Álvaro Cepeda Neri
El aliado político de Marcelo Ebrard,
postulado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) de los
Chuchos, y apoyado por el Manuel Camacho Solís de “brillantes” ideas
para aliarse con los desechos de la politiquería, ha demostrado que en lugar de arreglar los conflictos sociales dialogando, amartilla
las armas para que sus policías disparen contra manifestantes que,
ejerciendo su derecho a protestar (artículo 9 constitucional), no
encontraron más vía para demandar respuesta a sus problemas que
presionar al gobernador Ángel Aguirre Rivero, quien despreció contestar
las peticiones fundamentadas en el artículo 8 constitucional. Los
policías de Genaro García Luna golpearon y patearon a estudiantes de la
Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos. En ésta estudian para ser
maestros hijos de campesinos, que tanto la Secretaría de Educación
Pública (que alega no tener obligación alguna) y el gobierno de
Guerrero, tienen en el olvido, acatando la exigencia de la loquita Elba Esther Gordillo de desaparecer las normales rurales de todo el país.
El homicidio de los estudiantes Gabriel Echeverría de Jesús y Jorge
Alexis Herrera Pino, con todas las agravantes penales, es
responsabilidad del troglodita desgobernador, a quien los
partidos PRD, del Trabajo y Convergencia (ahora Movimiento Ciudadano)
postularon, compraron votos y sobornaron a cambio de sufragios para
ganarle más al Partido Revolucionario Institucional que al de Acción
Nacional. Tras la victoria, Ebrard fue al oportunismo para ganarse
simpatías en Guerrero; cuando ebrio de prepotencia buscaba
arrebatarle la candidatura presidencial a Andrés Manuel López Obrador
(éste le ganó dos a uno en las encuestas y Ebrard se quedó como novia de pueblo).
Para quitarse responsabilidad, Aguirre Rivero entró en una polémica
de videos donde las policías de García Luna golpean salvajemente a los
normalistas y los del desgobernador, con dos individuos vestidos de civil, disparan sus cuernos de chivo.
Agotadas las vías para arreglar los problemas de su escuela y después de que el desgobernador se
negó a recibirlos, los estudiantes cerraron la Autopista del Sol. Ahí
llegaron los cuerpos policiacos estatales y federales para supuestamente
dispersarlos, pero arremetieron contra los muchachos que se defendían a
pedradas. Los policías actuaron a macanazos, patadas, atemorizando con
sus pistolas y finalmente dispararon por la espalda a los estudiantes
que corrían para salvarse. En la huída dos de ellos fueron alcanzados
por las metralletas. Es un abuso de poder del desgobernador y de García Luna, quienes tienen parte de responsabilidad en los asesinatos.
Como ha pasado durante el foxismo y el calderonismo, ambos quedarán
en la impunidad y no obstante merecer juicio político y penal, no serán
sancionados. Como todos los homicidios desde el abuso del poder (¡y
Felipe Calderón lleva 55 mil por todo el país!), los de la elite
judicial, legislativa y ejecutiva, se encubren para no responder ni de
sus robos del dinero público ni los homicidios. Esta embestida
sangrienta es una trampa mortal para los mexicanos… ¡pero Calderón fue a
misa, se confesó y le perdonaron sus pecados, para comulgar en la
Basílica de Guadalupe! Falta que Aguirre Rivero haga lo mismo. Ambos,
para salvar sus almas.
*Periodista
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