¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Los mexicanos enanos, prepotentes y arrogantes
Roldán Peniche Barrera
Yucatán Insólito
—¿Cómo está eso, maestro? –indago ante el Profr. Vallejo— ¿Son los mexicanos chaparros, prepotentes y arrogantes?
—¡Hombre! ¿Qué esperaba Ud.? –protesta— y lo digo yo que conviví pero no
concebí con ellos, señor... Y es que en los años de estudios en
Mexicalpan de las Tunas, recuerdo haber leído una obra crítica de los
defectos de los habitantes de nuestro país, mi señor.
—¿Cómo se llamaba el dichoso libro? –pregunto.
-“El mexicano enano” –responde—, en el que se describen los defectos de
las personas que llegan a ocupar cargos medianos o superiores.
—Se les sube el puesto –digo—, como vulgarmente los definimos.
—Sí, cierto –dice en yucateco- en el caso de un incidente cualquiera,
olvidan que son servidores públicos y se sienten nuevos moctezumas,
miembros de la realeza. Una conducta delincuencial los lleva a hacer la
pregunta estúpida: —“¿Qué, no sabes quién soy, hijo de la chin chan
chun?”, mugen los malditos semovientes con un tonillo de “¡órale
cabrón!”, cosa que me irrita y me deja de muy mal humor, señor... A
veces dicen haciéndose los interesantes: “¡Orita voy a hablar con el
presidente!”.
—¿De ese tamaño, profesor? –pregunto.
—¡De ese tamaño! –grita enfurruñado—. El mexicano enano busca a toda
costa evitar la detención de su compadre, no obstante haber sido el
culpable del accidente y que hay una persona seriamente herida y a punto
de “tesar” o “colgar los tennis”. ¡Ay, mi madre!
—Qué cosa tan terrible, querido maestro –le indico.
—Por eso estamos como estamos, señor –abunda sobre el tema-, por esa
maldita razón nuestro país no progresa, con tantos enanos en puestos
medianos y de alto, altísimo nivel federación –apunta-; y los ciudadanos
nos irritamos, ya lo dije, y a mí, en lo particular, se me ponen los
pelos de punta y comienzo a pegar de “coces” y de “coscorrones” a los
que me rodean, y eso ocurre cada vez que alguien tiene el chiste de
informarme de estas conductas delincuenciales y demenciales. ¡Sí señor!
—¿Y los enanos qué? –doy por concluida la entrevista.
—Deberían terminar en chirona —dice furioso-, en el bote, en el
calabozo, en las Islas Marías, en San Quintín o en la peor bartolina...
¡Ay, ay! porque no merecen desempeñarse como funcionarios. ¡Baldón para
ellos, baldón eterno! ¡Ay, ay... Dios de los cielos!.
Feliz Año en cuatro idiomas
Pero el Profr. Vallejo, antes de despedirse, deseó enviar a sus lectores
sus felicitaciones con motivo del Año Nuevo en cuatro idiomas, lo que
demuestra su calidad de políglota:
Maya: “Ten kin dzibóltic tech Humppel Maloob Tumben Haab”
Francés: “Je te souhaite une Bonne Année”
Inglés: “I wish you a very good New Year”
Español: “Feliz Año Nuevo 2013, cuates queridos…”.
(Gracias, maestro).
Antes eran los Reyes Magos
En otros tiempos, además de la Navidad y el Año Nuevo, los niños
recibían regalos dizque de los Tres Reyes Magos, el 6 de enero. No
existía la famosa rosca de muñequitos y los chiquillos aguardaban los
juguetes que les traerían los santos reyes magos, que al decir de don
Ramón Vallejo, ni son santos, ni son reyes ni son magos. Allá él...
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