martes, 1 de enero de 2013

Única certeza seguirán con la puta guerra

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Por Esto!
Vigente para 2013 la condena: México debe continuar ahogado en sangre
María Teresa Jardí

Como primer regalo para la clase política mexicana, 2013 ya ha dejado establecida la garantía de continuidad de la impunidad a la corrupción de la clase política como el pago recibido, a cambio de continuar imponiendo la condena a la mayoría decidida por los que mandan en el mundo, en el caso de los países que en manos se encuentran de una clase política abominablemente entreguista, como es el caso mexicano, al que previamente se le desarmó la estructura ética de todas las instituciones. La nota del POR ESTO!, del último día de año 2012, informa a lo lectores, que igual por estos días de asueto bajamos de manera intensa, y aunque fuéramos los de siempre: una minoría que no acepta lo que la telebasura hace creer a la mayoría de que México es Disneylandia. La nota dice, una de las notas, el diario entero podría ser usado como denuncia de lo que la mayoría se niega a ver.

La nota dice que: “Las bancadasen el último y primer tramo de la 61 y 62 Legislatura recibieron mil 328 millones 39 mil 78 pesos, cifra que es repartida de manera discrecional entre los coordinadores parlamentarios para que, a su vez, la distribuyan entre presidentes y secretarios de comisiones. Por servicios generalesteléfono, gas, agua y electricidadel Senado pagó mil 665 millones 354 mil 733 pesos. En telefonía convencional y celular se erogaron 11 millones 516 mil pesos. En la misiva se adelanta que los diputados gozarán en 2013 de una suma asegurada mayor que la del año pasado por unos 100 mil pesos. Para 2013, la póliza los cubrirá por dos millones 914 mil 200 pesos en caso de que tengan algún accidente o enfermedad. En este 2012, la suma asegurada fue de dos millones 804 mil 850 pesos. La póliza para los 500 diputados costó este año a la Cámara Baja 55 millones 55 mil pesos. Se trata de la póliza de Gastos Médicos Mayores contratada con esa empresa, y que también tienen 578 mandos medios y superiores de San Lázaro. La cobertura incluye a los cónyuges, hijos menores de 25 años y ascendientes directos de los diputados.”

Las “bancadas” de eso que se sigue llamando Poder Legislativo, aunque lleve años convirtiendo a la república mexicana, que tampoco ya no existe, en un país de leyes “perfectibles”, es decir injustas y a modo de lo que a los que mandan conviene.

Un ente, eso que seguimos llamando Poder Legislativo, sometido, a base de corruptelas y prebendas, hoy, a la bancada televisiva, acorde con el poder fáctico que en México impone al que le conviene como cabeza de un Ejecutivo federal que no tienen ya tampoco nada que ver con el hecho de que los mexicanos elijamos a un presidente, ni tampoco con el hecho de que exista tengamos nada similar a lo que es la Presidencia. Esa cabeza obligada a propiciar la felicidad del pueblo que lo elige para servirle de manera temporal y eficiente, pueblo que lo quita cuando no sirve. El año que hoy empieza trae para los mexicanos, como única certeza, la de que la sangre de sus hijos se continuará impunemente derramando a nombre de la lucha contra una delincuencia propiciada por los mismos que el poder manejan y la de que la corrupción de la clase política irá en aumento y la impunidad continuará siendo la regla garante también del empobrecimiento atroz de cada vez más millones de mexicanos que no alcancen a ser borrados por la limpia que se aplica en la faz de la tierra.

Feliz año para la mafia política. Año de pésame para millones el que hoy inicia. Para millones que no se quieren enterar que contra todos va la aplicación del inmoral sistema. Hasta que les alcance y entonces, como Moreira, hagan el ridículo queriendo denunciar tardíamente lo que encubrieron, propiciando incluso, con ese encubrimiento, la muerte del hijo. Muerte, no más dolorosa, que la sufrida por los otros con la muerte de los hijos de los otros que como daños colaterales seguirán, que nadie lo dude, produciéndose a lo largo del interminable sexenio de peñista priísta condena, no menos atroz que la recién sufrida calderonista panista.
 

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