¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Para castrarse, hace falta genitales
Elíseo Martín Burgos
El emperador de China, Yongle, llamado Zhu-Di, que vivió entre 1360 y
1424, tenía un inmenso harén al que nadie tenía acceso; ni siquiera Gan
Bing, comandante supremo de sus ejércitos y ministro de toda su
confianza.
En una ocasión, cuando el emperador había salido de cacería, los
enemigos del ministro, con el fin de hacerle caer de la gracia ante su
soberano, le tendieron una trampa que lo obligo a entrar al harén.
El comandante, al verse perdido, no dudó en castrarse para salvar su
honor. Cuando el soberano le recriminó su grave falta, el militar le
entregó una bolsa con sus genitales. Su castración le valió el cargo más
elevado, como jefe de los eunucos, muy alto cargo burocrático.
Antología del Chascarrillo
Segunda Epoca
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