en el reglamento del uso de la fuerza y que son sin duda armas no letales”.

Preludio

Todo comienza la noche del jueves. Apenas ha caído el sol y un rumor empieza a propagarse por la Ciudad de México: los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) han aceptado abandonar el plantón del Zócalo capitalino para permitir el Grito de Independencia.

Los medios de comunicación comienzan a mostrar imágenes de profesores levantando carpas y enseres… Sin embargo, no han pasado cuarenta minutos del anuncio cuando se descubre que el retiro sólo implica a los profesores de las secciones 9 (DF) y 18 (Michoacán). La número 22 (Oaxaca), que es la más numerosa y aguerrida, continuará en la Plaza de la Constitución.

Las llamadas y reuniones entre integrantes del gobierno federal y de la Ciudad de México no se hacen esperar, afirman políticos cercanos a las negociaciones.

Y toman una decisión: el miércoles desalojarían a los disidentes. Las órdenes comienzan a fluir hasta los mandos policiacos: la Federación estaría al frente del operativo (en última instancia, la seguridad del DF sigue estando a cargo del gobierno federal) y los agentes capitalinos colaborarían.

Primer acto

A las seis de la mañana los policías están listos y se dirigen al Zócalo. Una hora después el aumento en la seguridad es notorio, así que los profesores organizan pequeñas patrullas que recorren las calles aledañas al Zócalo, con el fin de investigar qué ocurre. A las ocho de la mañana ya no hace falta indagar nada: los policías federales ya están en la zona y el cerco comienza a formarse. El día pinta negro para los manifestantes: las nubes de lluvia, los helicópteros policiacos y el desalojo federal los acechan.

A las 11 de la mañana, algunos profesores de las secciones 9 y 18 que no habían partido la noche anterior se van rumbo al Monumento a la Revolución. Paralelamente, las tensiones dentro de la sección 22existentes desde hace al menos dos semanascomienzan a evidenciarse: mujeres con niños y hombres que tienen ahí a su familia proponen retirarse voluntariamente, para evitar un enfrentamiento. No obstante, buena parte argumenta que el movimiento aún no ha conseguido sus principales demandas: derogar la reglamentación secundaria de la reforma educativa y entrevistarse con el presidente, Enrique Peña Nieto. Por lo tanto piden resistencia a sus compañeros. Esta postura prevalece: se quedarán, pero sin prohibir la salida a quien desee irse.

Para defenderse, organizan equipos que cubrirán diversas entradas al Zócalo (particularmente la avenida 20 de Noviembre) mediante barricadas.

Es mediodía y con los bandos en sus posiciones, el Sistema de Transporte Colectivo Metro cierra la estación Zócalo. Los negocios circundantes también bajan las cortinas. Los transeúntes evitan esas calles. Lo único que el gobierno del Distrito Federal ha ofrecido hasta el momento es una mudanza de plantón, sea a la plaza de Santo Domingo o al Monumento a la Revolución.

Entonces, si alguien tenía una duda, la Policía Federal hace el movimiento que patentiza su plan: llegan tanquetas de agua, autobuses y camionetas tácticas. Habrá desalojo y la Federación lo encabezará. Todo depende de una orden.

La CNTE se hace fuerte en la Plaza de la Constitución, con tubos, palos, tanques de oxígeno y gas. Toman incluso dos de las excavadoras que estaban ahí, como parte de una obra de remodelación en las calles adyacentes a la plancha. Faltan minutos para las dos de la tarde.

De pronto, poco a poco, los agentes federales comienzan a avanzar, como en cámara lenta. Golpean con el puño sus escudos y el piso con sus botas. El cerco se estrecha por 5 de Mayo y 20 de Noviembre, por Tacuba, por República de Brasil y Palma. La policía capitalina cubre la retaguardia.

“¡No queremos represión, no queremos represión!”, gritan los profesores, pertrechados y, algunos, embozados. Comienza a difundirse que grupos anarquistas, del Sindicato Mexicano de Electricistas y estudiantes están ahí, dispuestos a luchar con los profesores.

Los manifestantes prenden fuego a sus trincheras de 20 de Noviembre y Palma. La Policía observa, lista para avanzar.

Segundo acto
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