jueves, 26 de julio de 2012

Ni nos ve ni nos oye ese Tribunal a modo

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Nadie debió volver a verlas 
María Teresa Jardí

El poder enloquece. Más allá de que justo cuando el mundo pide de regreso al marxismo y todo parece indicar que, tarde, Cuba decide sumarse al capitalismo, es incompresible que se detenga gente en el funeral de un opositor muerto, además, como todo indica, en un accidente. El poder enloquece también a los inteligentes. Pero a los idiotas los convierte en monstruos y eso es lo que intuye el pueblo mexicano que va a suceder con Peña si logran los magistrados a modo “que no se van a dejar intimidar por los millones de mexicanos que a Peña, entre otras cosas, por la corrupción exhibida, no quieran como gobernante”.

Millones, que los magistrados no ven ni escuchan porque han sido comprados para despreciar al pueblo que los mantiene como si fueran el Papa católico que desde el Vaticano lleno de riquezas se conduele por los cientos de pobres que mueren de hambre cada día en África.

Así está el mundo y en mal momento México se enfrenta a la tragedia que va a sumirlo en el infierno de la represión generalizada de concretarse, con la imposición hecha por el TRIFE, el golpe de Estado dado por las televisoras en vivo y en directo para que se enterara el mundo, desde el 1 de julio pasado, de que en México quien manda es la telecracia.

El dinero es el dinero y a los yanquis tampoco les interesa que su sociedad sea sana y el recurso que encuentran para enfrentarse a los que pirados un buen día se levantan y matan, lo mismo en una escuela que un cine, es permitir que la gente se mantenga armada desde que se levanta de la cama, porque no vaya a ser que el hijo se despierte y los asesine en la ducha.

Efectivamente, Xóchitl Gálvez no debe ser acusada de lo que quiera que haya hecho su hermana. Así está estipulado en las leyes donde nadie se ubica ni por encima ni por debajo de la justicia. Pero los políticos a la mexicana han perdido el derecho a no despertar suspicacias de que el secuestro, como las guarderías subrogadas, haya pasado de la policía, como su particular negocio, a los familiares de las mafias políticas.

México ha dejado de ser un país creíble. Lo único que le faltaba era el golpe dado por la telebasura. Y más les valdría a los que mandan poner bozales a los porros que lo mismo en el Poder Ejecutivo, que en el Legislativo, que en el Judicial hoy despachan.

Se equivocó Sicilia. Su golpeteo a AMLO, sobraba. Debió saber, inteligente que es, que eso no iba a garantizar la Ley de Víctimas. El golpe al Estado dado a la Corte por Zedillo garantizaba el apoyo a los victimarios. Imposible una ley de víctimas donde el pueblo entero es víctima de la delincuencia organizada desde el poder.

Si de lavar dinero se trata, México es el paraíso. Si de trata de blancas, en México está el negocio. Si de narcotráfico: de aquí le exportamos al mundo los cárteles y les convertimos a los capos en los ricos del mundo. La comida chatarra que en el mundo ya no se quiere, aquí es bienvenida para envenenar a los que se pueda como parte de la limpia de pobres que también son envenenados por la Bimbo y por la Coca-Cola.

Tan fácil que habría sido obligar al candidato ignorante a decir que todo cambiaría. Que su compromiso era con el pueblo al que le pararía la guerra con la que se lo masacra. Que de inmediato enviaría al Congreso el cambio en las leyes para permitir la revocación del mandato. Que...

Lo que se debió hacer luego del fraude con el que también se impuso a Salinas. Pero para eso debimos en ese momento todos convertir el televisor en pecera. De haberlo hecho así, quizá, México habría tenido una salida. No es suficiente con no ver las Olimpiadas en Televisa ni en TV Azteca. Luego del 68 nadie en el mundo, no se diga en México, debió volver a verlas.

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