jueves, 3 de enero de 2013

Lo cierto es que ganará el abstencionismo

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Proceso 
Los reflectores electorales


MÉXICO, D.F. (Proceso).- El domingo 7 de julio de 2013 se celebrarán comicios en 14 entidades de la República Mexicana para elegir a un gobernador, a mil 348 alcaldes con sus respectivos ayuntamientos, y a 451 diputados locales. Baja California será el único estado en el que se elegirá gobernador, ayuntamientos y Congreso; en otros 11 se votará para renovar ayuntamientos y Congreso; en Coahuila, únicamente ayuntamientos, y en Hidalgo, sólo Congreso.

De acuerdo con los precedentes, es posible adelantar que las elecciones en Chihuahua, Durango, Hidalgo y Zacatecas las ganará el PRI sin mayores dificultades; los dos estados intermedios son todavía de los nueve reductos tricolores que no conocen la alternancia en el Ejecutivo estatal, y allí el PRI supera en las preferencias a las otras fuerzas políticas por diferencias de dos dígitos; en el caso de la primera entidad, tras un sexenio blanquiazul, el tricolor parece totalmente afianzado en el gobierno, a pesar del cuestionable desempeño de sus gobernantes; y en el de la última, las divisiones de la izquierda, tras dos sexenios de gobierno, le abrieron la puerta al regreso del priismo.

En las otras 10 entidades todo indica que habrá cerrada competencia, por lo que los resultados dependerán de las alianzas que se conformen y de los candidatos que se postulen. En siete estados (Aguascalientes, Baja California, Coahuila, Puebla, Sinaloa, Tamaulipas y Veracruz) la disputa por los principales puestos se dará entre PRI y PAN; en otros dos (Oaxaca y Quintana Roo), entre PRI y la izquierda, si ésta logra mantener un mínimo de unidad; y, finalmente, en uno (Tlaxcala), el electorado se divide prácticamente en tercios y cualesquiera de las tres fuerzas políticas podría ganar.

En seis de los estados (Aguascalientes, Coahuila, Puebla, Sinaloa, Tamaulipas y Tlaxcala) una posible alianza con el Partido Nueva Alianza puede ser determinante para el resultado; en Aguascalientes, Sinaloa y Tamaulipas, porque en las últimas elecciones federales logró porcentajes altos de preferencia electoral (13.78%, 16.11% y 7.3% respectivamente); y, en el resto, porque aunque su porcentaje de votación no es tan alto, puede ser decisivo, como en el caso de Coahuila, donde con poco más de tres puntos porcentuales puede inclinar la balanza a favor de los blanquiazules o propiciar una muy probable alianza entre PRI y PVEM. Y lo mismo sucede en el resto de los estados.

En Oaxaca la izquierda tiene en sus manos la posibilidad de ganar la elección, y realmente eso depende de que logre mantener la unidad y postular a buenos candidatos. No sucede lo mismo en Quintana Roo, donde la ventaja sería para una eventual alianza del PRI y el PVEM, pero la izquierda podría conseguir el triunfo, pues las diferencias de votación son de menos de cinco puntos porcentuales.

En Veracruz, otrora entidad donde el electorado se dividía a tercios, la izquierda ha perdido mucho terreno, y aunque en los comicios presidenciales logró poco más de 30% de la votación válida, en los correspondientes a diputados y senadores apenas rondó el 25%, con lo cual la batalla se concentró entre los otros dos partidos, que la superaron con diferencias de más de dos dígitos. Mientras tanto, en Tlaxcala, la división es prácticamente a tercios, y además el Panal dispone de más de 5% de los votos, con lo cual también puede convertirse en factor decisivo; en la pasada elección de senador el PAN obtuvo 29.8% de los sufragios válidos; si hubiese habido coalición PRI-PVEM habrían sumado 29.9%; PRD-PT-MC, 35.1%; y Panal, 5.2%.

La atención se centrará en Baja California, por ser la única entidad que elige gobernador, pero además porque fue la primera que perdió el PRI y que está en manos del PAN desde 1989, es decir, seis sexenios consecutivos se ha mantenido en manos de los blanquiazules. En 2007, el actual gobernador José Guadalupe Osuna Millán ganó con más de la mitad de los sufragios, para ser precisos con 51.2% de la votación válida, postulado por la denominada Alianza por Baja California, que incluía al PAN, al Panal y al PES (Partido Encuentro Social, con registro estatal), con una diferencia de más de 55 mil votos y 6.5 puntos porcentuales sobre el candidato de la Alianza para que Vivas Mejor, que incluía al PRI, al PVEM y al PEBC (Partido Estatal de Baja California, también con registro estatal), y que postuló a Jorge Hank Rhon.

Sin embargo, en la elección intermedia de 2010 la alianza de PRI y PVEM ganó los cinco ayuntamientos y 13 de los 16 distritos locales, con lo cual prácticamente borró a la Alianza por Baja California, que únicamente pudo conseguir tres dipu­taciones de mayoría relativa. Y en las pasadas elecciones para senador el PAN obtuvo 34.2%; si el PRI y el PVEM hubiesen participado en coalición hubiesen obtenido 32.9%; la coalición de izquierda, 28.7%; y el Panal, 4.2%. Así las cosas, de acuerdo a dichos cálculos, también aquí el Panal puede ser factor determinante.

Pero ya surgió la posibilidad de que el PRD se alíe al PRI si éste postula a Fernando Castro Trenti como su candidato. De acuerdo con el periódico La Crónica de Mexicali, Julio Octavio Rodríguez, representante del PRD en el órgano estatal electoral, señaló que en caso de que el tricolor no postulara a Castro Trenti, ellos estarían dispuestos a hacerlo, solos o en coalición. Además de Castro Trenti, entre los aspirantes del tricolor figura nuevamente Hank Rhon, al igual que los alcaldes de los cinco municipios bajacalifornianos.

Por parte del PAN destacan, entre los aspirantes, Héctor Osuna Jaime y Francisco Vega Madrid, según una encuesta que dio a conocer la Fundación Rafael Preciado, del mismo instituto político, el 28 de noviembre pasado. Lo cierto es que el blanquiazul tiene posibilidades reales de retener la gubernatura, especialmente si se da una escisión en el tricolor.

En cualquier caso, que haya elecciones competidas depende fundamentalmente de la unidad de la izquierda y de la capacidad de los panistas para superar el trauma de la pérdida de la Presidencia.

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