¡¡Exijamos lo Imposible!!
El fraude contra la felicidad popular Ricardo Andrade Jardí
“Como el gobierno no se instituye para honra o interés particular de ninguna familia, de ningún hombre ni clase de hombres, sino para la protección y seguridad general de todos los ciudadanos, unidos voluntariamente en sociedad, estos tienen el derecho incontestable a establecer el gobierno que más les convenga, alterarlo, modificarlo y abolirlo, cuando su felicidad lo requiera” Constitución de Apatzingán
Todo en el país, donde lo imposible se vuelve posible, es un fraude. Dicen los rechazados de la educación pública, que la 'feria' realizada por la SEP para dar alternativas “educativas” a los cientos de miles de rechazados a un lugar en la educación media superior y superior, que “las propuestas tecnológicas ofertadas, por la Secretaria de Educación, son vergonzosas ya que son espacios en escuelas que no tienen ni aulas”.
En tanto el sistema, absolutamente decadente, sigue atizando el fuego de la indignación y abriendo frentes de protesta y oposición, donde no los tenia. Vamos conociendo el tamaño de la narcoteletiranía que se nos pretende imponer. El PRI, que tal vez nunca en su existencia como organismo político haya hecho un acto de autentica legalidad, vocifera contra el Movimiento Progresista con cínica indignación por los miles de documentos que aparecen día con día evidenciando el tamaño de hampones que son los priistas y muy particularmente los que hoy acompañan al candidato idiota de la telecracia.
Compra de voluntades, millonarios recursos de procedencia ilícita y toda una telenovela de “honestos ofendidos”, son algunos de los recursos que la narcoteletiranía utiliza para convencer al sector más enajenado de la sociedad, de que el PRI, que toda su vida ha hecho cochineros, hoy es “injustamente atacado”; Cuando en realidad lo único que hoy está pasando es que se está poniendo en evidencia concreta lo que durante más de siete décadas no fue más que una empírica denuncia popular. Se está llevando a los tribunales, de (in)justicia, lo que todo el mundo sabe que es el PRI, o más bien el PRIAN, pues en mucho de lo que hoy se denuncia van juntas las dos corrientes principales del PRIAN (PRI, PAN y sus perros chuchos), ya sea por omisión o por complicidad.
La compra de votos, el padrón rasurado, los altos y atípicos índices de votación (para el PRI) en las zonas campesinas más marginales, los descarados acarreos, el desvío de fondos (me cuenta una fuente confiable que hay dependencias de gobierno en Yucatán, donde ya no hay ni papel higiénico en los baños o donde no se puede ni solicitar un clip, pues “no hay recursos”), el dinero de dudosa procedencia, la lujosa construcción de un candidato idiota a la medida de Televisa y TvAzteca, además de las tarjetas SORIANA, MONEX y toda la gama de empresarios chatarra que contribuyeron a comprar la elección 2012; como ya en el 2006 nos impusieron al espurio Fecal, quien se ocupa, por estos días, de cómo huir del país lo más protegido posible, ante los cientos de miles de voces que exigen justicia contra los actos criminales de su ilegítimo sexenio, que arrojan más de 96 mil ejecutados públicamente reconocidos, un ejercito paralelo, al mando de quién sabe quién, más de 10 mil desaparecidos, el primer lugar mundial en asesinatos y amenazas contra periodistas (donde PRI y PAN van también de la mano, pues ninguno tolera que la verdad de sus atrocidades y fechorías se hagan públicas) y alcanzando ya el país el último lugar en nivel educativo...
En fin... México hoy se debate entre “la legalidad” de un sistema que sienta las bases de su estructura en la ilegalidad como norma. En un imaginario, fomentado durante décadas, para lograr que en la psique colectiva, las atrocidades de políticos, banqueros y empresarios, pasen como actos normales, como “cosas que siempre han sido así”...
Pero cabe recordarle a todos esos cínicos, que hoy se reparten el pastel de un país que pese a todos sus intentos aún no es suyo. Que México ya no es el mismo. Que millones de ciudadanos han apagado la caja idiota y han salido a buscar nuevas e inteligentes formas de informarse, de juntarse, de organizarse para volver a ser... sabedores de que no será facial. Poco debemos de esperar de un Tribunal Electoral que parece más un nido de buitres que una casa de justicia. No será fácil porque hasta antes del 11 de mayo del 2012, para ellos, para la narcoteletiranía, el proceso electoral no era más que un trámite menor para seguir abusando de la riqueza nacional y disfrutando de inmorales privilegios al amparo del poder. Ellos tienen todo que perder. Sin embargo el resto del país, los que sabemos, porque ya lo hemos vivido y los que lo intuyen porque su memoria histórica no ha podido ser borrada, como sí ha sido borrada de esos que hoy piensan que con olimpiadas y fútbol detendrán la revuelta que inunda las calles del país, que la imposición del candidato de la telecracia significará un retroceso cultural (en toda la extensión de la palabra) de cien años; un retroceso de doscientos años en nuestro aún mínimo camino democrático. Pero sabemos también que en esta lucha tenemos un mundo nuevo que ganar. Un México digno y justo que nos ha sido negado y arrebatado por caso cien años.
La imposición del niño idiota de la telercracia será para México la puñalada final al sueño de felicidad republicana por la que lucharon y murieron hombres y mujeres que en otros tiempos, muy parecidos a los de hoy, supieron decir basta a la injusticia, basta al fraude, la mentira y la imposición. Como hoy miles de ciudadanos se organizan y se juntan en plazas públicas para decir ¡basta ya!, ¡basta de mentiras telecraticas y de imposiciones! ¡Basta ya! a un sistema decadente que nos pudre como nación y que no puede ya ofrecer más que mentiras, degradación y muerte.
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